Vuelos al exterior: por qué cuesta más caro viajar afuera y qué tiene que pasar para que bajen los precios
Las aerolíneas subrayan que la suba del valor del combustible a nivel internacional presiona sus costos; con todo, la demanda argentina crece por encima de lo esperado y los pasajes a Brasil avanzaron hasta 40%
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CORDOBA.- La suba del precio del combustible a nivel internacional por la invasión de Rusia a Ucrania es determinante para que el valor de los pasajes aéreos siga aumentando: el insumo representa alrededor del 50% de los costos de operación. Aunque las líneas aéreas, en general, prefieren no dar porcentajes sobre la evolución de las tarifas, desde algunas agencias admiten que desde abril hay destinos como Brasil que registran alzas de “hasta 40%” en pesos para volar en temporada baja.
En dólares, en los últimos dos años, prácticamente todos los destinos más buscados desde la Argentina se incrementaron en dólares entre 50% y 60%. A las tarifas se le suma la creación del 30% del impuesto PAIS y el 35% a cuenta de Ganancias. “Si se netean de esas cargas, la percepción de las tarifas cambia: la ecuación sin los impuestos es otra”, dicen desde una línea aérea que une el país con Europa.
Fuentes de la brasileña Gol ratifican que las actuales cotizaciones de la parafina de aviación QAV (combustible de aviación) son las más altas desde 2008 e impactan en las operaciones de todas las compañías. “Ante este panorama, ha sido inevitable el ajuste de los precios de los billetes para seguir la actual volatilidad de ese insumo -añaden-. Reforzamos que el proceso de fijación de precios es dinámico y también sigue la oscilación de la demanda y la elasticidad y estacionalidad, inherentes a la industria aérea”.
Desde el sector de los operadores turísticos advierten que podría haber una nueva actualización de precios, tanto en cabotaje como en internacional, antes de las vacaciones de invierno. “Para que se estabilicen, e incluso bajen, tiene que aumentar la oferta de vuelos. No solo hay incidencia del precio del combustible”, indican.
En las asociaciones que reúnen a las aerolíneas coinciden en que la demanda es, incluso, mayor a la esperada y lo relacionan -además de con los dos años en que casi no se pudo viajar- con la “incertidumbre” que hay en el país.
“Hay inflación alta. En diciembre sacaron los pagos en cuotas, hay quienes creen que podría haber cambios en el uso de las tarjetas de crédito en el exterior. Todo eso hace que el que puede, compre ahora”, grafica el directivo de una compañía internacional.
En pesos, un pasaje para viajar a Madrid en marzo de 2023 por Aerolíneas Argentinas cotiza entre $230.000 y $240.000; a Roma en el mismo período se mueven entre $226.000 Latam y $291.000 Lufthansa. Son unas cuatro veces más de lo que costaba sacarlos con la misma anticipación en 2019.
Para la misma fecha, desde Buenos Aires a Miami hay tarifas desde $121.000 en Boliviana de Aviación a $271.000 en American Airlines, con otros entre $185.000 y $197.000 de Aerolíneas Argentinas, Avianca o Latam. Para volar en junio a Cancún, hasta este lunes se conseguían tarifas desde $131.000 en Copa hasta $241.000 por Avianca.
Paula Cristi, gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay, señala que la industria se está recuperando. “Comenzando con el mercado doméstico y luego con el regional y el internacional, el turismo está viviendo un momento de crecimiento muy importante después de momentos de incertidumbre”, apunta. Consigna que los más buscados para afuera son Santiago de Chile, Río de Janeiro, Miami y Madrid y menciona que, según proyecciones como la de la Organización de Aviación Civil Internacional, en marzo de 2023 los niveles serán los del mismo mes de 2019.
En el último trimestre, describe, las reservas brutas registradas por la empresa aumentaron 118% interanual, con lo que alcanzaron el 69% del nivel previo a la pandemia. Cristi insiste en que los precios son “dinámicos” porque dependen de la disponibilidad de los proveedores, el factor de ocupación, la estacionalidad, el tipo de servicio, la anticipación de compra y la estadía promedio.
Ruidos en torno a las tarjetas
En los últimos días, se repitieron testimonios de quienes quisieron pagar consumos en moneda extranjera con tarjetas de crédito radicadas en la Argentina y no pudieron. LA NACION consultó con fuentes de distintos bancos, que negaron haber recibido planteos en ese sentido. Algunos apuntaron que puede haber inconvenientes con los límites en pesos, pero no por el domicilio de los plásticos.
El lunes pasado circuló una versión sobre un posible cepo al dólar tarjeta, el que fue rechazado por el Banco Central. La sospecha es que, ante la necesidad de cuidar los dólares, se podía restringir el acceso a ese canal. Según datos oficiales, en abril se vendieron US$470 millones para atesorar o para pagar gastos de compras al exterior.
Hace dos semanas, el informe del Central sobre Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario, endilgó el déficit de US$1040 millones de marzo, al turismo. “Este resultado fue explicado principalmente por los egresos netos por viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta, fletes y seguros, y otros servicios por 517 millones de dólares, 455 millones y 242 millones, respectivamente”. La cifra fue 65% más alta que en febrero, aunque sigue más bajo que en la prepandemia.
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