Tras la devaluación y la pesificación, el Gobierno tiene un presupuesto muy difícil de cumplir
Prevé ingresos iguales a los de 2001, pero la recaudación cae; un poco de inflación y una baja moderada del PBI ayudarían
El Gobierno cumplió con la exigencia de tener un presupuesto aprobado, y aunque seguramente lo promulgará esta semana con muchos vetos, lo que parece difícil de cumplir ahora es precisamente ese presupuesto 2002.
En Economía dicen que han hecho todos los deberes y reafirman su confianza en que la caída del producto bruto no será mayor al 4,9% sobre la que descansan todas las proyecciones de la "ley de leyes".
Sin embargo, no son pocos los que creen que no sólo ese supuesto es demasiado optimista. La producción industrial cae a tasas del 12%, la construcción al 40% y las ventas en shoppings al 60 por ciento. ¿Cómo hacer para que el crecimiento en la segunda parte del año modere estas bajas en picada del primer trimestre?
Otro inconveniente es el de los ingresos. La proyección es un nivel de recursos tributarios igual al de 2001. Pero los registros mensuales muestran disminuciones de alrededor del 20 por ciento. El Gobierno introdujo luego de laborar el presupuesto las retenciones a las exportaciones, pero parece excesivo esperar que por esa vía venga la compensación que hace falta. Además, hay un artículo sorprendente y es precisamente el primero de la ley. Allí hay una facultad concedida al Ejecutivo para que "reprograme la ejecución" de modo de obtener un ahorro de casi $ 3000 millones.
La sorpresa es que es el poder, que la ley exige que se ejerza, permitirá a Economía cortar donde quiera sin tener que pedir autorización al Congreso.
Aunque parezca extraño, es la misma facultad que pidió en diciembre último el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, con el entonces presidente Fernando de la Rúa.
Los legisladores descubrieron que con ese superpoder el entonces titular del Palacio de Hacienda habría podido profundizar del 13% al 25% el recorte de los salarios del sector público y de las remuneraciones del sector público. O, en cambio, haber suspendido por el presente ejercicio el pago del aguinaldo a las mismas personas.
Los diputados se negaron entonces a aprobar semejante cosa, pero lo aprobaron dos meses después.
La verdad es que si el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov no hace ese recorte, lo que pasará será que el déficit, en lugar de los poco más de $ 3000 millones pautados será del doble.
Grandes dudas
Pero el director de la consultora Exante, Aldo Abram, cree que en el presupuesto faltan muchas cosas. "No se incluyó ni el pago del servicio de la deuda ni tampoco el costo que debe asumir el Estado por la pesificación uno a uno de las deudas", dijo Abram, antes de agregar: "Si se incluye todo lo que falta, el déficit es no menor a cuatro veces lo que está presupuestado, lo que constituye un récord para la Argentina".
También hay algunos datos sorprendentes, como que el Estado espera financiamiento o créditos por unos $ 17.000 millones, la mayor parte de los cuales -unos $14.000 millones- se utilizarán para pagar deudas con los organismos multilaterales.
Aparentemente, el Gobierno incluyó los desembolsos del FMI. "Si no, no se entiende de dónde van a conseguir ese dinero", dicen algunos analistas que prefieren permanecer en el anonimato.
Son los que sostienen que "si el FMI entrega el financiamiento, hay inflación y los salarios públicos no aumentan o lo hacen menos que el costo de vida hay una oportunidad de cumplir con los números del presupuesto".
Aseguran que el IVA aportará más recursos conforme los precios aumenten aproximadamente lo mismo que la inflación, porque si se atrasaran se generaría una caída del consumo y habría profundización de la recesión.
Pero el aumento de precios hace crecer también la cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza, aunque desde el Gobierno contestan que el lanzamiento de los planes sociales moderará ese incremento.
Otra de las objeciones es que el alza del precio de los alimentos encarece los planes asistenciales del Gobierno. Pero lo que los funcionarios contestan es que muchos de esos planes estarán solventados por líneas de crédito del exterior, como la de US$ 100 millones del Banco Mundial anunciada el viernes último. Para que esa lógica funcione la inflación no debe superar tampoco la suba del dólar.
