Tres caramelos, entradas para Waters o una remera desnudan la confusión al ir de compras
Distintos comportamientos se normalizan y difunden frente a la inflación y las distorsiones
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“O yo estoy completamente perdida en el mundo de la inflación o estos precios no son tan horrorosos”, comentó anteayer una usuaria de Twitter al publicar el listado de valores de distintas zonas para el show de Roger Waters en el Monumental, el próximo 21 de noviembre. “Me parece re bien el precio más alto jajajaja ya nos rompieron o estamos acostumbrados a que nos roben (sic)”, acotó otra cibernauta, a lo que la primera le devolvió: “La verdad que sí, es un montón $55.000, pero ayer vi un suéter a ese precio, así que no me parece tanto”. “Ya no se sabe cuál es la vara para medir”, concluyó la otra.
Las distorsiones de la macroeconomía se traducen en el día a día de la vida financiera de los argentinos. Las que tienen que ver con el consumo, impactan de lleno en desafíos y dificultades como la falta de precios de referencia, no comprender si algo está barato o caro, escasez de productos, menor oferta de marcas, bienes que fácilmente se encuentran en otros países que no están acá y otras trabas.
o yo estoy completamente perdida en el mundo de la inflación o estos precios no son tan horrorosos https://t.co/TspWDDtIaJ
— merce (@tildragonscome) May 8, 2023
Mareo de precios
Uno de los primeros problemas que se encuentran los consumidores es no saber cuánto vale algo. Ejemplo: hoy termina el Hot Sale y los compradores buscan la mejor oferta. Para ello, existen ciertas páginas que comparan los valores del mismo producto en distintos sitios web. El mismo lavarropas automático eco blanco de 6kg y 220 V (de la misma marca) tuvo precios de entre $124.999 y $321.150, según Precialo.com.ar. La brecha es del 157%.
Este tipo de sitios ahorran tiempo al consumidor. El primer problema que tienen quienes buscan un determinado producto es que pierden horas al intentar encontrar la mejor oferta. Esto ocurre tanto en el comercio presencial como en el online, aunque es especialmente complicado en el primer caso. De un negocio a otro en la misma cuadra puede duplicarse el precio de un mismo bien.
“La diferencia de precio para una canasta comparable de productos es 28,5% más barata en supermercados versus negocios de barrio”, dijo Osvaldo Del Rio, especialista en consumo.
Menor oferta de marcas
Son cada vez más frecuentes las quejas de los consumidores respecto de que un mismo producto cada vez tiene menos oferentes en góndola o todas las marcas venden lo mismo. En los últimos meses, se difundieron reclamos respecto de que múltiples marcas de ropa compraban las mismas prendas en el mismo lugar. Influencers dedicadas a la ropa han logrado identificar los locales de la calle Avellaneda de donde provenían las vestimentas para mostrar la conveniencia de comprar directamente del “proveedor común”. También mostraron variantes a un cuarto del precio.
En parte se debe a la menor oferta de marcas internacionales, tanto por las restricciones para importar como por la salida de algunas empresas del país en los últimos años. La situación queda en evidencia en los numerosos videos viralizados en los últimos meses que mostraban, por ejemplo, la variedad en un supermercado de Chile.
“Volvimos al supermercado chileno y Peli fue en busca del mazapán. Alucinamos con todas las variedades y marcas que encontramos. Además, vimos un montón de productos importados”, dicen Peli Cohen y Eliana Moyano, dos turistas argentinas que muestran curiosidades de sus viajes en redes sociales.
Desabastecimiento de productos básicos
LA NACION dio a conocer este sábado la realidad de faltantes que se sienten en muchas bocas de expendio, tanto en supermercados de cadena como en pequeños comercios de barrio. En un local de una cadena de supermercados que opera en Vicente López se registran faltantes en algunas de las marcas más económicas de yogur, papel higiénico y leche entera. Dos de cada 10 categorías en góndola tienen algún tipo de faltante o por marca o por presentación, estimó Damián Di Pace, consultor económico.
En un video, el especialista retrató lo mismo que varios usuarios difundieron por redes sociales en las últimas semanas. En 31 segundos mostró que las góndolas tenían faltantes de puré de tomate, atún en lata, arvejas en lata, lentejas, garbanzos, choclo en lata y arroz. Otro de los fenómenos reportados son estantes que se encuentran llenos en la primera fila, pero vacíos detrás de la misma.
Cupos
Determinados productos tienen un máximo de compra por unidad. Es frecuente encontrar carteles al respecto en los comercios con el azúcar, el aceite y la harina. Hace unos días, se viralizó un video en el que se ve a un ciudadano chino forcejeando con la policía de la Ciudad debido a que se negaba a dejar el excedente de compra de dos botellas de aceite.
Según fuentes policiales, hasta allí se trasladó personal de la Comisaría Vecinal 1 A de la Policía tras ser alertado sobre la presencia del cliente agresivo. Al arribar al lugar, los oficiales encontraron al joven de 18 años que estaba golpeando el mostrador. Entonces, intentaron disuadirlo y fue en ese momento que el sujeto intentó escaparse.
Ventas suspendidas
La volatilidad del dólar de la última semana de abril, los riesgos implícitos de la situación económica y el año electoral y la dificultad para reponer stock, especialmente cuando depende de productos o insumos que vienen del exterior, generó dificultades para comprar determinados bienes. Las ventas se suspendieron en múltiples rubros como construcción, textiles, autos e inmobiliarias. Algo similar ocurrió en julio de 2022, cuando Martín Guzmán dejó el Ministerio de Economía.
Distorsiones entre productos
La economía argentina produce insólitas distorsiones de precios relativos. Se ve cuando, por ejemplo, un boleto mínimo de colectivo ($43 en AMBA, aproximadamente) cuesta lo mismo que tres o cuatro caramelos.
Llenar 50 litros (el promedio del tanque de un auto mediano) a un valor de $176,10, representa un desembolso cercano a los $8805. Se trata del equivalente a una remera de una marca de primera línea, de producción nacional en los principales shoppings o comercios a la calle.
Sin precios en los menús
Algunas vidrieras y listados ya no tienen precios. Es el caso de los restaurantes que, últimamente, buscan ahorrarse el costo de reimpresión de sus cartas quitando el valor de sus platos. La tecnología del QR también les permitió actualizar sin tener que recurrir al papel.
Precios en dólares
Locales de indumentaria comenzaron a publicar sus precios en dólares, como dio cuenta LA NACION. Suelen ser artículos importados y los clientes pueden pagar tanto en pesos como en la divisa estadounidense, a tipo de cambio informal. “Cuando el blue sube mucho en un día preferimos los dólares. Porque el cliente viene a la mañana, pregunta el valor en pesos y cuando vuelve a la tarde ya es otro”, admitió un local.
Remarcaciones
Una medición que realiza la consultora LCG, semana a semana, da cuenta del ritmo al que se remarcan los precios. En la primera semana de abril, la mitad del stock de productos evaluado en grandes cadenas de supermercados aumento su valor. En la segunda, el 33% fue modificado y en la tercera, el 26%. Los especialistas dan cuenta de que se acelera el ritmo de modificación de precios.
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