Tras la quiebra de Lehman Brothers, crece la inquietud financiera mundial
Mientras el cuarto banco de inversión de EE.UU. fracasó en su intento de encontrar un comprador, la seguradora AIG fue autorizada a tomar prestados US$ 20.000 millones de sus filiales para evitar el colapso; la Fed y el BCE inyectaron liquidez; Bank of America adquirió el Merrill Lynch; hubo una baja generalizada en las bolsas
La crisis financiera internacional registra hoy un nuevo y crucial capítulo. El cuarto banco de inversión estadounidense Lehman Brothers se declaró en quiebra, "para proteger sus activos y maximizar su valor", después de haber fracasado en su intento de encontrar comprador.
La entidad financiera se acogió hoy al capítulo 11 de la ley de quiebras, que permite intentar su reorganización, informó un vocero del tribunal de quiebras de Nueva York. El portavoz no aportó más precisiones sobre los procedimientos en curso.
En este contexto, Wall Street acompañó al resto de las bolsas del mundo y cerró con fuertes caídas en sus principales indicadores, al cabo de una sesión en la que el Dow Jones Industriales retrocedió 4,42 por ciento.
Los mensajes de calma que lanzaron el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el secretario del Tesoro, Henry Paulson, no sirvieron para tranquilizar a los inversores.
Las acciones de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversiones de Estados Unidos, bajaron un 94,25 por ciento hasta los 21 centavos, tras declarase hoy en quiebra después de que este fin de semana no lograra encontrar un comprador.
En sintonía, el regulador del sector financiero británico, la Financial Services Authority (FSA), aseguró que colabora estrechamente con las autoridades estadounidenses para gestionar el cierre de su principal filial británica, Lehman Brothers International, "que fue puesta en liquidación esta mañana".
"Dado que el grupo gestiona su financiación a nivel mundial, las actividades comerciales británicas ya no están capacitadas para cumplir con sus obligaciones", declaró Tony Lomas, socio del a auditora PriceWaterhouseCoopers al anunciar el cierre de la entidad británica del banco.
Cimbronazo. También hubo una gran sacudida luego que otro banco de inversión, Merrill Lynch, anunciara que sería adquirido por el Bank of America. La semana pasada, el gobierno estadounidense debió rescatar a Fannie Mae y Frediee Mac, dos de las entidades hipotecarias más grandes del país.
Por otro lado, el estado de Nueva York permitirá que American International Group (AIG) tome prestados 20.000 millones de dólares de sus sucursales para mantener a flote a la mayor aseguradora estadounidense, informó el gobierno estatal. AIG es otra de las instituciones que se encuentra en el ojo de la tormenta.
Las principales plazas bursátiles del mundo registraron importantes caídas tras la bancarrota del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers y la compra de emergencia de su rival Merrill Lynch por parte del Bank of America.
El Viejo Continente. Los retrocesos fueron mayores en Europa, con bajas de más de 5% durante la sesión pero que se atenuaron al cierre. Los valores bursátiles y de seguros fueron los más afectados.
El principal índice de la bolsa de Londres, el FT100, perdió al cierre 3,92% tras hundirse hasta 5,39% durante la sesión. El índice CAC 40 de la bolsa de París perdió un 3,78% tras caer hasta un 5,39%; la plaza financiera de Fráncfort limitó sus pérdidas a 2,74%; el índice Ibex 35 de la bolsa de Madrid perdió 4,50% al cierre, su mayor caída del año.
El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE) inyectaron 30.000 millones de euros y 5000 millones de libras en sus respectivos mercados monetarios para intentar impedir una enorme crisis financiera.
En Asia, los principales mercados bursátiles de Japón, Hong Kong y Corea del Sur no operaron debido a que festejaban un feriado, pero los que sí operaron lo hicieron con pérdidas afectadas por la inestabilidad financiera.
AIG, lucha por subsistir. El gobernador del estado de Nueva York, David Paterson, autorizó a la aseguradora estadounidense AIG, que busca desesperadamente fondos frescos, a tomar prestados 20.000 millones de dólares de sus filiales para mantener sus actividades.
Paterson pidió al regulador del Estado "dar la autorización a AIG para acceder a activos por 20.000 millones de dólares por intermedio de sus filiales" con el fin de "otorgarle liquidez para las operaciones diarias de la casa matriz", declaró en una conferencia de prensa.
El dirigente demócrata explicó en rueda de prensa que AIG está "financieramente sana", con 77.900 millones de dólares de excedentes de fondos propios, pero que tiene problemas de liquidez.
AIG tiene su sede en Nueva York y es competencia de cada Estado la supervisión de las sociedades aseguradoras.
Paterson explicó que su decisión no puede ser interpretada como un plan de rescate con dineros públicos, sino que la medida "da a AIG la posibilidad de procurarse a sí mismo un crédito", y evita las dramáticas consecuencias sociales que dejaría en el Estado una quiebra del grupo.
El capítulo once
Las leyes estadounidenses prevén dos formas principales de declaración de quiebra. Las empresas golpeadas y altamente endeudadas con perspectivas de supervivencia solicitan ampararse en el procedimiento prescrito por el Capítulo 11 de la ley de quiebras. Esto les permite encarar un proceso de saneamiento manteniéndose en actividad bajo la estricta supervisión de un juez de quiebras. Las empresas pueden negociar con sus acreedores una reducción de deudas y pactar con sus empleados concesiones en sus contratos laborales, a fin de poder emerger fortalecidas del proceso de insolvencia. Por otro lado, el Capítulo Siete de la misma ley se refiere en tanto a la liquidación de las empresas que están tan endeudadas o presentan tal debilidad que no tienen perspectivas de sobrevivir a su crisis.
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