Tras la derrota en las primarias, Wall Street duda si el Gobierno se moderará o se radicalizará
Los principales bancos de inversión vieron un claro rechazo a la política económica y prevén más heterodoxia hasta noviembre, pero las opiniones divergen respecto de qué ocurrirá después
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WASHINGTON.- Wall Street vio la histórica derrota que sufrió el peronismo en las elecciones primarias como claro un rechazo a la política económica del Gobierno. Pero la contundencia política de ese resultado dejó, paradójicamente, más incertidumbre. Hasta noviembre, prevalece una mirada nítida: el oficialismo seguirá por el mismo camino y gastará más para intentar revertir la derrota. Esa claridad se diluye más allá de la elección: las opiniones divergen entre quienes preludian más de lo mismo, un giro hacia la moderación, o una radicalización liderada por Cristina Kirchner.
Los informes de los principales bancos y fondos de inversión de Estados Unidos destacaron la amplitud del triunfo de la coalición opositora, Juntos por el Cambio, ante el Frente de Todos en las primarias, un desenlace inesperado que fue celebrado por los mercados –los bonos y las acciones despegaron–, pero que también dejó a inversores y analistas preguntándose qué ocurrirá para adelanta. Ante ese interrogante, hubo respuestas dispares.
Nadie espera, por ahora, que el resultado de las elecciones acelere los tiempos del acuerdo con el Fondo, que todavía se espera para fines de marzo de 2022, o, a lo sumo, para fines de este año.
Alberto Ramos, de Goldman Sachs, escribió su análisis que el Gobierno había quedado lejos de los tres objetivos que buscaba: ganar la provincia de Buenos Aires, apuntar a obtener una mayoría en la Cámara de Diputados, y retener su mayoría en el Senado. Ramos señaló que los resultados “probablemente debiliten al presidente Alberto Fernández y al ministro de Economía, Martín Guzmán, frente a la vicepresidenta Cristina Kirchner y sus socios más cercanos, más heterodoxos en cuanto a políticas”.
Por eso, Ramos ve en los próximos meses un riesgo de “políticas más heterodoxas, intervencionistas y populistas en un intento por reconstruir el apoyo político”. Pero luego sugiere que puede haber un giro en la política económica, al indicar que “las autoridades probablemente también sean conscientes de que un endurecimiento significativo de las políticas heterodoxas podría dañar aún más la economía y, por lo tanto, fracasar en retribuir dividendos políticos en 2023”. Además, los votantes “parecen haber rechazado la combinación actual de políticas”, agrega.
“Los resultados de las primarias muestran un fuerte castigo al Gobierno y una demanda de cambio”, señaló un informe del banco de inversión JP Morgan escrito por Diego Pereira.
A tono con la incertidumbre que ha acompañado al gobierno del Frente de Todos, Pereira indicó que la discusión ahora es si el Gobierno “va a apostar por el pragmatismo o a fortalecer su deriva heterodoxa”. Pereira cree que la primera reacción del Gobierno dejó escasos indicios, y la respuesta llegará después de noviembre
“Las palabras iniciales del presidente Alberto Fernández tras los resultados de las PASO no arrojaron ninguna claridad en este frente. Pero observamos que cualquier enmienda creíble al marco de políticas implica costos políticos, lo que en nuestra opinión sugiere una baja probabilidad de cambios de política efectivos y positivos antes de noviembre”, apunta el informe.
Más de lo mismo
El banco de inversión Morgan Stanley apuntó que los resultados de las primarias indican “un alto grado de apoyo para un cambio de políticas”. Pero, a la vez, apuntó que es improbable que el actual diseño de las políticas públicas del oficialismo cambie materialmente después de las elecciones y, por lo tanto, eso termine ampliando los desequilibrios macroeconómicos actuales, léase, el déficit fiscal, la inflación, y el cepo.
Es una tercera variante, que puede resumirse con un término de Wall Street: “muddle through”, o “salir del paso”.
Citibank ofreció otra mirada: reconoció que el triunfo opositor alimenta expectativas de un giro a políticas económicas más amenas al paladar del mercado. Pero, en el corto plazo, el banco cree que el Gobierno reaccionará con políticas fiscales y monetarias más expansivas, es decir, más gasto, y más emisión monetaria.
En la visión del banco, el ala dura del oficialismo, encabezada por Cristina Kirchner, probablemente ganará influencia y habrá un cambio de gabinete después de las elecciones intermedias de noviembre, y Guzmán –visto como demasiado ortodoxo y austero, y muy alineado al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el cristinismo– probablemente salga perjudicado.
Desde Washington, Daniel Kerner, jefe de la consultora Eurasia para América latina, abonó a quienes ven una postura mucho más dura por parte del oficialismo liderada por la vicepresidenta, Cristina Kirchner: “Es probable que la influencia de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner aumente en la administración, lo que es un mal augurio para el ajuste postelectoral, así como para las conversaciones con el FMI”, señaló.
Marcos Buscaglia, de Alberdi Partners, despachó un análisis en el que también prevé un aumento sustancial del gasto público antes de la elección general para intentar revertir los resultados de las primarias, sobre todo en jubilaciones y planes sociales. Buscaglia cree que los gobernadores peronistas tendrán ahora un papel más activo por temor a perder sus provincias en 2023. Esto podría imprimir, indicó, “una visión centrista” en el Gobierno. Pero resta ver, remarcó, si Cristina Kirchner lo permitirá, agregó, o si el peronismo continuará enfrascado en su lucha hasta la elección presidencial.
Jorge Piedrahita, CEO de Gear Capital Partners, dijo que ahora existe sorpresa pero también mucha cautela entre inversores, en un clima de falta de interés y apatía por el país, porque no hay tanta visibilidad sobre qué puede hacer el Gobierno y qué puede ocurrir. Tradicionalmente, las elecciones legislativas no fueron un buen predictor de las presidenciales, indicó.
“La gran pregunta es qué pasa en los próximos dos años. Si se radicalizan, el daño que pueden generar es tremendo. El problema de ellos para radicalizarse es que no tienen dinero. Ese es un limitante. La otra limitante es el Fondo Monetario” indicó. “El camino va a ser híbrido, no es la heterodoxia de Venezuela ni tampoco la ortodoxia del Consenso de Washington”, agregó.