Todos somos nómadas digitales (aunque no nos demos cuenta)
De la mano de WhatsApp, Netflix, Spotify y Gmail, la nube digital suma cada vez más usuarios sin ataduras a ningún lugar o dispositivo
Ni blanca ni esponjosa, la nube digital cubre sin ensombrecer el cielo de cada vez más usuarios de tecnología que, bajo su amparo, se convierten en nómadas sin ataduras a ningún lugar ni dispositivo.
Los nómadas digitales deambulan con libertad, sin perder acceso al tesoro de su información almacenada, dondequiera que estén. Cualquiera de sus archivos de texto, fotos, videos o el formato que sea "viaja" de la nube al dispositivo desde donde elijan demandarlos.
Quizá sin saberlo, usted ya pertenezca a esta tribu, en general relacionada con el ámbito laboral, pero mucho más expandida, hasta la esfera de lo individual. Un experto hizo ante un auditorio una prueba que evidenció la adhesión inconsciente a este grupo de usuarios. Primero preguntó al público quién usaba la nube. Unos pocos, en una cantidad que podía contarse con los dedos, alzaron la mano. A continuación pidió que lo hicieran quienes utilizaban WhatsApp; no hubo ni una sola respuesta negativa. Entonces, el especialista aclaró la confusión: la aplicación más popular de mensajería instantánea funciona en la nube, al igual que Netflix, Spotify e incluso Gmail y todo el pack de aplicaciones de Google Drive, como otros tantos servicios online que son de uso masivo en el país y el resto del mundo. Los contenidos están alojados en este espacio virtual y cuando el usuario inicia sesión su menú de películas favoritas o el próximo capítulo de su serie, así como la playlist de sus canciones cuidadosamente elegidas, están listos para la entrega, como la bandeja de entrada de los mails y los ríos de conversaciones de los chats. Lo mismo sucede en los envíos de documentos por Dropbox, que pueden compartirse con un link que conduce a una dirección de alojamiento en la Web.
Hace apenas unos años, la nube o el cloud computing eran conceptos lejanos y difíciles de entender. Pero, pese al desconocimiento de su amplitud, las cosas cambiaron. "La nube tiene un grado de adopción elevado; ya no se puede referirse a ella como una tendencia emergente, sino que se trata de una realidad madura que ha sido adoptada por un gran número de organizaciones e individuos", dice Mario Bolo, profesor de Administración y Sistemas (AESI) del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). "Es tan grande el grado de adopción que hoy los usuarios no son conscientes de que al usar Gmail, Office360, Dropbox o Google Drive -por poner unos pocos ejemplos- están utilizando herramientas informáticas implementadas en nubes", analiza Bolo.
Gabriel Gordon, director de Windows y Productividad de Microsoft Argentina y Uruguay, aporta otro ejemplo: "La nube está detrás de las herramientas que usamos a diario. Una es Skype, que mejoró la telepresencia y que no sólo se usa en el trabajo, sino también en el hogar. El procesamiento en la nube que no es tan claro en la comunicación se ve cuando se implementa la herramienta de traducción instantánea, por ejemplo, que permite a dos personas que hablan distintos idiomas recibir lo que el otro dice en su lengua nativa", amplía Gordon.
A nivel local, el nomadismo, posible gracias a Internet, está sostenido por un número creciente de conexiones, tanto fijas como remotas. En relación con estas últimas que liberaron las ataduras, "la Argentina es el tercer mercado más grande de América latina con 61 millones de conexiones móviles", y una penetración de suscriptores del 90%, que supera el promedio de la región, e incluso de Europa y los Estados Unidos, según datos de GSMA, una organización que representa a más de 800 operadores móviles.
Esta realidad, dice Luciano Moreira Da Cruz, IT Infrastructure & Information Security Practice Technical Leader de la firma tecnológica Baufest, representa un terreno fértil para los servicios de cloud, pese a ciertas desventajas locales. "La Argentina es uno de los países que más consume tecnología a pesar de que es más caro que en otros mercados", afirma. El especialista destaca facilidades como la sincronización de archivos que se actualizan desde la computadora hasta la nube en forma automática.
