SIRA: así funciona el sistema para controlar importaciones que tiene en vilo a las empresas

Dos semanas atrás, el Gobierno puso en funcionamiento el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), un mecanismo que busca unificar los trámites de pedidos de importación en una única ventanilla y dar “previsibilidad” sobre las fechas de pago. En los últimos días, algunos importadores señalaron demoras en obtener las autorizaciones, sobre todo bajo licencias no automáticas. Sin embargo, de acuerdo con datos oficiales, el 50,8% de las operaciones ya fueron aprobadas.

Puertas adentro de la Administración Federa de Ingresos Públicos (AFIP), se monitorea en tiempo real las operaciones que realizan los importadores a nivel global. Desde que se implementó SIRA hasta el momento, se registraron un total de 12.048 operadores, que realizaron 78.067 declaraciones. Eso suma una demanda por más de US$8.265,7 millones.

Casi el 40% de los importadores son pequeñas y medianas empresas, pero demandan apenas del 9% de los dólares al Banco Central (BCRA). En parte, esa cifra determinó que ayer el ministro de Economía, Sergio Massa, permitiera que las pymes que tengan pedidos en estado de salida dentro del sistema puedan pagar las compras al exterior, o incluso por adelantado, por hasta US$50.000 mensuales.

“Los anticipos son para que pueda fluir las operaciones”, dijo una fuente de la Aduana. También una fuente de alivio para las reservas del Central. Sin ir más lejos, ayer 1030 empresas optaron por esta opción, por un monto de US$125 millones de fondos propios. Tienen tres vías: el giro de divisas al exterior, dólares en una cuenta bancaria fuera de la Argentina, o se le envía a la filial argentina mercadería como aporte de capital.

El monitor de importaciones también cuenta con un “mapa de calor”, que determina las “observaciones” que la AFIP les hace a las empresas. El sistema analiza cuántas importaciones y por qué montos realizó el importador en los últimos 24 meses, y lo contrasta frente al pedido actual. De esta forma se detecta si hay algo “raro” en la operación, la empresa aparece en la “zona roja” y se le pide que justifique el movimiento.

El Gobierno se mostró conforme con esta primera experiencia. “Los resultados hasta el día de la fecha han sido muy positivo, no hemos tenido grandes inconvenientes con las empresas”, valoró Carlos Castagneto, director de la AFIP. Sobre todo, porque cumplió uno de los objetivos que le generaban a la administración tributaria fuertes dolores de cabeza: destrabar cautelares.

En Aduana habían detectado alrededor de 1068 empresas que utilizaron las cautelares de manera abusiva, y dijeron que en algunos casos compraron stock para cinco años de producción. “Eso desvirtuó el régimen del Código Procesal contra el Estado”, se lamentó un funcionario. Pero, al momento, SIRA logró despejar US$2600 millones en cautelares, de las cuales el 7% fueron las empresas las que desistieron voluntariamente. Y el número sigue subiendo. Hoy, hay al menos 150 compañías que decidieron dar marcha atrás por la vía legal.

En las próximas semanas podrían venirse más cambios, sobre todo para la importación de servicios. Por el momento, los martes y jueves se llevarán adelante las reuniones del comité, que abarca a la AFIP, la secretaría de Comercio y el Banco Central, para analizar cómo vienen las operaciones y si surgen dificultades “que no se tomaron en cuenta”.

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