Tras verse con Melconian y Lousteau, Lacunza busca calma y dólares
Cerca del ministro dicen que antes que por un cepo optaron por reprogramar la deuda; quejas por los dichos de Fernández
Un cepo cambiario estuvo esta semana en la mesa de discusión del equipo económico. Pero la decisión final fue "reperfilar" la deuda para abastecer de dólares al mercado. "Hay una medida mala y otras peores. Se empezó por la que menos daño hace, para ver si se podía evitar la siguiente", explicó un economista que anteayer estuvo con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, antes de que la dinámica negativa siguiera su curso, en parte -dicen en el Gobierno- fogoneada por la entrevista que ofreció Alberto Fernández a The Wall Street Journal.
En el equipo de Lacunza afirman que el trabajo del fin de semana estará enfocado en el proyecto de ley para reestructurar la deuda bajo legislación local que se enviaría el lunes al Congreso. El ministro se presentará el miércoles, a las 15, en la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de Deuda Exterior, para explicar el proyecto. "No hay previstas medidas cambiarias", dijeron.
La opción elegida por el Gobierno para frenar la volatilidad el lunes será la terapia de shock. Quizás emular el "muro de dólares" que Federico Sturzenegger puso a disposición alguna vez para frenar la sangría, justo antes del primer acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En política, se decidió poner la otra mejilla.
Para analizar la situación y reforzar la necesidad de instalar la importancia de la calma política y la consecuente estabilidad cambiaria, Lacunza se reunió el jueves por la noche con Carlos Melconian y Martín Lousteau por separado en reuniones que no trascendieron a los medios. También recibió personalmente, entre el miércoles a la noche y el jueves, a Fausto Spotorno, Marina Dal Poggetto, Rodolfo Santangelo, Luis Caputo, Juan Carlos de Pablo, Daniel Artana, Daniel Marx y Eduardo Levy Yeyati.
El mismo miércoles charló telefónicamente con Guillermo Nielsen, uno de los principales referentes económico del "albertismo". También habló por esa vía con Martín Redrado. "No gasten reservas en el mercado de cambios, sino en el de bonos", habría sugerido el expresidente del Central, emulando una decisión propia tomada en 2009.
Tras el "reperfilamiento" de la deuda anunciado el miércoles, el Gobierno presionó a los exportadores para que vuelquen dólares en el mercado cambiario. Además, ayer sumó otra medida que generó nervios: prohibió a los bancos girar utilidades. "Con esta medida se garantiza que se mantenga la liquidez del sistema para que los depositantes puedan hacerse de la liquidez que demanden", explicaron cerca del presidente del Banco Central (BCRA), Guido Sandleris. "En momentos de mayor incertidumbre buscamos que la liquidez del sistema sea mayor para evitar cualquier tipo de falta de dinero", agregaron sobre la restricción que ya había estado vigente durante el kirchnerismo y este gobierno, entre 2006 y 2018.
"De una teta no pueden mamar tres terneros", afirmó uno de los economistas que visitaron a Lacunza sobre las reservas existentes para controlar el tipo de cambio, pagar la deuda y cuidar los depósitos. Ese analista cree que si no logra frenarse esta dinámica, el Gobierno no debatirá la opción de un cepo, sino si este será "light o hard". Y, en una metáfora futbolera, describió: "La Argentina juega un partido con diez arqueros colgados del travesaño".
"Todas las medidas son complicadas hoy", afirmó otro economista privado. "A Hernán lo veo realista, lidiando con problemas sobre los que no hubo suficientes alertas", cuestionó sobre la anterior gestión. "Si no se desactiva la tensión política, no veo nada que sirva mucho. Hay que generar calma, tener prudencia. Las declaraciones de Alberto Fernández no la generan", agregó el experto, y señaló que lo más probable con el proyecto oficial sobre la deuda es que la oposición lo convierta "en un show" de seis semanas cuando faltan ocho para las elecciones nacionales.
"Hoy se necesita algo serio para la Argentina. Sin camisetas", dijo el primer economista. "La clase política tiene una completa disociación de la realidad", dijo. Es un dilema que, para otro especialista que estuvo con Lacunza, es fácil de explicar. "Los incentivos políticos del Fondo, los de Macri y los de Alberto son muy diferentes", afirmó.
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