Trazabilidad: los consumidores exigen más información sobre los productos
Aunque la tecnolgía blockchain se suele relacionar generalmente a las criptomonedas (en particular al bitcoin) esa es solo una de sus aplicaciones. Por su naturaleza es una tecnología de valor instrumental, que puede ser aplicada en toda la cadena de operaciones y procesos de las transacciones comerciales. Su impacto en las cadenas globales de valor puede ser exponencial, según advierten los expertos.
La pandemia del coronavirus aceleró el interés en el comercio internacional por la trazabilidad. Cada vez más las empresas y los consumidores quieren conocer de dónde vienen los productos, cómo fueron generados, por qué manos pasaron, qué regulaciones y fiscalizaciones tienen. La Argentina, como exportadora de alimentos, puede sacar ventajas de su aplicación.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) considera que la "cadena de bloques" (traducción de blockchain) puede tener un fuerte significado para el Acuerdo de Facilitación de Comercio. El trabajo "¿Puede el blockchain revolucionar el comercio internacional?" de la analista Emmanuelle Ganne de la OMC, enfatiza que la tecnología –que puede ser aplicada por empresas de distinto tipo y tamaño- puede significar un salto "cualitativo y cuantitativo fundamental" en el comercio exterior.
¿Qué diferencia a esta tecnología? Que es un sistema más eficiente e inteligente que relaciona directamente a los interesados en una transacción, eliminando intermediaciones de terceros y reduciendo casi totalmente la posibilidad de engaños, confusiones y fraudes. Ganne advierte que el desarrollo requiere de inversiones y cooperación de todos los actores públicos y privados.
Con la crisis del coronavirus, la trazabilidad cobrará una relevancia nueva
El consultor Federico Kattan enfatiza que, con la crisis del coronavirus, la trazabilidad cobrará una relevancia nueva, "en especial por su capacidad para mostrar procesos y por su garantía de transparencia". El primer factor positivo es que los datos de la cadena son inalterables, con lo cual se eliminan todas las posibilidades de fraude y se gana en confianza para establecer contratos. "Tendrá una nueva dimensión –describe-. Hay países donde ya lo están exigiendo para alimentos; una política de Estado, como la tiene Australia, contribuiría a su expansión". Entiende que la Argentina debería poner un foco especial en esta tecnología para encontrar nuevos mercados y generar plusvalía.
En la Argentina el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) incorporó a fines del año pasado una nueva versión del Sistema Informático de Trazabilidad Citrícola (SITC) que gestiona los datos de fiscalización de la exportación de esas frutas hacia diferentes mercados. Martín Delucis, director de Comercio Exterior Vegetal del organismo, explica que hay dos versiones, una para cítricos y otras para todos los productos; ambas a través del blockchain permiten la trazabilidad.
"No es obligación usarlas, son opcionales y están a disposición de la cadena de la exportadora; constituyen una especie de DNI para ingresar a mercados cada vez más exigentes", agrega. El objetivo que se busca es que las operaciones comerciales se hagan más simples, eficientes y seguras para todos los actores ya que todas las partes tienen la misma información todo el tiempo. "Da seguridad y transparencia; es una herramientas validada internacionalmente y hacia allí seguirá la tendencia porque los papeles terminarán por desaparecer", grafica.
Reconfiguración global
Fernando Vilella, especialista en agronegocios y director del programa de Bioeconomía y del Posgrado en Bionegocios Sostenibles de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, explica que antes de la pandemia ya había una reconfiguración a nivel global en la que los consumidores premium de alimentos –ubicados en su mayoría en Asia- compran vía digital y le dan importancia a la "certificación" de que el producto tiene las características que se buscan.
"Los consumidores más informados y más exigentes le dan cada vez más importancia al cuidado del ambiente y de la propia salud –indica-. Estos requisitos son magnificados por el Covid-19; la trazabilidad y la certificación le agregan valor al producto. La Argentina tiene el desafío de exportar alimentos para humanos y no para animales como hasta ahora y debe inscribirse en esta tendencia de utilización del blockchain que va ganando cada vez más adeptos".
Los consumidores más informados y más exigentes le dan cada vez más importancia al cuidado del ambiente y de la propia salud
Para Kattan es importante que en cada eslabón de la cadena se agregue valor, que se integren cadenas productivas sin intermediación, "de una manera más sencilla y simplificada". El blockchain ayuda a darle visibilidad a esas partes en sus estadios iniciales: "En el ámbito local en el negocio de alimentos para exportar no hay casos de envergadura; hay que trabajar para ubicarnos entre los productos más buscados del planeta. Cada vez más los clientes van a pedir más garantías de inocuidad, de bienestar animal, de cuidado del medio ambiente, de que no haya trabajo infantil o informal. En esa nueva percepción la transparencia de los datos, suma".
Experiencias
Syvila, una empresa argentina-española, está desarrollando en Barcelona (una de las ciudades con más movimiento de blockchain internacional) el proyecto Livestock.ID junto a las jeringas digitales Digirodeo y a Eryx, especialista en software.
