Turnos, ventas mínimas y persianas bajas: cómo trabajan los comercios exceptuados en la cuarentena
Estar exceptuado no significa estar "salvado", al menos en términos comerciales. Esa es la realidad de la mayoría de los locales de la Argentina que siguen con su actividad durante la cuarentena total por el coronavirus, pero que no llegan a cubrir ni la mitad de sus gastos con lo que venden por estos tiempos.
El caso más resonante son los restaurantes: solo facturan un 10% con el delivery, si es que pueden ofrecer el servicio. Y es el primero de algunos rubros que pudieron retomar su actividad únicamente bajo modalidad de venta online o por teléfono.
Recientemente se sumaron las librerías y papelerías, pero solo con venta online. Las compras digitales no se comparan a lo que sucedía precuarentena, dice Daniel Iglesias López, presidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (Capla). Asegura que la actividad que puede tener un comercio de este tipo de tamaño mediano durante el aislamiento es de entre el 20% y el 30% de lo habitual.
Para el ejecutivo, es una "falacia" que el comercio online esté creciendo, porque lo que sucede es que no hay otra manera de comprar, y asegura que no todos los clientes están habituados. Grafica con lo sucedido en su propio comercio: en el primer día en el que pudo trabajar, porque su rubro ingresó en los "exceptuados", se acercó un cliente habitual que vio que había personal dentro del local. Le pidió un talonario de recibos, e Iglesias López tuvo que explicarle que solo podía realizar la venta de manera digital y que luego tenía que pagar una moto para el envío.
"Las librerías de barrio que no tienen venta online ni redes sociales y que viven de lo que les compra el barrio están muertas. No pueden ni pasar un paquete de hojas a través de la persiana", añade.
Las que también se sumaron hace poco fueron los negocios de venta de libros, que comenzaron a hacer envíos luego de que el Ministerio de Desarrollo Productivo aclarara que también estaban incluidas entre las actividades que pueden trabajar durante la cuarentena total en modalidad de venta online. Para funcionar, deben tramitar un certificado que tarda unas 24 horas, y es por eso que varias empezaron sus despachos ayer.
Martín Gremmelspacher, presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), asegura que en términos generales la venta online no supera el 10% de las ventas de cualquier librería. "Quizás ahora se potencie un poco por el tiempo de ocio que las personas pasan en sus casas", dice, esperanzado, el ejecutivo, y añade: "Hay que mirar el vaso medio lleno; estamos volviendo al trabajo y las ventas online ayudan a pasar este momento crítico".
Venta "en la calle": turnos y cuidados
La cuestión de la "excepción" no fue automática en los talleres de reparaciones. Esta semana se les permitió volver a abrir para arreglar vehículos de personal exceptuado y unidades de transporte público. "No abrieron todos los talleres ayer porque hace falta que se indique el protocolo de seguridad, que depende de cada jurisdicción, y en el caso de la ciudad de Buenos Aires todavía no estaba", explica Nicolás Doura, de la Unión de Propietarios de Talleres Mecánicos de Automóviles (Uptma).
Los talleres grandes, que ya tienen como clientes a unidades de transporte público o a ambulancias, por ejemplo, trabajaron en mayor medida. Pero los "pyme", que son alrededor del 80%, trabajaron con un caudal "muy bajo" porque no hay tráfico en la calle. Esos atendieron únicamente a los vehículos de personal con permiso de circulación, como por ejemplo, un médico. La Uptma recomendó que utilizaran un sistema de turnos para que no se produzcan amontonamientos.
En el caso de la venta de repuestos de autos pasa algo similar a lo que sucede en las librerías: el público está muy acostumbrado a ir a los locales y no entendió o no respeta la normativa, según explica Federico, el encargado de un local ubicado en la calle Warnes al 900.
"Todos los locales están con las persianas bajas. No está permitida la atención al público. La novedad es que podés salir con el auto y llevar los productos. El tema es que la gente no entiende o no le importa y hay clientes que han venido hasta acá. Yo en la cortina tengo puesto un cartel que dice que atendemos telefónicamente y estoy mandando pedidos con motos, pero el 90% de los clientes quiere venir para acá", asegura y apunta que la venta es muy poca: "Estamos vendiendo un 10% de los que vendemos normalmente".
Por último, los kioscos están padeciendo la pérdida del público que compra de paso. "Los kioscos están trabajando un 15% de lo habitual, en el caso de que puedan abrir porque hay mucho kiosquero mayor de edad o que corre riesgo de contagiarse entonces decide no abrir. Es muy baja la facturación en la ciudad de Buenos Aires y en el país. Estoy en contacto con las cámaras de Mendoza, Rosario, Mar del Plata y es dramático. La gente no circula. Todos los lugares céntricos con alquileres altos no venden nada", describe Sergio de Acha, presidente de la Federación Argentina de Kiosqueros y de la Cámara Argentina de Negocios Móviles.
En cuanto al movimiento a través de plataformas de delivery, de Acha dice que es mínimo y que también se están viendo afectados por el desabastecimiento de cigarrillos ya que este producto representa entre un 50 y un 60% de la facturación de los kioscos.
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