A los alrededores de la plaza San Martín no les falta nada: están los palacios más lindos -y los mejores hoteles- de Buenos Aires, hay galerías de arte, hay buena gastronomía y como si fuera poco existe también una inigualable conexión vía trenes, subtes y Metrobús tanto con los 48 barrios porteños como con gran parte del conurbano. Es ahí donde ahora mismo está levantándose Spot Office, un edificio de oficinas que a partir de un esqueleto abandonado fue pensado desde cero en función de las nuevas tendencias que marcan el mundo del trabajo.
El mercado está viendo surgir una nueva demanda encarnada en una inquieta generación de jóvenes emprendedores, que lo que en líneas generales buscan son espacios de un promedio de 80 metros cuadrados y prestaciones de lujo. Entonces hablamos de plantas abiertas para empezar, pero también de zonas de esparcimiento que promueven la interacción de sus ocupantes. Así es como los módulos suelen ser flexibles, con unidades adosables (en este caso de 35 metros cuadrados), para cumplir por un lado con el deseo de la oficina propia con privacidad y branding, y por otro con el requerimiento de amenities que permiten eficientizar el espacio y compatibilizar lo social con lo laboral. Spot Office viene, justamente, a satisfacer esa necesidad, aportando además gimnasio con vestuarios y duchas, parking y estación de carga para bicicletas y monopatines eléctricos.
La zona conocida como Alto Catalinas es una de las que en los últimos tiempos ha sufrido una mayor transformación, en parte gracias a la renovada impronta que las nuevas calles peatonales trajeron al barrio. Entre ese puñado de manzanas este proyecto se encuentra hoy en plena preventa, y ya está atrayendo a los inversores como una oportunidad en la que hasta el último de los elementos se conjuga para asegurar una buena apreciación.
Pura potencia
Spot Office se desarrolla en 14 pisos de plantas flexibles que incluyen más de 700 metros cuadrados de áreas comunes. Entre ellas figura un gran hall con cafetería estilo lounge y espacios de reunión informal (con livings y salas de reuniones de uso común que podrán ocupar los propietarios) y una terraza verde que en el piso 11 se presenta perfecta para encuentros más relajados o un break al sol. Se trata a la vez de un edificio tecnológico y sustentable: tiene certificación EDGE, internet de alta velocidad, acceso electrónico y cerraduras con huella digital.
Desarrollado por RED (Real Estate Developers) el proyecto cuenta con unidades disponibles que van desde los 35 metros cuadrados hasta plantas completas de 260 metros cuadrados con valores bien competitivos (hoy están partiendo de los 2.500 dólares más IVA por metro cuadrado). Las condiciones de financiación incluyen un 30% en dólares a la firma del boleto y un 70% en pesos a pagar en cuotas ajustadas por el índice CAC.
Es esta variabilidad de tipología la que habilita a pensar en distintos tipos de oficinas capaces de convivir (e incluso de sinergizarse) en un mismo edificio, como así también la posibilidad de unificar espacios, refuncionalizando el proyecto original durante su ejecución.
En un barrio con una dinámica joven y moderna, el nuevo edificio parece tener todo para convertirse no solo en una inversión conveniente sino además -y sobre todo- en un gran lugar para trabajar. En suma: un producto novedoso en un mercado ávido de nueva oferta.
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