Después de Chernobyl y Fukushima, la energía nuclear renace en el mundo
Con 55 reactores hoy en construcción, y en medio de un proceso de extensión de la vida útil de los que están en operaciones, el sector muestra signos de dinamismo; cuáles son las tendencias y las expectativas
Sochi, Rusia.- A mediados de los 90, un científico de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Jaime Pahissa Campá, predicaba en un mundo escéptico tras Chernobyl. Decía que en 20 años se produciría un renacer de la energía nuclear. Pocos le creían.
Corría 1996 y había 433 reactores productores de electricidad en funcionamiento en todo el mundo, con una capacidad instalada de 345 gigavatios y malas perspectivas de futuro. Poco más de dos décadas después, el pronóstico se cumplió.
En la actualidad hay 55 unidades en construcción que aportarán 56 gigavatios de generación, se está extendiendo la vida útil de los reactores en funcionamiento y la aspiración -calentamiento global mediante- es sumar tantos gigavatios por año como para llegar a 2050 con una matriz energética mundial en la que el 25% de la electricidad sea generada por centrales nucleares.
Este renacer del sector se vio reflejado en el 11º Foro Internacional Atomexpo 2019, que reunió en Sochi, Rusia, a 4000 personas de 74 países entre expertos de la industria y representantes de gobiernos.
Allí, el director general adjunto para desarrollo corporativo y negocios internacionales de la corporación nuclear rusa Rosatom, Kirill Komarov, señaló que 2018 fue un año récord para la industria en términos de capacidad instalada.
"Más de 10 gigavatios de nueva capacidad nuclear instalada fueron sumados a la red y se generaron casi 5 gigavatios de reactores a los que se les extendió la vida útil en Japón. Así que se agregaron 15 gigavatios de generación nuclear a la matriz energética mundial. Esta es la cifra anual más grande en los últimos 30 años", dijo.
El mayor crecimiento se da en Asia, donde está la mitad de los reactores en construcción del mundo. Lidera China con 11 equipos y le siguen la India (7), Corea del Sur (5), Japón (2), Bangladesh (2) y Paquistán (2).
Rusia tampoco se queda atrás: avanza con 6 unidades. Rosatom es parte activa de ese crecimiento. Es la empresa que tiene más reactores en construcción en todo el mundo (36 en 12 países) y sus centrales nucleares aportan el 18,7% de la electricidad consumida en Rusia. El gigante ruso construye centrales de potencia en China, India y Turquía, entre otros países, así como centros de investigación y medicina nuclear en América Latina y África.
"El mundo respalda un mayor desarrollo de la industria nuclear, no se resiste a ello. Y tanto las mayores economías como los países en desarrollo siguen implementando programas nucleares", dijo Komarov.
Crecimiento desparejo
El crecimiento del parque nuclear es dispar según los países. Para los desarrollados es menor, porque tienen sus necesidades energéticas cubiertas y no hay expectativas de un crecimiento importante de sus economías. Estados Unidos, que sigue siendo el país con más cantidad de reactores en operación del mundo (98), tiene solo dos unidades en construcción y apuesta más a ampliar la vida útil de los que ya tiene que a construir moles de más de 1000 megavatios como en el pasado. Algo similar pasa en Francia, país que depende de la energía nuclear para mover su economía (71% de su matriz energética es nuclear) con 58 reactores en operación y uno en construcción.
Entre las tendencias que se abren paso en la industria y de las que se habló en Sochi están la construcción de reactores más chicos y la ampliación de la vida útil de los existentes, dentro de las estrictas y costosas medidas de seguridad. "Creo que se está apuntando a reactores de 50 o 100 megavatios", dice a LA NACION William D. Magwood IV, director general de la Agencia de Energía Nuclear de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
"En lugar de tener una planta grande de 1000 megavatios, se pueden construir 10 reactores de 100 megavatios. Si uno va a Estados Unidos y habla con los ejecutivos de las empresas eléctricas, creo que no encontrará a uno solo que proponga una planta nuclear grande. Eso es un gran cambio. Hace 10 años la situación era otra", explica.
La construcción de reactores pequeños ofrece varias ventajas. La primera es financiera, porque evita tanto los grandes desembolsos al comienzo de la obra como los extensos períodos de construcción que demandan las centrales tan grandes. La unidad más pequeña se termina más rápidamente y se conecta a la red más pronto.
La segunda ventaja es que al no pasar tanto tiempo entre la iniciación de cada obra (porque al ser reactores más chicos se necesitan más) no se pierde la cadena de proveedores. Y la tercera hace a los recursos humanos, con una mayor circulación de conocimientos, experiencia y know how porque hay más recambio generacional.
Los que están fuera de esta tendencia son los países con economías muy dinámicas, con porcentajes altos de crecimiento anual de su producto bruto interno. En ese caso se imponen las grandes centrales. Por ejemplo, de los 11 reactores en construcción en China, 9 son de 1000 megavatios y uno, de 1600, porque necesita mantener sus fábricas en funcionamiento y, a su vez, reducir las emisiones de carbono de sus plantas de hidrocarburos.
Ampliar la vida útil
La otra tendencia que está afianzándose en la industria es la ampliación de la vida útil de las centrales. "La mayoría de los reactores en operación fueron diseñados para 40 años de vida útil", dice a LA NACION Agneta Rising, directora general de la World Nuclear Association. Pero en los Estados Unidos ya se les está ampliando la licencia por 20 años más y se analiza la posibilidad de extenderlas por otros 20 más. Así, sería una vida útil de 80 años. "Imagino que los reactores que comienzan a operar hoy van a poder estar en funcionamiento 100 años; se les cambiarán partes, pero la estructura principal seguirá ahí", anticipa Rising.
Magwood profundiza el concepto. "En Estados Unidos vemos a los reactores como a los automóviles. Mientras uno quiera mantener un auto funcionando, tendrá que comprarle un motor nuevo, ponerle neumáticos nuevos, cambiarle la transmisión... y el auto seguirá andando mientras el chasis esté en buenas condiciones", dice. Aclara que otros países, como Francia, con gran tradición nuclear también, no aceptan esa filosofía.
La pregunta que se impone es si el calentamiento global y la necesidad imperiosa de reducir las emisiones de dióxido de carbono son aliados de la industria nuclear. "Diría que sí", señala Rising. "Han resaltado los beneficios de la energía nuclear".
La experta cuenta que, a diferencia de lo que pasaba en los 90, ahora hay grupos ecologistas en Estados Unidos y Europa con una visión diferente, que respaldan la energía atómica porque produce electricidad sin emitir dióxido de carbono.
Magwood coincide en que hay grupos que antes eran antinucleares y cambiaron su postura porque ahora identifican al cambio climático como la mayor amenaza. Otros grupos no lo ven de esa manera, pero disminuyeron las posiciones extremistas que en otras épocas llevaron al cierre de centrales nucleares, principalmente en Europa.
Temas
Otras noticias de Energía
Más leídas de Economía
Tras acordar con los gremios. Aerolíneas Argentinas sale con una promoción agresiva para vuelos de cabotaje
Polémica en un municipio. Descubrieron que le pagan a un intendente una millonaria cifra por una tasa y se llevaron una sorpresa al ver cuánto gastaría
Habrá cambios. Cuánto costará el dólar tarjeta en enero
Mínimas. Quiénes cobran jubilaciones este jueves 21 de noviembre