El Banco Central quiso rematar 962.000 kilos de monedas, pero dio marcha atrás
La entidad monetaria iba a rematar tambores repletos de monedas por un precio base de $522 millones; la oferta se promocionaba por kilo
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No es novedad que hoy las monedas argentinas valen más por su metal, que por su valor monetario. Pero sí lo es que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) tome la decisión de subastar 1339 tambores metálicos repletos de monedas, una oferta que fue promocionada por su peso neto: 962.294,59 kilos de monedas y cospeles, a un precio base de $522 millones.
La oferta aparecía publicada hasta esta mañana en la página de subastas del Banco Ciudad, entidad financiera que se encarga de encaminar los pedidos que realizan tanto instituciones públicas como privadas. Sin embargo, luego de que LA NACION consultara al Banco Central sobre el origen y finalidad del remate, confirmaron que dieron marcha atrás con la publicación.
“Confirmamos que no hay prevista ninguna subasta de monedas. La publicación, entendemos, ya fue dada de baja”, aseguraron fuentes oficiales a este medio, aunque no dieron explicaciones sobre por qué se había llevado adelante ni los motivos que llevaron a su cancelación.
En la publicación se promocionaba el remate de 1339 tambores metálicos cerrados sobre pallets de madera, que en su interior contenían monedas y cospeles con un peso neto de aproximadamente de 962.294,59 kilos. En ningún momento de la publicación se habló de su valor monetario.
En detalle, también había 117.500 monedas bimetálicas de $2 en 235 bolsas de 500 unidades cada una; unas 4000 monedas de $5 de la Convención Constituyente; 2693 monedas bimetálicas de $1; otras 2927 monedas bimetálicas de $2; aproximadamente 649 monedas de $0,01; 455 de $0,05; 2285 de $0,10; 2408 de $0,25; unas 400 unidades de monedas de $0,50; aproximadamente 18.900 monedas bimetálicas conmemorativas de $2; y otras 13.500 monedas bimetálicas conmemorativas de $1.
“El valor facial de las monedas subastadas, si se ponen en circulación en la calle, es de $250 millones aproximadamente. En cambio, la base del remate era $522 millones. Nadie en su sano juicio pagaría el doble para tener esas monedas por su valor monetario. Pero en las principales plataformas de e-commerce el kilo de moneda cuesta entre $2000 y $5000: el valor del metal era por $3500 millones”, señaló Augusto Ardiles, abogado y exdirector de la Casa de la Moneda, quien destacó en sus redes sociales la subasta.
De acuerdo con el abogado, si la subasta se realizaba podría haber tenido una implicancia penal. En el artículo 283 del Código Penal se advierte que quien “cercenare o alterare moneda de curso legal” será reprimido con prisión de uno a cinco años. Sin embargo, en notas anteriores sobre el tema, el Banco Central le aseguró a este medio que no hay delito y “se puede” hacer.
“Cercena, quien disminuye el valor intrínseco de la moneda genuina, metálica (por medio de incisiones, raspaduras, procedimientos químicos), disminuyendo el metal valioso que legalmente corresponde a esa moneda, respetando el signo que revela su valor extrínseco, y conservando su aptitud para circular. Altera el que cambia o modifica la moneda metálica o el papel moneda, logrando que aparente un valor mayor que el que tiene realmente. No incurre en este delito quien cercena o altera la moneda, quitándole posibilidad de circular ni quien la destruye”, diferenciaron en ocasiones anteriores, cuando se les preguntó por la fundación de monedas, un negocio que floreció con la inflación.
De acuerdo con la información que aparece en el sitio del Banco Central, incluso las monedas de un centavo, casi extintas en las billeteras de los argentinos, tienen “curso legal forzoso”. Es decir, deben ser aceptadas como medio de pago en todo el territorio nacional.
“Hoy el 70% del valor de una moneda es importado. La Casa de la Moneda licita los cospeles y, al igual que las casas que fabrican papel moneda o hilos de seguridad, son muy pocas en el mundo. Entonces, al cospel se lo licita y lo hace una empresa de afuera. Son dólares que se van, lo único de producción argentina es la mano de obra. Se gastan dólares para imprimir moneda que no se pone en circulación, porque la tenemos como chatarra. Es dantesco”, cerró Ardiles.
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