Más sencillo: cuando el usuario modifica un documento de Word o graba fotos en la memoria de su computadora tablet o smartphone, eso se "copia" en la nube y genera un backup online. O, lo que es lo mismo, una réplica de la información en la memoria casi infinita de la nube, a través de Google Drive, Apple iCloud (que conecta dispositivos de esa marca, como iPhone y Mac) o OneDrive (que traspasa la información desde el Windows Phone en la notebook con Windows, por citar una posibilidad).
Una encuesta realizada por Microsoft en la Argentina acerca de "El nuevo estilo de vida de los nómadas digitales" muestra que un 49% de los usuarios Web consultados usa la nube para guardar información personal, un 38% para trabajar y 10% por temas de estudio. El relevamiento especifica además los instrumentos necesarios para ser un nómada, entre los cuales se destacan computadora portátil (21%) y conexión a Internet (18%); herramientas como Office (Word, Excel y Power Point), Skype y correo electrónico (16%), y los smartphone (14 por ciento).
Blas Briceño, miembro de la comisión directiva de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (Cessi), ratifica las cualidades del cloud computing. "La adopción a nivel particular es permanente, sobre todo se ha disparado en relación con los servicios de entretenimiento con modelos freemium [gratis, con categorías pagas], almacenamiento y la posibilidad de compartir y editar simultáneamente", indica.
La inclusión en lo cotidiano lleva a que, por ejemplo, las "reuniones" para hacer trabajos prácticos grupales para el colegio o la facultad se hagan en el entorno de la nube, sin la necesidad de que los participantes se junten o se envíen mails con adjuntos.
Para Briceño, semejante naturalización se explica a partir del acceso a los dispositivos y a la movilidad, que han acelerado los procesos a nivel individual, a un ritmo mayor que en lo laboral. "Antes, la computadora llegaba primero al ambiente de trabajo. Y hasta hace poco, por ejemplo, sólo en la empresa había un monitor sofisticado. Hoy es al revés. En la oficina está la tecnología más atrasada y la novedad llega primero al hogar. La Internet de consumo creció antes que la Internet de producción", describe. Según esta visión, los usos privados de la nube impulsarán la adopción en el trabajo, hasta ahora parcial.
Algunas de las herramientas más usadas por los consumidores con base en la nube son las de Google. Entre otros, el mismísimo buscador, Gmail, Inbox, Drive, Google Photos, Google+, Keep, Calendar, Google Translate y Google Maps. Por caso, explican en la compañía, Google Drive brinda 15 gigabytes de almacenamiento gratuito y permite guardar todo tipo de archivos (fotos, videos, presentaciones, formato pdf e incluso archivos de Microsoft Office). Al estar todo almacenado en la nube se puede acceder a ellos a gusto y compartir. En los casos de documentos de texto, planillas de cálculo, formularios y presentaciones pueden ser editados y compartidos en forma colaborativa, incluso desde teléfonos celulares. Además, Drive permite usar archivos sin conexión a Internet.
Este paquete destinado a los consumidores incluye Google Photos, servicio que ya cuenta con más de 200 millones de usuarios activos y 50.000 millones de archivos subidos. "Esta aplicación está creciendo muchísimo. Estamos trabajando para agregar funciones y mejorar el producto", explican en Google.
La garantía de seguridad de la nube, dicen en la firma, es el soporte físico, porque la nube no es un ente abstracto, sino que se materializa en servidores (15 en este caso) que contienen la información. "La información no se guarda completa, sino que se multiplica y se replica en la red de centros de datos", explican.
Para aclarar a los que desconfíen del desarrollo tecnológico en el país, señala Bolo, "no hay dependencia de la infraestructura local; una característica de la nube es precisamente la ubicuidad: una persona puede acceder en cualquier momento y desde cualquier lugar, con lo cual se independiza por completo de dónde están físicamente esos recursos".
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