Aprendizaje activo y apoyo permanente, claves para formar emprendedores con impacto
Desarrollar capacidades y no contenidos debe ser un aspecto fundamental de una educación que fomente entre los jóvenes la voluntad de crear negocios con propósito
El 34% de los jóvenes espera que la empresa que los emplea tenga una estrategia de sustentabilidad. Al 14% le resulta fundamental que la firma cuide los recursos naturales; al 16% que destine recursos económicos a la solución de problemas ambientales y sociales; y al 20% que la organización involucre a los empleados en acciones de beneficio de la comunidad. Estos resultados surgen del "Creatón", un estudio realizaron por Trendsity para McDonald's, en el que se consultó a 400 jóvenes y "agentes de cambio" para entender qué esperan del trabajo del futuro y de las firmas que los emplean y emplearán en el largo plazo.
Por eso, durante la mañana de "Trabajo, cómo ganar la batalla del futuro", la sustentabilidad tuvo lugar con un panel especial en el que se debatieron cuáles son las claves y principales dificultades para llevarla a cabo. En una mesa moderada por Ignacio Federico, periodista de LA NACION; María Mérola, directora de Educación y Juventud de Ashoka; Rocío González, cofundadora Papa y Daravi, y Noël Zemborain, directora ejecutiva de Junior Achievement Argentina, contaron sus experiencias en primera persona.
"Desde Ashoka impulsamos un mundo en el que todas las personas sepan y crean que son agentes de cambio. Lo hacemos apoyando emprendedores sociales e impulsando ecosistemas donde nos eduquemos y entendamos que depende de nosotros cambiar el mundo", definió Mérola, quien reconoció que encontrar emprendedores con este perfil siempre fue una tarea desafiante.
"En los 90, cuando Ashoka empezó en la Argentina, cuando encontrábamos a estos emprendedores, a estos 'locos' que decían 'tengo una idea para cambiar al mundo y además me voy a dedicar a eso', muchas de estas personas nos decían 'por fin alguien cree en mi idea' y eso es lo que siempre le dio mucho valor a nuestra red", contó Mérola, y dijo que hoy esto sigue siendo así, pero estos emprendedores son más comprendidos en su entorno y cada vez hay más.
González es arquitecta y fundó Papa, una firma que diseña productos a partir de materiales descartados. "Decidimos generar oportunidades de trabajo y hablar de impacto. Y cuando hablamos de impacto, hablamos de escala", contó. Así también nació Daravi, una fábrica con foco en el triple impacto (social, ambiental y económico). Allí se reciben donaciones de empresas que dan lo que descartan a nivel industrial y, con eso, se diseñan accesorios. Hoy, la firma da trabajo a mujeres a las que enseñan a realizar los productos para que los puedan hacer desde sus casas y, al mismo tiempo, mantener un trabajo sostenido y estable.
"Daravi es una de las villas más grandes de la India y tiene la particularidad de ser un caldo de cultivo de emprendedorismo. A mí me interesa hacer negocios que cambien el mundo: creo en los negocios como un factor de cambio", aseguró González, quien remarcó la importancia de haber viajado allí y haber aprendido de la visión de esos emprendedores, que consiste en "ver más allá de lo que uno hace en el día a día y generar un cambio real".
"Me quise traer un poco de eso para acá. Yo no me identificaría con un trabajo que no tenga un propósito. Y mi emprendimiento tuvo que ver mucho con eso: hacer lo que yo sé hacer y poner todo eso al servicio de generar oportunidades de trabajo", explicó.
Una de las claves del negocio de Daravi fue alcanzar escala. "Queríamos generar impacto y nos parecía que si queríamos tener trabajo, teníamos que sostener una cantidad de productos por mes para sostener el empleo de la gente", explicó. "El camino es paso a paso, pero para mí no tiene mucho sentido pensar en algo chico. Mi forma de pensar cambió cuando dije 'si yo quiero cambiar algo, tengo que pensar en algo grande, que se pueda replicar'", contó, e insistió: "Para hacer el bien hay que usar los negocios a favor".
"Hay un gran consenso hoy en que la educación, tal como la conocemos, ya no va más. El formato es obsoleto, tenemos que trabajar con los jóvenes de otra manera y ayudarlos a desarrollar capacidades y no contenidos", dijo Zemborain, de Junior Achievement, una de las ONG más grandes del mundo que prepara a los jóvenes para los empleos del futuro a través del aprendizaje práctico y combinado en educación financiera, formación para el trabajo y emprendimiento.
Actualmente, implementa el 85% de sus programas en escuelas públicas y lo que respecta a escuelas privadas lo hacen en los establecimientos parroquiales, de comunidades vulnerables. "Los preparamos con el aprendizaje activo, que los chicos aprendan haciendo. Intentamos llevar historias a los colegios, para que conozcan buenos casos, mentores e inspiradores para que se sientan capaces de progresar", explicó.
Con respecto a los problemas que detectan en la educación local, Zemborain dijo que "muchas veces los chicos mismos se autoexcluyen o dan un paso atrás". Y describió: "Falta que los motivemos de una manera en la cual vean que tiene sentido a terminar el colegio, poner esfuerzo y perseverancia. Por eso trabajamos en el desarrollo de habilidades blandas, en la conexión entre el mundo del trabajo y emprendedores con la escuela".
Zemborain explicó que el gran objetivo de Junior Achievement es transformar la educación. "No queremos solo hacer programas extracurriculares, sino que lleguen a todos los chicos", dijo, y aclaró que, actualmente, están trabajando en línea con los ministerios de Educación para que el programa entre en la mayor cantidad de escuelas públicas del país.
"¿Qué pasaría si en el mundo todos transitáramos la escuela o los espacios de educación con un entorno que nos dice que nosotros podemos ser coherentes y generar cambios en el entorno?", planteó Mérola, y destacó que ese mismo contexto es el que se ve y plantea desde Ashoka. "Por supuesto falta muchísimo por hacer", reconoció, y destacó como ejemplo el caso de Greta Thunberg, la joven activista sueca que inició un movimiento juvenil global contra el cambio climático. "Nadie le dijo ?podés generar un movimiento'. Ella fue, creyó que lo podía hacer y empezó. La gran pregunta es cómo generamos espacios donde los chicos crean en sí mismos y utilicen las herramientas que tienen para ser agentes de cambio", concluyó.
Los valores de los jóvenes
- María Mérola: "Decidimos generar oportunidades de trabajo y hablar de impacto. Y cuando hablamos de impacto, hablamos de escala"
- Rocío González: "A mí me interesa hacer negocios que cambien el mundo. Yo no me identificaría con un trabajo que no tenga un propósito"
- Noël Zemborain: "Hay un gran consenso hoy en que la educación, tal como la conocemos, ya no va más. Hay que desarrollar capacidades, no contenidos"