También en Economía sostienen que parte de los ingresos fiscales están "dolarizados", puesto que corresponden a las retenciones a las exportaciones.
Pero entre los datos sorpresivos del presupuesto 2002, aparecen también algunos otros:
- Se calculan ingresos por más de $ 366 millones en concepto de "capital". Eso significa venta de activos, y según algunos analistas parece demasiado optimista.
- La ley también contiene un "impuestazo", señaló Abram, al hablar de la suba de un punto porcentual en los aportes patronales destinado al PAMI y las obras sociales.
- Los acreedores del Estado que obtengan el reconocimiento de sus acreencias ya no podrán optar por recibir bonos en dólares, como ocurrió desde la creación de los Bocon. En adelante, incluso los jubilados recibirán títulos en pesos.
Todos aquellos que pidieron recibir títulos en dólares y a la fecha de entrada en vigor del presupuesto 2002 no se los hayan entregado recibirán en cambio títulos en pesos. Y no está definido a qué tipo de cambio se pesificarán esas deudas. Si será uno a uno o a uno $ 1,40. La ley dice que esas deudas "serán convertidas a moneda nacional en las condiciones que determine la reglamentación".
- De todas formas, la Argentina sigue reconociendo deudas por cifras asombrosas, que siguen haciendo crecer la deuda pública. Este año, según la ley de presupuesto, se emitirán $ 1400 millones para cubrir esos pasivos, que muchas veces surgen de sentencias judiciales adversas al Estado nacional.
- Al jefe de Gabinete se le permite recortar en $ 60 millones las partidas destinadas a obra pública y compra de maquinarias o equipos para solventar gastos corrientes, como el pago de salarios. Se trata de la concesión de un "superpoder", porque la facultad de hacer tales cambios está reservada al Congreso.
- Se deja sin efecto el fondo anticíclico fiscal. Se trata de una creación hecha por una ley cuyo impulsor fue nada menos que Jorge Remes Lenicov. La idea era acumular recursos en forma de ahorro en las épocas de bonanza para gastarlo y moderar el ajuste en tiempos de recesión.
- La Dirección Nacional de Migraciones y el Registro Nacional de las Personas vuelven a ser organismos descentralizados, por lo que tendrán autonomía financiera y presupuestaria. En agosto de 2001 habían sido sumados a la administración central del Ministerio del Interior con el argumento de que así se ganaba en eficiencia y transparencia en los actos administrativos de esas jurisdicciones.
- Hay una partida de $ 148,5 millones para cubrir el déficit de las cajas de jubilación de las provincias que no las transfirieron, como Buenos Aires, y que firmaron el pacto fiscal mediante el cual acordaron la eliminación del piso de coparticipación.
- La creación de nuevos organismos de la administración requerirá el dictado de leyes y los fondos fiduciarios no podrán tener estructura de personal permanente.
- Al Ministerio de Economía se le encomienda terminar con la liquidación del Instituto Nacional de Reaseguros (Inder) y de la ex Caja Nacional de Ahorro y Seguro. Se faculta a Economía a pagar con bonos las deudas de esas dos dependencias del Estado cuyo proceso de liquidación no ha concluido.
- El Estado no podrá reclamar a usuarios privados las deudas con la ex Obras Sanitarias por prestaciones anteriores a la privatización.
- Se permite a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinar en el presente ejercicio a otros fines los fondos que tienen destino específico. Sólo podrán enviar a otros fines distintos de los previstos el 75 por ciento, lo que ya causó alarma entre las empresas constructoras que descuentan que se desviarán a gastos corrientes los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi).
Cambios en los números
Cavallo
- Pidió poderes para recortar unos $ 3000 millones del presupuesto 2002 cuando envió el proyecto; los legisladores se negaron, pero ahora se los dieron a Remes Lenicov.
Lamberto
- El secretario de Hacienda es el encargado de hacer los ajustes para que el déficit fiscal no supere los casi 3000 millones de pesos previstos en el presupuesto 2002.
Koehler
- El Fondo Monetario Internacional quiere números coherentes y cumplibles y tiene dudas sobre la evolución de los ingresos por la fuerte caída de la recaudación.
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