Suspendió el Gobierno las exportaciones de carnes
El precio de la hacienda volvió a subir ayer, 7,63%, y se esperaba un alza en las carnicerías
En una drástica reacción, el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, decidió anoche suspender por 180 días las exportaciones de carne como respuesta al fuerte aumento del precio de la hacienda registrado ayer en el Mercado de Liniers, que superó el máximo de los últimos años.
La medida significa un duro golpe a los embarques de carnes argentinas, que el año pasado ascendieron a 770.000 toneladas por un valor de US$ 1390 millones. De la prohibición sólo quedaron exceptuados los envíos de la cuota Hilton, un contingente de 28.000 toneladas de cortes de alta calidad con destino a la Unión Europea, valuados en unos US$ 200 millones. También fueron excluidas las ventas comprometidas en los convenios de país a país, como el caso de Venezuela.
El resto de la producción de carne, a partir de hoy, no podrá exportarse y deberá volcarse por decisión del Gobierno sólo al mercado interno, con el propósito de bajar los precios de los cortes de consumo masivo. En los cálculos oficiales, con la suspensión de las ventas externas se volcarían unas 600.000 toneladas de carne al mercado local, para abastecer una demanda que no afloja a causa del mayor poder adquisitivo de la población.
El anuncio fue realizado anoche por la ministra de Economía, Felisa Miceli, acompañada por el secretario de Agricultura, Miguel Campos, en la Casa de Gobierno. Kirchner ya había anticipado por la tarde, en un acto en Avellaneda, duras medidas contra la industria frigorífica exportadora. “No nos interesa exportar a costa del hambre del pueblo”, dijo, y agregó: “Exporten, ganen, pero vendan la carne a los argentinos al precio que corresponde”.
Aunque Miceli no dio anoche precisiones sobre las resoluciones que deberán avalar la suspensión de las ventas externas por seis meses, consideró que la medida “es la mejor manera de cuidar el bolsillo de la gente” y que responde a “una necesidad de contener los precios internos de un producto que no sigue las reglas generales”, dijo.
Más adelante, agregó: “Iremos monitoreando el desarrollo del mercado local de carnes para conocer cómo responde a estas medidas y para definir la reapertura de las exportaciones en el plazo estipulado”. Además, se anunció el incremento del 5 al 15% de las retenciones a la exportación de productos termoprocesados y carnes con hueso.
De forma sugestiva, la ministra de Economía había negado durante la tarde, mientras visitaba la muestra Feriagro, en Santa Fe, que el Gobierno avanzaría hacia una prohibición de las exportaciones de carne. En declaraciones recogidas por la agencia Télam, Miceli aseguró: “No es para tanto”. Por la noche, la funcionaria confirmó lo contrario.
En realidad, todo comenzó ayer muy temprano, cuando a la mañana el novillo, principal producto de referencia, alcanzó los 2,948 pesos por kilo vivo, el nivel más alto del año en el Mercado de Hacienda de Liniers. Con un ingreso de 9574 cabezas, la cotización del novillo se disparó, de un día para el otro, un 7,63%, que se sumó al incremento acumulado del 10% desde el lunes pasado y del 26 por ciento en lo que va de 2006.
Apenas se conocieron las cotizaciones en alza, los representantes de las asociaciones de carnicerías advirtieron que la suba de la hacienda se trasladaría, entre un 8 y un 10 por ciento, a los cortes al consumidor. La corrida de los valores de la hacienda terminó configurando un verdadero día de furia para la carne.
De inmediato, se activaron todas las alarmas del Ministerio de Economía y la Secretaría de Agricultura. Los equipos técnicos de los dos organismos iniciaron una extensa reunión para buscar alternativas que apuntaran a enfriar los valores de uno de los productos de mayor incidencia en el costo de vida. Los malogrados acuerdos de precios celebrados durante el año pasado, según una alta fuente de Agricultura, fueron descartados y se avanzó hacia un esquema de cupos o límites de exportación de carnes.
Esta fue una de las ideas que evaluó Kirchner en la reunión que mantuvo con Miceli y Campos, pero se inclinó por la suspensión lisa y llana de los embarques al exterior, aunque la medida signifique menores ingresos al fisco a través de las retenciones a las exportaciones.
A estas alturas, el mes de marzo quedará grabado en la mente de los operadores de ganados y carnes. Sucede que en el mismo período del año pasado empezaron los tironeos con el Gobierno después de que el novillo alcanzara un valor de 2,80 pesos el kilo vivo. En ese momento se idearon los convenios de precios que, según estimaban los funcionarios, desinflarían “las expectativas inflacionarias”. Ayer, con la suspensión de las exportaciones, Kirchner, eliminó cualquier tipo de negociación. En enero pasado había fracasado un intento de renovar el acuerdo de precios porque no lo suscribieron las principales entidades del campo. Más atrás, en diciembre último, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna decidió elevar las retenciones a las exportaciones del 5 al 15% para frenar la suba de precios, aunque la exportación sólo representa un 20% de la producción total de carnes.
“Todo aquello del aumento de las retenciones no tiene ni comparación con lo que significa suspender las exportaciones: esto es muy, pero muy malo”, dijo ayer un representante de la industria frigorífica exportadora. Hoy, el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas analizará los efectos de esta medida, que se calificó como grave. Este grupo de empresas ocupa a unos 30.000 trabajadores en sus frigoríficos del Gran Buenos Aires y Rosario.
La batalla contra la inflación en el rubro carnes que libra el Gobierno se topó con el hecho de que la oferta de ganado en el país y, por ende la de carnes, resulta insuficiente para abastecer tanto a la demanda interna –apuntalada por los mayores ingresos de la población–, como a las ventas externas, favorecidas por la salida de Brasil del mercado internacional a causa de la aftosa.
“Sin medidas para aumentar la producción cualquier otra cosa tendrá un efecto de corto plazo, pero hipotecará no sólo el futuro del sector, sino también del consumidor”, opinó ayer un consignatario de hacienda antes de conocerse la suspensión.