Emprendedoras: son argentinas, crearon una empresa con $500 y se sorprendieron con una facturación millonaria
Pocos emprendimientos pueden jactarse de que, durante la pandemia, sus ventas crecieron exponencialmente. Sobre todo si el negocio en cuestión es una marca de accesorios en un contexto en el cual cayó el consumo de indumentaria, calzado y perfumería por el confinamiento. Por eso, las mismas dueñas de Vadeka se sorprendieron cuando los pedidos de anillos, aros, collares, tobilleras y pulseras aumentaban mes a mes, al punto de significar un incremento de las ventas de 750% en términos reales a septiembre en comparación con el año pasado.
"Siempre estuvimos preparadas para pasar todo el negocio a la venta online, porque siempre fue nuestro fuerte, la unidad de negocios que más ganancias nos dio; no tuvimos que reconvertirnos. Por eso cerramos el local antes que la cuarentena fuera obligatoria y ya estábamos listas para abastecer la demanda desde marzo en nuestras casas, cuando otras marcas no tuvieron ventas", cuenta Carolina Luza, quien fundó Vadeka en 2014, con una inversión inicial de apenas $500 de ese entonces (lo que equivaldría a $5000 actuales).
Su socia, María Laura Lucanera, es quien maneja los números. Hoy la empresa lleva facturados en el año $14 millones y espera cerrar 2020 con un total de ventas por $26 millones, muy superior a los $4,4 millones del año pasado. Estos números se basan principalmente en los 81.200 seguidores que tiene la marca en Instagram, su principal vidriera. De hecho, las ventas online pasaron de representar el 45% del total a ser el 98%.
Vadeka nació hace seis años como un negocio de accesorios. "A mí siempre me apasionó la vestimenta, cómo cada uno expresa su creatividad en la forma de vestir. De chica ya hacía accesorios y se los vendía a las amigas de mi mamá, –cuenta Luza–. Para crear el negocio me influenció que mis padres tuvieran cada uno su propio emprendimiento, por eso sabía que quería crear algo propio".
Para hacer crecer la marca, se basó en las herramientas de comunicación que había adquirido trabajando en el área digital de la agencia de publicidad de su papá. "En 2014, me empezó a atraer mucho el tema de los accesorios. Me parecía que en la Argentina estaba faltando una marca que ofreciera los diseños que se usaban en el mismo momento en Europa; acá siempre llegaban una temporada más tarde, así que decidí empezar a hacerlos yo", cuenta. De esta forma, se diferenció de entrada de las grandes marcas que dominan el mercado doméstico: Todo Moda e Isadora.
"Nosotras ofrecemos accesorios de calidad y muy de nicho en cuanto a la moda. Esas empresas tienen un equipo de marketing enorme que saben lo que se vende acá; nosotras nos arriesgamos a ofrecer estos productos y hay cosas que las hacemos antes de que se pongan de moda", explican.
En el último tiempo, además, la marca comenzó una transformación para ser una semi joyería. Esto implica ofrecer metal bañado en oro, acero quirúrgico y algo de plata, sin llegar a ser una joyería, que vende metales precisos puros. El precio promedio de una pulsera es $900 y de un collar, $1100.
"Con la inflación, a nosotras los costos nos aumentan día a día, sobre todo porque trabajamos con productos que están atados al dólar, pero no podemos trasladar esa variación al precio de nuestros productos, porque hay un mercado que proteger y una fidelidad que cuidar. A veces no sabemos con qué frecuencia aumentar, pero hay que hacerlo inevitablemente", comenta Lucanera, quien estudió economía y trabajó en Accenture, Despegar e Iguana Fix, antes de desembarcar en Vadeka.
En su rubro, además, las cotizaciones del dólar están atadas a los valores paralelos, por lo cual hay mucha volatilidad. "Por más que se diga que las importaciones están atadas al dólar oficial, la realidad es que los precios se pactan en base al informal. Esas son las condiciones reales de la calle", comentan.
El crecimiento de las ventas de este año coincidió con la caída de la producción producto del aislamiento obligatorio, lo que implicó que debieron frenar las entregas a mayoristas por un tiempo para priorizar el consumo minorista. Del total de sus clientes, el 15% está en el interior.
Previo a la pandemia, hicieron una inversión fuerte en tres pilares que explican también el crecimiento de hoy: publicidad digital, nuevo packaging y en atención al cliente. "Invertimos bastante en desarrollo de packaging y eso volvió a la marca bastante viral, porque cada vez que llegan los tesoritos a destino, los clientes lo suben a las redes. Esto hace que se viralice un montón la marca en las redes y en definitiva es publicidad gratis. También contratamos a una persona que se dedica exclusivamente a la atención al cliente, y eso no solo fideliza a los seguidores ya ganados, sino que también genera confianza en los nuevos compradores, que se traduce en acción de compra", explican.
En cuanto a la publicidad digital, las socias muestran en números el impacto que tuvo la imposición del 35% de impuestos de retención al dólar. "Ese aumento se aplica a todo lo que es publicidad en Instagram y Facebook. Por lo tanto, si queremos invertir $28.000 en anuncios, tenemos que pagar $50.000, porque $22.000 se lo lleva el Estado por impuestos", indicaron, haciendo referencia a los cambios constantes en las reglas de juego.
A futuro, Luza y Lucanera no descartan abrir oficinas en el exterior para continuar expandiendo la marca en otros mercados.
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