Telefónica separaría sus negocioslatinoamericanos de los europeos
MADRID— Telefónica SA, una de las empresas más endeudadas del mundo, podría establecer dos divisiones, una en América Latina y otra en Europa, para protegerse de un nuevo deterioro de la economía española, afirmó Ángel Vilá, director general de finanzas del gigante español de telecomunicaciones.
Un ejecutivo de Telefónica en América Latina, que prefirió el anonimato, indicó que después de evaluar varias posibilidades, incluyendo Miami, la empresa habría escogido a São Paulo como sede de su división latino-americana.
Telefónica, una de las mayores empresas de España en términos de capitalización bursátil y otrora un símbolo de orgullo de la expansión económica del país, se halla inmersa en la crisis española. La recesión que atraviesa la economía de España dificulta y encarece el financiamiento de su deuda de 58.000 millones de euros (US$75.000 millones). La compañía pagó en septiembre tasas de interés cinco veces más altas que France Télécom para vender sus bonos.
Además, el colapso económico de España, que aporta un tercio de las ganancias operativas de Telefónica, hace que sea más difícil para el grupo soportar una carga de deuda tan grande.
El resultado es que la compañía está dando una serie de pasos para reducir su deuda y desacoplarse de su país de origen, medidas que ya han facilitado su acceso a la financiación en las últimas semanas. Pero eso no ha eliminado la especulación acerca de si la empresa abandonará España por completo.
La cuestión de si las empresas del sur de Europa abandonarán sus países de origen cobró mayor urgencia a principios de mes, cuando Coca-Cola Hellenic Bottling Co. anunció planes para trasladar su sede a Suiza. La embotelladora de la bebida estadounidense en Grecia aludió a las dificultades de conseguir financiamiento en el mercado griego para justificar la decisión.
Ángel Vilá, el director general de finanzas de Telefónica, descartó cualquier plan para dejar España, pero sugirió que había otras opciones para separar las operaciones europeas de Telefónica de su significativo y saludable negocio en América Latina.
"Si en algún momento uno quiere tener dos subdomicilios que pertenezcan a una compañía española, es una posibilidad que se podría imaginar", dijo el ejecutivo en una entrevista el jueves. "Hay maneras, sin cambiar el domicilio, de mover estructuralmente al grupo de manera tal que se pueda minimizar el asunto de donde estamos domiciliados".
Aunque no brindó más detalles, Vilá comparó tales iniciativas con la participación de 45% que el grupo británico de telecomunicaciones Vodafone Group PLC tiene en el proveedor estadounidense de telefonía inalámbrica Verizon Communications Inc. Ante el declive en Europa, Vodafone se ha vuelto cada vez más dependiente del crecimiento de su negocio en Estados Unidos.
Las empresas del sur de Europa enfrentan un entorno difícil caracterizado por el sombrío panorama de las economías nacio-nales, un alza significativa en sus costos de financiación y la reducción de los préstamos bancarios. Las empresas españolas, italianas y portuguesas que todavía pueden acceder a los mercados de capital afrontan bruscos cambios en el humor de los inversionistas y pueden llegar a pagar hasta 5 puntos porcentuales más en intereses que sus rivales del norte de Europa.
Telefónica, un ex monopolio estatal, se convirtió en el abanderado de una España nueva y vigorosa, cuya adhesión al euro impulsó un auge del mercado local. Los bancos, compañías de infraestructura y cadenas minoristas españolas salieron de compras por todo el mundo. A lo largo de una década, España se transformó en una de las estrellas más brillantes de Europa que albergaba a algunas de las mayores empresas del continente.
Poco después de su privatización en 1997, Telefónica surgió como uno de los compradores más agresivos de Europa. Impulsada por las grandes ganancias provenientes de su posición dominante en España, Telefónica invirtió 160.000 millones de euros (unos US$207.000 millones) en 16 años en la compra de 238 empresas en Europa, América Latina y Asia.
Telefónica, no obstante, cometió algunos errores cuando la crisis de la deuda soberana española empezaba a asomar en el horizonte. Gastó 26.000 millones de euros para adquirir el grupo británico de telefonía móvil O2 en 2006 y 7.500 millones de euros en 2010 por la participación de 30% que Portugal Telecom poseía en el grupo brasileño de telecomunicaciones Vivo SA.
La deuda neta pasó de 19.000 millones de euros en 2003 a 58.300 millones de la moneda europea en el primer semestre fiscal de este año, al tiempo que los ingresos y los márgenes de ganancias se derrumbaron y la crisis española ahogaba su acceso a la financiación.
"Esta es una compañía que se encuentra en grandes aprietos", señala Robin Bienenstock, analista de Sanford Bernstein, que estima que las ganancias netas de Telefónica en 2012 serán la mitad de las de 2010.
La economía española está inmersa en una profunda recesión que el gobierno espera que dure hasta bien entrado 2013. El presidente del gobierno Mariano Rajoy ha dicho que evalúa una solicitud de ayuda del nuevo fondo de rescate de la Unión Europea.
El consumo se ha reducido drásticamente, en especial en el caso de los productos o servicios no esenciales como la telefonía. Telefónica perdió en agosto 274.620 líneas en España, donde enfrenta una feroz competencia de precios.
Cuando Vilá asumió como director financiero el año pasado, vio que Telefónica, que debe financiar unos 15.000 millones de euros en los próximos dos años, necesitaba reducir rápidamente su deuda si no quería ser arrastrada por la corriente descendente de la crisis de la zona euro. Desde entonces, Telefónica ha eliminado la distribución de dividendos, alcanzado un acuerdo para vender el centro de llamadas Atento por 1.000 millones de euros y realizado 6.500 despidos en España.
El conglomerado también ha acudido a los mercados de capital donde ha recaudado 13.000 millones de euros este año. Ade-más, planea emitir más deuda a finales del año en curso, según Vilá. "Un tercio de este año no ha sido adecuado para la refinanciación (debido a las turbulencias del mercado en España), sin embargo, hemos tenido una refinanciación récord", manifestó. El ejecutivo añadió que la empresa reducirá su deuda a menos de 55.000 millones de euros a finales de año.
De todos modos, el recrudecimiento de los problemas de España podría dificultar el acceso de Telefónica a los mercados.
El grupo se ha visto afectado por las rebajas en las calificaciones de la deuda soberana de España, que quedó apenas un peldaño por encima de la categoría de "basura". Debido en parte a su domicilio español, Standard & Poor’s y Moody’s calificaron a Telefónica apenas dos niveles por encima de la categoría de "basura" y mantienen una perspectiva negativa. Si los bonos del gobierno español cayeran por debajo del grado de inversión, Telefónica podría ser la próxima.
En ese caso, Telefónica se convertiría en uno de los mayores deudores del mundo con calificación de "basura". "En términos de nuestros indicadores, creemos que merecemos una mejor calificación que la que tenemos ahora", dijo Vilá. Pero "estamos convencidos de que vamos a mantener el grado de inversión".
En sus reuniones con las calificadoras de riesgo, Vilá presentará los últimos movimientos de Telefónica, incluyendo la salida a bolsa de su división alemana, prevista para la semana próxima. Telefónica venderá 23% de la filial, en la que será el mayor debut bursátil en Europa este año. La operación podría recaudar unos 1.500 millones de euros, lo que ayudaría a disminuir la deuda.
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