Sube el combustible más barato: a partir de cuándo y por qué se encarece el GNC
Corresponde al incremento trimestral establecido por los nuevos contratos firmados entre las distribuidoras y las estaciones de servicio
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A partir del mes próximo, el metro cúbico de GNC subirá entre dos y tres pesos, y pasará del promedio actual de $37 en las estaciones de servicio de Buenos Aires a $40. En noviembre habrá un nuevo y último incremento en el año, que podría ser menor si el precio de las naftas continúa sin modificaciones para esa época, lo cual es lo más probable, teniendo en cuenta las elecciones legislativas. Esto afectará a los 1,8 millones de vehículos que hay en la Argentina con esta carga.
Por los nuevos contratos que se firmaron de GNC, corresponde que el valor del gas en boca de pozo pase a representar el 14% del precio de nafta súper, del 13,5% actual. Así lo habían acordado distribuidoras y estaciones de GNC, que fijaron una suba de 0,5 puntos porcentuales cada tres meses hasta llegar a un 15,5%. Este mecanismo de indexación funcionará así por lo menos en los próximos tres años, que es la duración de los contratos nuevos.
El último aumento de GNC se dio a fines de abril. En mayo, la nafta y el gasoil aumentaron en promedio un 5%. Por lo tanto, el incremento actual tiene un componente doble: además de subir porque corresponde una proporción mayor del precio de la nafta súper, aumenta porque se actualizó el precio del litro a un valor de aproximadamente $90,5.
“Lo que aumenta seguro es el valor del costo del gas. Después, hay estaciones de GNC que arrancaron con los nuevos contratos y han estado subiendo un peso, para compensar los mayores costos de inflación y el aumento de paritarias. No es lo mismo una estación de servicio de cinco empleados, que otra de 20, por eso hay tanta dispersión de precios. Además están las estaciones fantasmas, que cobran el metro cúbico a $30, pero porque no pagan impuestos y otras obligaciones”, dice Pedro González, vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC.
También señala que fuera del área metropolitana de Buenos Aires el costo de GNC es más caro, de alrededor de $50 el metro cúbico, 10 pesos más que en la Ciudad y el conurbano bonaerense.
Aun así, consumir GNC sigue siendo más económico. Por ejemplo, un auto mediano que consume un litro por cada ocho kilómetros, si recorre 400 km, le cuesta $4550 el recorrido a un precio de nafta súper de $91; mientras que le costaría $1400 con GNC a los nuevos valores de $40 el metro cúbico (un m3 alcanzaría para cubrir hasta 12 km). Convertir el auto a GNC cuesta alrededor de US$1000.
El mes pasado se convirtieron a GNC 10.516 vehículos, y el acumulado del año hasta mediados de julio son 83.369 unidades. En un año normal, se convierten entre 150.000 y 160.000 vehículos, aunque también salen muchos autos de circulación, porque en general son de uso intensivo y se amortizan más rápido.
Precio de la nafta
El presidente de YPF, Pablo González, prometió que no habría más incrementos de precios hasta fin de año. El mercado de nafta y gasoil no está regulado directamente por el Gobierno, como sí sucede con las tarifas de luz y gas, pero en la práctica YPF decide cuándo y cuánto aumentar, ya que representa a más del 55% de la oferta de combustibles. Al ser un sector muy competitivo, ningún jugador quiere moverse mucho de los valores de mercado.
La última vez que aumentaron los precios fue el 13 de mayo pasado, cuando el valor internacional del barril de petróleo (el Brent, la cotización que se toma de referencia en la Argentina) estaba en US$67,05 y el tipo de cambio mayorista era $94,1. Desde entonces, el valor del dólar no varió mucho (ayer cerró en $96,37), pero el Brent aumentó a US$73,6, más de seis dólares.
Este incremento le genera presión a los precios de los surtidores locales, pero la decisión política del Gobierno es no aumentar precios hasta las elecciones. Para el 1° de diciembre ya está establecido un incremento del impuesto a los combustibles, que generaría una suba en los valores del surtidor. Esto podría cambiar si, en el proyecto de ley de hidrocarburos que se presentará en los próximos días, se establece un mecanismo automático para determinar el precio de las naftas y para actualizar los tributos.
Mientras tanto, YPF y el resto de las empresas no integradas negocian con los productores independientes para no tener aumentos de precios. Esto incluye a las refinadoras Raízen, que es dueña de la marca Shell de estaciones de servicios, y Trafigura, propietaria de Puma Energy, por un lado, y a Vista, Pluspetrol, ExxonMobil y Shell, por el otro.
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