Tasas por las nubes: cómo sacarle provecho a la tarjeta de crédito y cuáles son los riesgos
A partir del resumen de noviembre, financiar el plástico tendrá un interés nominal anual del 122%, pero el costo total se eleva a más de 300%
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A partir de noviembre, financiarse con la tarjeta de crédito será más caro. Con una inflación que se movió a un ritmo del 12% mensual en los últimos dos meses, el Banco Central (BCRA) subió las tasas de interés al valor más alto de las últimas dos décadas, una medida que también incluyó a los plásticos y al programa Ahora 12. Sin embargo, ante el constante aumento de los precios de la economía, se le pueden sacar grandes provechos a las tarjetas de crédito si se las utiliza a conciencia.
Según fue reglamentado en la Comunicación “A” 7862/2023, publicada en el Boletín Oficial a mediados de octubre, a partir del mes que viene la refinanciación de la tarjeta de crédito trepará del 107% al 122% nominal anual (TNA). Un tope que regula la entidad monetaria y que aplica únicamente a importes menores a $200.000, o US$200.
Al agregarle costos de comisión bancaria, la tasa se posiciona mucho más arriba que la inflación proyectada para el próximo año. El costo financiero total (CFT), que es lo que efectivamente se terminará pagando, se encontrará en torno al 302,8%. No obstante, la cifra puede variar dependiendo de la entidad monetaria. Estos intereses corren cuando se paga el mínimo de la tarjeta, se pide adelanto de efectivo o se paga en cuotas por fuera del programa Ahora 12.
En cambio, sobre el excedente de los $200.000 o US$200, la tasa es regulada por la Ley de Tarjetas de Crédito (25.065). En el artículo 16, se establece que el interés compensatorio o financiero no podrá superar el 25% de la tasa que el banco aplique a operaciones de préstamos personales. En el Banco Nación, la tasa nominal anual es del 150%, mientras que el costo financiero total efectivo asciende a 445,82% para noviembre. En bancos privados, podría ser incluso mayor.
Cómo sacarle provecho a la tarjeta de crédito
Teniendo en cuenta las tasas de interés que corren por falta de pago, en el actual contexto inflacionario se le puede sacar un gran provecho a la tarjeta de crédito, siempre y cuando se utilice en línea con los ingresos reales del usuario. Según señaló Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, si se consume el día después del cierre del resumen habrá una ventana de 40 días por delante hasta enfrentar el pago.
“Con la tarjeta de crédito uno tiene la posibilidad de adelantar gastos, clave en una economía con una inflación del 10% mensual [o más]. En definitiva, si el cierre de tarjeta está lejos del día en que se hace la compra, se le está ganando un 10%. Es un instrumento básico para intentar defenderse de la inflación. Los riesgos son muy bajos, el problema es que los sectores que menos tienen no lo pueden hacer, porque no suelen tener acceso a estas herramientas”, dijo el analista financiero Christian Buteler.
Durante ese plazo de tiempo, mientras la inflación erosiona el valor real a pagar, incluso se puede poner a trabajar el dinero que se iba a destinar a la cuota. Por ejemplo, con un plazo fijo tradicional a 30 días, que actualmente paga una tasa nominal del 133% anual u 11% mensual. En caso de que el cierre de tarjeta se produzca en menos de un mes, otra alternativa podrían ser los fondos money market de las billeteras digitales, que rinden un 100% anual (8,3% mensual) y tienen liquidez inmediata.
Un caso concreto. Si ayer se efectuó el corte de tarjeta, hoy el consumidor puede hacer una compra de $100.000 en una sola cuota y pagarlo recién en los primeros días de diciembre. Si esos $100.000 se ponen en un plazo fijo, por poner un ejemplo de una inversión conservadora, a finales de noviembre recibirá $111.000 para pagar el resumen de tarjeta y le quedarán $11.000 extra para el bolsillo.
Acá la advertencia. Si se sobrecargó la tarjeta de crédito y no se llega con el efectivo, el cliente bancario tiene la opción de pagar el mínimo del resumen. Es la cantidad más pequeña que exigen las entidades financieras, que suele rondar entre el 5% o 10% de la deuda total. Sin embargo, por el costo de financiamiento del resto, se aplicarán las tasas de entre un 300% y 445% anual.
“Cuando uno se endeuda con la tarjeta de crédito es porque paga algo extraordinario o algo que no se va a repetir todos los meses. Una compra que no es habitual, no es recurrente, que es una sola oportunidad que merece pagarse en cuotas porque comprende varios períodos. Puede ser un artículo que se aprovechará durante varios meses, incluso años, como un electrodoméstico, una prenda de vestir o una reparación del automóvil”, agregó Barbero.
En esa misma línea, remarcó que deberían evitarse consumos sobre aquellas compras recurrentes. Como el gasto de supermercados o de la farmacia. Desde sus orígenes, los plásticos nacieron con el objetivo de facilitarle las compras a los usuarios sin la necesidad de tener la plata en el momento.
Ahora 12
Recientemente, las tasas del plan Ahora 12 también se vieron modificadas, ya que por normativa las mismas se fijan en un 75% de la tasa que pagan los plazos fijos. Desde mediados de octubre, la tasa nominal del programa de financiamiento que impulsa el Gobierno para la compra de productos nacionales quedó en un 99,75% anual.
Además, de acuerdo con la página oficial del Ministerio de Economía, hay topes máximos para cada plan de financiamiento. Si bien aclaran que algunos comercios no cobran interés -algo prácticamente en extinción-, se estableció el máximo interés que puede cobrar un comerciante sobre el precio de contado y dieron algunos ejemplos.
Si un cliente decide financiar la compra con el programa Ahora 3, podrán recargarle un 16,01%. Entonces, un artículo que costaba $100.000 de contado, se dividiría en tres pagos de $38.670. Un total de $116.010. Esa misma transacción, pero con el Ahora 6, se divide en seis cuotas fijas de $22.287. Con un interés del 33,72%, el valor final es de $133.720.
Siguiendo con el ejercicio de los $100.000, si el comprado se inclina por el Ahora 12, el comerciante podrá agregarle un recargo del 76,83%. Es decir, se pagará un total de $176.830, en doce cuotas de $14.736. Con el Ahora 18 (132,84%), el producto terminará costando $232.840, pero en 18 cuotas de $12.936. Finalmente, con el Ahora 24 el artículo se paga un final de $306.290. Pero son dos años de pagar mensualmente $12.762 (206,29%).
“Todo lo que sea cuotas fijas sin interés, o incluso con un interés menor a la inflación proyectada, se sale ganando. Es una cuenta financiera que generalmente no se hace, pero que existe, y da la posibilidad de defenderse frente al avance de los precios. De hecho, en algunas cadenas ofrecen tres cuotas sin interés o 20% de descuento, y sigue conviniendo las tres cuotas sin interés. Porque la inflación es del 10%, 12% mensual, por lo que el valor real a pagar es menor. En un contexto inflacionario, como el actual, el uso de la tarjeta tiene muy bajos riesgos. Siempre y cuando se use de forma responsable, según ingresos proyectados [es decir, salario futuro]”, cerró Buteler.
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