Tras el paso de Irene, Wall Street se dispone a operar con normalidad
Las bolsas que operan en Nueva York y algunas de las mayores firmas bancarias de la ciudad afirmaron que planean abrir sus puertas el lunes, después de que la isla de Manhattan emergiera del huracán Irene prácticamente ilesa.
Pero pocos preveían un regreso a la normalidad, ya que el transporte público en la ciudad y sus alrededores seguía cerrado el domingo por la tarde y algunos de los suburbios cercanos donde viven muchos de los empleados de estas firmas sufrían inundaciones.
La capacidad de realizar cualquier actividad laboral resultaría una buena noticia. La inusual amenaza de un huracán hizo que la ciudad se preparara para lo peor. Luego de que las autoridades suspendieran el servicio de metro y autobuses por motivos de seguridad, minoristas, museos, teatros de Broadway, restaurantes e incluso salones de belleza siguieron su ejemplo, dejando la ciudad casi paralizada.
La preocupación se centró en parte en el distrito financiero, que está rodeado en gran medida de agua. Pero luego de una noche de sábado lluviosa, la tormenta siguió su camino el domingo y causó pocos daños en Manhattan.
En la mayor parte de la isla, incluido el sur donde se encuentra Wall Street, el suministro de electricidad estaba mayormente intacto y hubo inundaciones mínimas.
El domingo, las bolsas de acciones y derivados de EE.UU. que operan desde Manhattan y zonas aledañas, incluyendo la Bolsa de Nueva York, el Nasdaq y los mercados electrónicos de BATS Global Markets y Direct Edge, confirmaron su intención de abrir los mercados con normalidad el lunes.
La decisión se tomó después de que ejecutivos de las bolsas, en contacto con reguladores federales, confirmaran que los sistemas de corretaje estaban intactos y que las instalaciones en general no habían sufrido daños.
Algunas de las mayores firmas financieras de la ciudad, incluidas las operaciones de banca de inversión de Goldman Sachs Group Inc. y Citigroup Inc., ubicadas en el sur de Manhattan, y J.P. Morgan Chase y Co., Barclays PLC y Blackrock Inc., en el centro de la isla, afirmaran que planeaban abrir el lunes. Algunos señalaron que parte de su plantilla trabajaría desde la casa u oficinas de respaldo.
Otras firmas adoptaron medidas distintas. El gigante de tarjetas de crédito American Express Co. indicó que su sede central, en el World Financial Center, podría estar cerrada el lunes "dada la incertidumbre sobre la situación del transporte público, las inundaciones en las calles y el trabajo de limpieza que se necesitará realizar en la zona".
Una vocera de Bank of America Corp. sostuvo el domingo que instaba a los empleados a usar su propio sentido común. La empresa, afirmó, monitorearía la situación antes de tomar una decisión sobre los planes de contingencia.
Calcular cuánto le costará el huracán Irene a la economía de EE.UU. en total, desde tejados hundidos a entradas a espectáculos de Broadway perdidas, llevará su tiempo, pero ya está claro que será mucho menos de lo que se temía.
Impacto en cifras
Parece que los daños no serán tan graves como habían previsto muchos analistas. Las compañías tardarán al menos otro día en estimar las pérdidas en reclamos de seguros. Por ahora, la industria aseguradora cree que la cifra ascenderá a entre US$3.000 millones y US$5.000 millones. De todas maneras, el impacto económico total podría ser mucho mayor.
"Estamos hablando de miles de millones de dólares en producción perdida, no millones de millones, y es muy probable que eso se recupere pronto", indicó Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics. En Nueva York, el costo de la tormenta deberá incluir no sólo los daños que ha causado el huracán Irene sino también los servicios del gobierno para volver a poner en funcionamiento la ciudad.
Con todo, el evento climatológico tendrá un impacto real y medible sobre la economía del pais. Si bien la tormenta perdió fuerza a su llegada a Nueva York, la costa este de EE.UU. es uno de los principales motores económicos del país, representando una producción promedio de US$12.000 millones al día, en torno a una quinta parte del total del país.
Conor Dougherty, Jacob Bunge, Liz Moyer y Mary Pilon