Tras cuatro años, Venezuela se prepara para un mercado de divisas más flexible
CARACAS—Tras semanas de protestas callejeras, el gobierno socialista de Venezuela decidió flexibilizar las regulaciones monetarias en un intento por reactivar una economía plagada por escasez de alimentos y bienes de consumo.
Funcionarios venezolanos afirman que hoy lunes se lanzará un nuevo mercado cambiario con una tasa flexible determinada por la oferta y la demanda, una medida poco habitual sacada de los manuales del libre mercado. El cambio marca la primera vez en cuatro años que empresas e individuos tendrán un canal legal para comprar dólares fuera de las agencias del gobierno.
Desde 2010, sólo el gobierno decidía quién podría comprar dólares con un gran descuento en un complicado sistema de divisas extranjeras que según los analistas estaba plagado de fraudes y drenaba las finanzas públicas. Ese año, funcionarios cerraron un mercado de canje de bonos que se usaba para acceder a moneda dura luego de acusarlo de ser un refugio para la especulación capitalista. La medida redujo la oferta de dólares y llevó al bolívar a perder en cierto momento 90% de su valor en las transacciones en el mercado negro.
Aunque aún hay grandes interrogantes sobre el nuevo mercado —como cuántos dólares estarán disponibles y a qué precio— analistas indican que es un paso en la dirección correcta.
"Es la primera vez que vemos a las autoridades suavizar explícitamente los controles luego de incrementos ininterrumpidos durante los últimos 15 años", sostuvo Hernán Yellati, director de investigación y estrategia del banco de inversión BancTrust & Co.
La medida abre el camino a una fuerte devaluación del bolívar —la segunda este año— a medida que más gente cambia la moneda por dólares a tasas fijadas por el mercado, no por el gobierno. Eso podría alimentar la inflación en un país que ya enfrenta la mayor tasa del mundo, que se estima en 60%.
Pero potencialmente es un paso importante para nivelar desequilibrios que provienen de controles de divisas extranjeras impuestos por el fallecido líder izquierdista Hugo Chávez, quien buscó impedir la fuga de capitales. Permitir que el valor del bolívar caiga podría tener como consecuencia que el ingreso del gobierno en dólares proveniente de exportaciones petroleras rinda más en bolívares, y reduzca un déficit fiscal estimado en 15% del PIB anual.
También podría aliviar la escasez extendida de productos al permitir que más empresas accedan a dólares para importar bienes. Una falta de dólares es un motivo importante para la escasez, ya que casi 75% de lo que consume Venezuela es importado.
Yellati indicó que las reformas al mercado de divisas son la solución más pragmática a corto plazo para el presidente Nicolás Maduro. El mandatario busca responder a la frustración de los venezolanos que culpan a su gobierno por no gestionar bien la economía.
Más de 30 personas han muertos en las manifestaciones callejeras que comenzaron a principio de febrero cuando estudiantes protestaron contra la delincuencia rampante. Desde entonces, las protestas se han extendido para expresar también el descontento por los problemas económicos del país.
El nuevo mercado, llamado Sicad II, agregará una cuarta tasa de cambio en Venezuela. El gobierno mantiene una tasa fija de 6,3 bolívares por dólar para importaciones de bienes prioritarios como alimentos, y subasta dólares a unos 11 bolívares para ciertas industrias, como el turismo.
También existe el ascendente mercado negro, donde las expectativas de un mayor suministro de dólares en las últimas semanas apuntalaron al bolívar. Un dólar se cotizaba a 58 bolívares el domingo, según DolarToday.com, un sitio que sigue el desempeño del mercado. Eso sigue representando un marcado en descenso frente a los 88 bolívares que costaba un dólar a fines de febrero.
Aunque funcionarios del gobierno afirman que sólo intervendrán en el Sicad II para impedir movimientos de precios erráticos, inevitablemente tendrán control sobre el mercado ya que entidades como la petrolera estatal del país, Petróleos de Venezuela S.A., y el banco central serán los principales proveedores de dólares, en efectivo o bonos.
Un director de una corredora privada, que operará en el nuevo mercado, indicó que los dólares podrían venderse por más de 40 bolívares.
El Sicad II ya ha generado críticas y cautela tanto entre amigos como enemigos de Maduro, lo que deja de manifiesto los desafíos que enfrenta al intentar revivir la economía del país sin abandonar los principios populistas de su mentor, Chávez.
Observadores y participantes del mercado afirman que ya antes se vieron perjudicados por mecanismos de divisas que no lograron satisfacer la demanda de dólares y restringieron el acceso.
En tanto, algunos comentadores partidarios del gobierno lo llamaron un camino hacia políticas de libre mercado. "El Sicad no es socialismo", advirtió José Requena, columnista del popular sitio de noticias pro socialista Aporrea.
Pero Rafael Ramírez, ministro de Petróleo y alto asesor económico de Maduro, afirma que el nuevo mercado será transparente y que confía en que reducirá la tasa del mercado negro.