Turquía, un mal augurio para los países emergentes
Acosados por la inestabilidad política, una caída de la confianza y una de las monedas de más rápida devaluación del mundo, Turquía y su banco central convocaron una reunión de emergencia el martes, una medida que podría someter a prueba la capacidad de los otrora pujantes mercados emergentes para evitar una crisis desestabilizadora.
Los bancos centrales de muchos países de mercados emergentes están bajo una intensa presión política para mantener las tasas de interés bajas y sostener el crecimiento económico, pese a los efectos inflacionarios.
La economía de Turquía no es lo suficientemente grande como para perturbar por sí sola la economía global. Su Producto Interno Bruto es de US$822.000 millones, según el Fondo Monetario Internacional. Pero Turquía podría ser un mal augurio para otros mercados emergentes que tratan de combatir la fuga de capitales y el aumento de la inflación sin paralizar sus economías a través de excesivas alzas de tasas de interés.