Telefónica refuerza sus inversiones y empieza a desplegar una nueva red fija
Aportará $ 38.500 millones en tres años; el próximo prevé llegar a 600.000 hogares con servicios múltiples
BARCELONA.- Telefónica agotará las instancias administrativas y judiciales en la Argentina para frenar el desembarco del Grupo Clarín en la telefonía móvil, pero ya se prepara para la competencia: aumentará la inversión y desplegará una red fija -apta para dar banda ancha de alta velocidad y TV paga- que se prevé que llegue a 600.000 hogares. Así lo anunciaron fuentes de la empresa durante el Mobile World Congress, la cumbre mundial de la industria que se realiza hasta el viernes en esta ciudad, donde los ejecutivos de la multinacional española siguieron reclamando contra las decisiones del gobierno del presidente Mauricio Macri, que la semana pasada recibió en Madrid al CEO global de la firma, José María Álvarez Pallete.
En los próximos 15 días, el Ente Nacional de Comunicaciones firmará el contrato con Nextel (adquirida por Cablevisión, a su vez controlada del Grupo Clarín) y le fijará las condiciones para desplegar una cuarta red de conectividad móvil 4G, que usará el espectro comprado por la empresa a las cinco firmas que lo tenían asignado. Para Telefónica hay razones técnicas y jurídicas para cuestionar la forma en la que Nextel se haría con el espectro.
Desde que asumió, el gobierno de Macri viene dando los pasos regulatorios para la convergencia de los servicios de telefonía e Internet fija y móvil y TV paga. Tras años de postergación, esa convergencia podría producirse durante los próximos doce meses, en los que se espera que Cablevisión/Nextel construya su red móvil y comience a dar servicio, y las telefónicas desplieguen fibra para poder dar TV paga y mayor ancho de banda de Internet fija.
Cablevisión tiene la red fija de mayor capacidad, pero no tiene aún servicios 4G, y las telefónicas tienen infraestructura instalada de 3G y 4G, pero siguen dando acceso a Internet a través del "par de cobre" (como se llama a los cables telefónicos), que tiene un ancho de banda muy limitado e impide dar TV paga. Por eso, sólo este año Telefónica prevé llegar con una nueva red de fibra hasta 600.000 "hogares pasados" o clientes potenciales.
La amenaza de recurrir al tribunal del Banco Mundial (Ciadi) no está descartada, pero pierde fuerza. Hasta ahora, la firma reclamó administrativamente ante el Enacom y planteó en los tribunales una medida cautelar para suspender la asignación del espectro en la banda de 2.5 GHz a Clarín, sobre la cual el juez aún no se expidió.
En el trieño 2017-2019, la empresa prevé invertir en el país $ 38.500 millones. En los últimos dos años, incluyendo lo pagado por el espectro comprado en 2014, la multinacional española invirtió $ 30.000 millones. Estas cifras son más relevantes si se las pone en contexto: aunque siguen ganando en promedio el 10% de lo que facturan, los operadores globales de comunicaciones vienen perdiendo rentabilidad desde hace algunos años, en una tendencia que parece consolidarse.
España, donde hay tres grandes operadores convergentes (Movistar, Vodafone y Orange), tiene la penetración de fibra óptica más alta de Europa. Los españoles pueden comprar un paquete de cuatro servicios (fibra óptica de 50 megas, una línea fija y dos móviles y la TV por cable de Movistar Plus) a 50 euros mensuales (el equivalente a $ 900). Si prefieren 300 megas y llamadas ilimitadas a fijos, el precio se va a 62 euros, y si quieren mejorar esas prestaciones y agregar los paquetes de contenidos premium (entre ellos, parte del fútbol), entonces pagarán 90 euros. El servicio convergente más caro de Movistar en España -que incluye todo el fútbol y las mejores ficciones- tiene un valor de 115 euros (unos $ 2000). En la Argentina, por esos servicios -buena parte aún no existe comercialmente- se paga el doble o el triple.
Telefónica espera que la administración Macri cumpla las promesas: equiparar el límite de espectro disponible que cada operadora puede usar (ahora, 70 MHz por empresa, cuando Cablevisión/Nextel tendría 90 MHz), que se libere la banda de 700 MHz, comprada y pagada por las tres grandes telcos pero hasta ahora ocupada, que se les permita a las operadoras de 4G compartir infraestructura en las localidades de baja densidad poblacional y poder dar efectivamente televisión a partir del 1° de enero de 2018. Sobre este último punto, sostienen que el Gobierno postergó ese ingreso, que la ley Argentina Digital de 2014 había habilitado, pero que hasta el final del kirchnerismo nunca se había reglamentado.
De fondo está la posibilidad de una fusión entre Cablevisión (controlada por Clarín pero donde el fondo Fintech, del mexicano David Martínez, tiene el 40% de las acciones) y Telecom Argentina (controlada por Martínez). En diciembre de 2015, el mercado daba por hecha esa fusión, que incluso fue alentada por el Gobierno. Pero las diferencias sobre la estrategia y el control de la nueva empresa abrieron una brecha entre el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y Martínez, y las aguas empezaron a separarse. En las telefónicas consideran que el proyecto propio de Clarín en 4G es una jugada previa a esa fusión (para darle mayor valor a Cablevisión), pero reconocen que si en unos meses Nextel avanza en el despliegue de su red (para la cual prometió una inversión de US$ 500 millones) aquella operación se habrá diluido.
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