Mauro Achille, uno de los argentinos involucrados, cuenta que la plataforma será para Argentina, Uruguay, Paraguay y España y permitirá a través de la cadena de bloques que los operadores cuenten con todo proceso productivo de la carne. "Ayudará a reducir costos, a mejorar la productividad y a que se integre la cadena de suministro –cuenta-. Cada vez que hay una pandemia en os últimos años se intensifica la búsqueda de información de los productos. Uruguay está muy avanzado en trazabilidad individual y a la Argentina le ayudará a llegar a más y mejores mercados".
Para ejemplificar la importancia de la trazabilidad, menciona que en algunos supermercados de Asia los productos se ponen "al revés", mostrando las etiquetas con toda la información. Hay consenso en que el blockchain va generando los datos de lo que se hace en el momento en que se hace; las redes descentralizadas son inviolables. "Es una revolución en la administración de datos", insiste Achille.
Desde la consultora E-Comez, su CEO Andrés González, indica que ya registran operaciones de comercio exterior utilizando criptomonedas, otra de las utilidades del blockchain: "Tiene un impacto directo de costos y tiempos, en la cadena logística. Al ser más transparente se pueden hacer transacciones más simples, sin intermediarios. La tecnología se puede aplicar desde la trazabilidad del producto al pago, sólo hay que adecuarse a un sistema que ya está creado. A nivel país avanzar en este sentido genera más seriedad y a las empresas les permite ponerse un paso delante de sus competidores".
Ratifica que los costos de transporte y de toda la logística "podrían caer en forma vertiginosa e impulsar el comercio internacional", platea que de cada cinco dólares en ese ámbito de costos, uno es por burocracia que se evita con la digitalización por blockchain. Al compartir el protocolo a lo largo de toda la cadena del comercio internacional involucra a aduanas, cargadores, transportistas, terminales, forwarders, despachantes, bancos, aseguradoras, navieras, y demás actores.
Los especialistas coinciden en que la Argentina debería asumir como política institucional la del blockchain, para acrecentar sus oportunidades de ingresar a nuevos mercados con productos premium. Los consumidores mandan y exigen certezas.
Del campo al plato, todo registrado minuciosamente
La página oficial Blockchain Federal (www.bfa.ar) no solo da la posibilidad de usar el blockchain de manera gratuita sino también explica de qué se trata. Según su definición, "blockchain es una tecnología diseñada para administrar un registro de datos online, caracterizada por ser transparente y prácticamente incorruptible".
Agrega que "se puede pensar como un libro contable, una bitácora o una base de datos donde solo se pueden ingresar entradas nuevas y donde todas las existentes no se pueden modificar ni eliminar. Esas entradas, llamadas transacciones, se agrupan en bloques que se van agregando, sucesivamente, al registro en forma de cadena secuencial. Cada uno de ellos está relacionado necesariamente con el anterior".
El ingeniero agrónomo Martín Delucis, a cargo de la a cargo de la Dirección de Comercio Exterior Vegetal de Senasa, dice que, para visualizar de qué se trata, hay que pensar en una cadena de bloques: "uno donde se registra todo sobre la materia prima, otro con el proceso de producción, otro con el empaque, logística y transporte, por ejemplo. En cada uno se generan documentos o información que a su vez generan un código criptográfico que hace que ese documento ya no se pueda modificar".
Para poder entenderlo de manera simple, asegura que algunas universidades ya suben los títulos de sus egresados al Blockchain, de manera que se pueda corroborar su autenticidad, "También el Boletín Oficial usa esta tecnología, que no se pueda hackear", agrega.
En materia de exportación se usa cada vez más. En la práctica, "si se reciben en el campo productos finosanitarios, se sube al blockchain la factura y queda esto grabado. Así sucesivamente con todos los procesos. De esta manera se le da seguridad al cliente. Si hay una equivocación, se puede subir de nuevo el documento, pero el anterior no se puede borrar. Estos documentos digitales se pueden enviar al cliente para que participe de la validación de todo el proceso".
Según Delucis, "es una herramienta que le da más confiabilidad a un sistema de trazabilidad. Si hay un documento que no condice con la verdad, quedará registrado y eso hace a la reputación del vendedor". Siguiendo con los ejemplos, en una góndola europea el potencial comprador puede, a través de un código QR, seguir todo el proceso del producto que piensa comprar y tomar su decisión. "Lo que busca el consumidor es la calidad y la inocuidad del producto. Hoy hay demanda de productos orgánicos, y toda la información puede estar en la etiqueta", asegura Delucis.
Según informa Senasa, dependiendo de la actividad dentro de la cadena alimentaria, el sistema puede necesitar:
- Trazabilidad hacia atrás: cuáles son los productos que entran en la empresa y quienes son los proveedores de esos productos.
- Trazabilidad interna o trazabilidad de proceso: el registro de los productos dentro de la empresa
- Trazabilidad hacia delante: Trazabilidad de los productos preparados para la exportación.
"Debe prestarse atención a la relación entre las tres áreas, ya que lo que se pretende es que el sistema de trazabilidad no tenga quiebres y la información fluya desde "el campo al plato" a lo largo de todos los eslabones" dice Senasa. "Ese registro en lugar de estar almacenado en un solo servidor, se replica permanentemente en un conjunto de computadoras -conocidos como "nodos"- que forman una red de pares. Habría que "hackear" gran parte de la red y no solamente un servidor central para poder modificarla, borrarla o robarla", se explica desde Blockchain Federal.•
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