Steve St. Angelo: "La Argentina debería ser una gran potencia económica"
Para el CEO de Toyota para América latina y el Caribe, las políticas que recién empiezan son el camino correcto para crecer a largo plazo
Paso a paso. Pero firme. Esa esa es la estrategia de la japonesa Toyota en la Argentina, donde produce la pick up Hilux para toda América latina. En diciembre último concluyó un plan de inversiones por US$ 800 millones para ampliar la capacidad de producción de la planta de Zárate de 92.000 a 140.000 unidades. Este año desembolsó otros US$ 100 millones y además localizó 80 nuevas piezas en el país. "Me asombro de la Argentina por sus recursos naturales y su gente apasionada y creativa. Y me pregunto por qué no es una gran potencia económica. Debería serlo", analiza ante LA NACION Steve St. Angelo, CEO para América latina y el Caribe de la firma.
-¿Cómo se transforma el optimismo en inversiones concretas y qué posibilidades reales tiene el país de recibir capitales?
-Ya invertimos US$ 800 millones y tenemos una capacidad de 140.000 unidades [en la planta de Zárate, donde se produce la pick-up Hilux] y estamos produciendo 92.000. Pero vamos a ampliar nuestras exportaciones -que hoy van a Paraguay, Uruguay y Brasil- a todo Sudamérica y América Central. Y eso elevará la fabricación a 115.000 vehículos. Todavía tenemos un camino por delante para cumplir ese plan. También anunciamos que vamos a localizar 80 partes nuevas en la Argentina.
-¿Cómo influye en los planes de Toyota el nuevo clima de negocios que se vive en la Argentina?
-Estos sueños se convierten en realidad también gracias a los incentivos y el apoyo del Gobierno, por ejemplo con la nueva ley de autopartes, que nos permite desarrollar a los proveedores y enseñarles sobre nuestro sistema de producción y sobre la perfección en la calidad que buscamos. Creo que las políticas que recién empiezan son el camino correcto para el crecimiento de la Argentina en el largo plazo.
-La inversión concluyó en diciembre último y sumó este año otros US$ 100 millones. ¿Cuál es el próximo paso en materia de desembolsos en el país?
-El proyecto ahora consiste en completar la capacidad hasta llegar a las 140.000 unidades. No hay planes inmediatos de inversiones adicionales. La planta de Zárate es flexible. Con lo cual, una vez que hayamos estabilizado Sudamérica y América Central, veremos si hay hace falta construir algo en la planta para satisfacer las necesidades de nuestros clientes. Somos una empresa conservadora, vamos un paso a la vez, nos aseguramos de ser exitosos y luego damos el próximo paso. Llenemos la planta hasta 115.000 primero.
-¿Qué fortalezas tiene el país?
-Cuando viajo por América latina me asombro de la Argentina, de sus recursos naturales, su medio ambiente y su gente apasionada y la creativa. Y me pregunto por qué no es una gran potencia. Debería ser una potencia económica.
-¿Qué perspectivas ve para la industria automotriz para lo que queda del año y para 2017?
-No soy muy bueno prediciendo. Pero cuando estoy en la Argentina y en Brasil, me siento mucho mejor que hace dos o tres meses. La gente parece estar más enfocada. Por ejemplo, estuve en el cierre de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y ni siquiera puedo explicar lo orgullosa que estaba la gente de haber logrado algo que todos decían que era imposible de hacer. Es verdad que quizá no siguieron un proceso con un plan organizado, pero hicieron más con menos, no desperdiciaron dinero, cumplieron con todos los requerimientos y la gente estuvo segura.
-¿Esa esa una característica de los latinoamericanos?
-Eso demuestra que el resto del mundo no nos entiende a los latinoamericanos y tampoco cómo hacemos las cosas, pero somos gente apasionada y muy creativa. Y, al final del partido, no defraudamos; puede ser doloroso durante el juego, pero, al final, América latina no defrauda. Necesitamos que todos los países de la región trabajen en la misma dirección para que sea una potencia económica.