Tarifas: en el interior, las boletas de luz cuestan más del doble que en AMBA, pero todo el país recibe un subsidio por la energía
Las boletas en el AMBA tienen subsidiado el segmento de distribución eléctrica, pero en todo el país los usuarios reciben subsidios por la generación eléctrica; en total, se cubre solo el 42% del costo total de generar electricidad en la Argentina
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Desde 2006 a la fecha, la Argentina destinó US$80.000 millones a subsidiar al sistema eléctrico. Los especialistas del sector critican que se hizo de manera ineficiente, ya que se destinó el mismo monto de subsidio a todos los usuarios por igual, sin distinguir su poder adquisitivo, y no se establecieron límites al consumo, generando un derroche de energía. El gobierno de Javier Milei se estableció como desafío regularizar las transferencias de subsidios al sistema eléctrico, para reducir el gasto y focalizar la ayuda en los usuarios que más lo necesitan, aunque todavía en las primeras tres semanas de gestión no mostró cuál será la hoja de ruta.
Si se toma en cuenta los datos del sistema eléctrico acumulados en 2023 hasta noviembre pasado (última información oficial), el costo medio de generación eléctrica promedió los US$75,8 el MWh. De ese total, se trasladó en promedio a las tarifas de usuarios residenciales, comercios e industrias el 42%, equivalente a US$36,8 el MWh, según el último informe de Adeera, la asociación que agrupa a todas las distribuidoras eléctricas del país, incluidas Edenor y Edesur.
Este porcentaje cayó significativamente en diciembre, luego de la devaluación del tipo de cambio oficial, ya que las boletas se pagan en pesos, pero los contratos del sistema están dolarizados. Es decir, las tarifas son menos representativas del costo, porque mientras estos se dispararon, las boletas se mantuvieron constantes.
La cobertura que hacen las tarifas del costo total además no es igual en todos los usuarios, desde que en 2022 se implementó la segmentación tarifaria residencial. Si bien el promedio general marca que solo los usuarios residenciales cubren el 51% del costo total de generación, la situación es distinta según la segmentación de altos ingresos (nivel 1), bajos ingresos (N2) e ingresos medios (N3). Mientras que en noviembre pasado, los hogares de alto poder adquisitivo cubrían el 100%, los usuarios de ingresos bajos pagaban menos del 16%. En tanto, los usuarios residenciales de ingresos medios cubrían el 20% para los consumos menores a 400 kwh y el 100% para el excedente.
Las boletas eléctricas en el país están compuestas por el costo de tres servicios: el de generación (que tiene el mismo nivel de subsidio en todo el país), la transmisión de la electricidad y la distribución entre los hogares. En este último componente, que explica alrededor del 25% del precio final de las tarifas, solo en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se recibe un subsidio mayor. Por lo tanto, si bien las tarifas eléctricas están subsidiadas en todo el país (porque se cubre solo el 42% del costo total de generación), los usuarios de Edenor y Edesur tienen además otro subsidio por el servicio de distribución.
Además, en el interior las provincias y municipios suelen aplicar mayores impuestos a las tarifas eléctricas que en el AMBA. Según Adeera, dependiendo de la jurisdicción, la sumatoria de impuestos directos e indirectos podría alcanzar el 50%. Todo esto genera una gran distorsión de precios de las tarifas entre las distintas provincias por el mismo servicio de electricidad, que en los usuarios de ingresos bajos y medios alcanza al doble del costo.
Por ejemplo, mientras que en el AMBA, un usuario de altos ingresos (N1) pagaba en septiembre $3952 una tarifa de 100 KWh al mes, en el resto de país el mismo consumo costaba $5334, un 35% más. En el caso de los usuarios de ingresos bajos (N2), mientras que en el AMBA la tarifa costaba $1138, en el resto del país se pagaba el doble, $2301. Lo mismo ocurrió con los usuarios de ingresos medios: mientras que los del AMBA pagaron $1250, en el interior costaba $2465.
La Argentina, a su vez, tiene una de las tarifas residenciales más bajas de la región, solo por detrás de Paraguay, cuyos costos eléctricos son menores porque se abastece en su totalidad con energía de generación hidráulica (fundamentalmente de las centrales de Itaipú y Yacyretá). Allí la tarifa cuesta US$0,05 los 100 KWh por mes. Los valores del resto de los países son: Uruguay, US$0,37; Brasil, US$0,24; Perú, US$0,23; Chile y Ecuador, US$0,15, y Bolivia, US$0,11.
En el país, las tarifas varían según el poder adquisitivo del usuario y si es una boleta del AMBA o del resto del país. Para los usuarios N1: US$0,11 si son del AMBA o US$0,15 para el resto del país; para los N2: US$0,03 del AMBA y US$0,07 del resto, y para los N3: US$0,04 del AMBA y US$0,07 del resto. En todos los casos se está por debajo del promedio de la región sin incluir la Argentina: US$0,19 los 100 KWh por mes, según el informe de Adeera.
Costos del sistema eléctrico
La Argentina tiene una matriz de generación eléctrica muy diversa. En noviembre pasado, el 42% de la generación fue térmica, que se alimentó en más del 90% de las usinas con gas; el restante fue gasoil y fueloil. Luego, la segunda mayor fuente de generación fueron las centrales hidroeléctricas, que aportan el 33%. Esta forma de generar electricidad es la más económica. Por eso, en épocas de mayores lluvias, cuando los ríos y las represas acumulan más agua, bajan los costos del sistema eléctrico.
El resto de la generación eléctrica provino de las renovables no hidráulicas, como la eólica y la solar, que explicaron el 18% de la oferta; mientras que el 8% restante lo aportó la energía nuclear, según el informe de Adeera.
“El costo total del sistema de noviembre 2023 alcanzó los US$634 millones. El 77% del costo se explicó por las remuneraciones a los generadores, mientras que 23% restante fueron gastos en combustibles”, dice el informe.
Del total de la demanda eléctrica, alrededor del 45% lo explica el consumo residencial, mientras que un 10% son los comercios y pequeñas industrias, y un 15% los grandes usuarios mayoristas.
En lo que respecta al gas, en noviembre pasado la Argentina consumió 103,2 millones de metros cúbicos por día (m3/d). De ese total, 25 millones fue la demanda de hogares (prioritaria), 39 millones necesitó la industria, 32 millones utilizaron las usinas para generar electricidad, 6,2 millones demandaron para GNC y 5,8 millones se exportaron.
La oferta de gas fue casi en su totalidad producción nacional (102,1 millones de m3/d), mientras que también se importaron 4,3 millones de Bolivia y 0,3 millones de gas natural licuado (GNL) por el buque regasificador emplazado en el puerto de Escobar.
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