¿Tenés problemas de ingresos? Cinco señales para saberlo
Alguien podría decir risueñamente que el principal síntoma podría ser que no alcanza la plata para llegar a fin de mes, pero lo cierto es que hay muchos otros hábitos previos que pueden indicarlo
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Con la columna de hoy, inauguramos una serie de cuatro entregas referidas a las señales que dan cuenta de problemas de ingresos, gastos, ahorro e inversión.
El ingreso es un elemento esencial de las finanzas personales, una suerte de combustible económico. Sin él, no podremos subsistir (salvo que saquemos dinero de algún “colchón bank”) ni generar ahorro e inversión, por lo que resulta fundamental tener en cuenta las señales que te indican problemas de ingresos en el presente o en un futuro cercano.
Las señales que detallaremos a continuación no suelen ser consideradas por la mayoría de la gente. Así es como muchas personas de pronto se sorprenden por su frágil situación financiera. La idea de esta columna es que ese no sea tu caso y puedas prevenir en vez de vivir curando.
A continuación, las cinco señales:
1) Solo generás ingresos activos
Ingresos activos e ingresos pasivos no son lo mismo: mientras que para generar los primeros nos pagan por cada hora trabajada y debemos cumplir con una determinada labor en el lugar de trabajo o a distancia, en el segundo caso percibimos ingresos con cierta frecuencia sin necesidad de trabajar y trabajar. Podemos estar disfrutando del tiempo libre, estudiando algo que nos gusta, desarrollando ideas, diseñando proyectos, viajando, comiendo o durmiendo.
Los ingresos pasivos suelen generarse a través de inversiones financieras, royalties, negocios automatizados en Internet y alquiler de bienes (inmuebles, vehículos, aparatos tecnológicos y más).
Si no querés tener problemas financieros, generar este tipo de ingresos es clave. Para ello, debés fijarte como meta no solo sumarlos a tu vida, sino también hacer que ocupen un porcentaje cada vez mayor del dinero que entra en tus arcas.
Una fórmula que te ayudará a llevar un control sobre tu situación consiste en separar tus Ingresos Totales (IT) en Ingresos Activos (IA) e Ingresos Pasivos (IP) y proponerte como objetivo que todos los años sea mayor el porcentaje de IP que componen los IT.
De esta manera aumentarán tus IT (porque los Ingresos Pasivos no tienen un límite al alza, como si lo tienen los Ingresos Activos en función de las horas que podés trabajar por día) y comenzarás a liberar tiempo de vida para dedicarlo a otros asuntos que disfrutes y te interesen más que tu trabajo diario.
2) Tus ingresos mayoritarios provienen de una sola fuente
Aquí, un segundo problema que suele ignorar la mayoría de la gente, incluso los pocos privilegiados que no trabajan y viven de rentas: si tus IT provienen de una sola fuente (tu trabajo en relación de dependencia, un comercio que administran terceros, una inversión financiera no diversificada, etc.), podrías encontrarse en serios problemas si en un momento esa fuente de ingresos comienza a fallar.
La diversificación de las fuentes de ingresos es un hábito necesario que debés adquirir para gozar de una vida financiera saludable. De esta forma, encontrarás esa solidez que te permitirá capear sin mayores sobresaltos las recurrentes crisis económicas de nuestro país o superar contratiempos puntuales de algunos de los rubros donde tengas invertido tu capital.
3) Tus ingresos corren detrás de la inflación
Los Ingresos Activos son aquellos generados mediante un trabajo en relación de dependencia o por cuenta propia. En el caso de los asalariados, lo cierto es que desde hace años sus ingresos corren detrás de la inflación y, cuando creen alcanzarla, otra vez se les escapa.
Si bien en términos nominales cada vez estás ganando más (cobrás más pesos año a año), en términos reales la realidad es otra: tu poder adquisitivo (la cantidad de bienes que podés comprar con tu salario) disminuye.
Si sos cuentapropista, tu situación no es muy diferente: si bien la actualización de los montos que cobrás por cada trabajo corre por tu cuenta, la creciente competencia hace que no puedas ganarle con comodidad a la inflación.
En consecuencia, lo primero que debés hacer es llevar un registro de tus ingresos mensuales y compararlos con la marcha de la inflación para saber cuál es tu situación real. De esta forma, serás consciente de las limitaciones de tus Ingresos Activos y podrás actuar en consecuencia.
4) No tenés estadísticas de tus ingresos pasados
Este punto se vincula directamente con el final del anterior. Llevar un registro de tus ingresos mensuales y anuales resulta fundamental no solo para conocer tu situación económica a grandes rasgos, sino también para identificar la procedencia de esos ingresos y entender cómo se fueron comportando ante la realidad cambiante.
El desglose deber ser lo más puntilloso posible para poder realizar cálculos como los que vimos más arriba referidos a los IT, IA e IP.
El registro puede guardarse en una planilla de Excel o simplemente realizarse a puño y letra. Te permitirá proyectar distintos escenarios de ingresos, sobre todo si sos cuentapropista o emprendedor con ingresos mensuales variables. Conocer el pasado para entender el presente y cambiar el futuro, esa es la meta.
5) Tomás a las tarjetas de crédito como una extensión de tu sueldo
Amigo, amiga, si pensás así, tenés un problema. Las tarjeras de crédito no son una extensión de tu sueldo y no te habilitan (aunque digan que sí) a gastar por encima de tus posibilidades.
El financiamiento que te ofrecen a través del pago en cuotas de un bien o servicio puede permitirte gozar hoy sin pensar en el gasto que ese disfrute representa, pero lo cierto es que no estarás haciendo otra cosa que postergando compromisos de manera, muchas veces, irresponsable.
Para colmo, cuando la acción de “tarjetear” se combina con la decisión de abonar el pago mínimo del resumen mensual, la situación tiende a volverse insostenible y te obliga a trabajar mucho más o vender bienes preciados para terminar pagando la cuenta. Esto es porque los intereses que te cobrará el banco emisor de la tarjeta crecerán de manera exponencial, generándote un serio problema de ingresos a mediano plazo.
Para zafar de este círculo vicioso, te recomiendo evitar la fantasía lamentablemente tan difundida de ganarle a la inflación con las compras en cuotas. Lo mejor es dejar la tarjeta de crédito descansando en un cajón de la casa y realizar las compras en efectivo o con tarjeta de débito.
Conclusión
Alguien podría decir risueñamente que la principal señal de que tenés problemas de ingresos aparece cuando no te alcanza para llegar a fin de mes, pero lo cierto es que hay muchas señales previas que pueden indicártelo y, por otra parte, esa apreciación podría ser inexacta: hay quienes tienen problemas con los gastos y, en ese caso, no habrá ingresos que alcancen. Lo importante es ser conscientes de que los problemas en la generación de ingresos tienen solución si se aplican algunos de los consejos ofrecidos hoy.
Te espero la semana que viene con las cinco señales que pueden decirte si tenés problemas de ahorro. ¡Hasta la próxima columna!
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