La navegación a vela, un deporte exclusivo cada vez más elegido
Para comprar un velero hay que partir de US$ 8000, a los que se suman un curso de navegación de $ 3500 y el mantenimiento mensual, que demanda otros$ 2000; pese a estas cifras,la actividad está en crecimiento
Asociada desde hace tiempo a las clases altas y a un holgado poder adquisitivo, la historia de la navegación a vela tiene miles de años y sigue atrayendo, sin embargo, a una gran variedad de interesados. Pero los costos no están al alcance de todos: los veleros más chicos se consiguen por valores desde US$ 8000 y los costos de mantenimiento arrancan en los $ 2000 por mes.
El primer paso para aprender, salvo que uno sea hijo de navegantes, es hacer el curso de timonel que, previo examen, habilita para navegaciones lacustres y fluviales. Luego viene el curso de patrón, con el que se puede salir a navegar hasta un límite de 12 millas náuticas de la costa. Estos cursos tienen una duración de entre cinco y 12 meses y costos que varían de $ 3500 a $ 8000, por el total. El curso de piloto, que habilita para navegaciones oceánicas, en cambio, es gratuito, aunque muy pocos llegan a ese nivel.
Comprar el primer velero es el paso que sigue y la principal inversión a realizar. Las embarcaciones de 20 a 30 pies (entre seis y nueve metros) de eslora son los más elegidos por los navegantes. Un barco de 20 pies, que es el más usual en esta etapa, puede costar entre US$ 8000 y US$ 12.000, usado. Y uno nuevo, dependiendo de las características, puede rondar los US$ 25.000. "El de 20 pies es el primero que se compra y, al cabo de tres o cuatro años, se aspira a pasar a uno de 26 para alcanzar finalmente uno de 30. A partir de este tamaño, es posible estar sobre dos olas a la vez en el Río de la Plata, lo cual es más cómodo para navegar", explica Alejandro Caramella, secretario y director de cursos del Círculo de Pilotos de Yate (CPY), de Olivos.
También existen los veleros llamados "de orza", como los Optimist, los Laser, los 29er o los 420, que constituyen una tendencia creciente y se utilizan principalmente con fines deportivos. Estos barcos tienen costos más bajos de mantenimiento y guardería, ya que son más livianos y se sacan del agua cuando no navegan.
El Optimist es para chicos de siete a 15 años y puede costar entre US$ 1500 y US$ 3000. Los otros modelos cuestan entre US$ 5000 y US$ 20.000.
Los gastos fijos a considerar incluyen el pago de la cuota social y las amarras o marinas, que es el equivalente de pagar un estacionamiento para el auto y que puede costar desde $ 1000 por mes, tomando los veleros de 20 pies como base. También se paga una matrícula a la Prefectura Naval Argentina, que depende del tamaño del barco, y un seguro. Caramella dice que para tener un barco en buen estado hay que calcular $ 3000 por mes, entre amarra, matrícula, seguro y algo de mantenimiento. Otros opinan que $ 2000 es suficiente.
Estos números aumentan cuando los navegantes corren regatas. Las competencias náuticas son muy comunes, explica Horacio Toccalino, encargado de los cursos del Yacht Club Olivos: "Si le preguntás a alguien si alguna vez corrió una carrera de autos, lo más probable es que te diga que no. En la náutica es distinto: tal vez la mitad de los que navegan han corrido alguna vez una regata". Hay muchas y de las más diversas categorías, desde las locales hasta la Copa América o los Juegos Olímpicos. Pero sea el nivel que sea, esto genera más exigencia a los barcos y más roturas: velas, herrajes y hasta mástiles deben ser reparados con más frecuencia. Además, las regatas tienen un costo de inscripción, aunque éste muchas veces se compensa con los beneficios que se obtienen a cambio. Por ejemplo, la Semana Internacional del Yachting de Mar del Plata, el principal campeonato de vela del país, tiene una inscripción de entre $ 600 y $ 1000 de costo, que es posible descontar del pago de la matrícula del barco.
La tradición náutica argentina es importante, y aunque no hay un número exacto de navegantes, la Federación Argentina de Yachting (FAY) contabiliza más de 150.000 personas asociadas a los cerca de 50 clubes náuticos de todo el país que conforman esta agrupación.
"La cantidad de gente que navega viene aumentando año a año, tanto en lo deportivo como en el esparcimiento. Los motivos son variados, pero esencialmente se puede verificar una mayor apertura de los clubes a sus comunidades, una fuerte promoción de los cursos, la creación de escuelas municipales de vela, la organización de eventos internacionales en nuestro país, la incorporación de este deporte a los juegos interprovinciales, y el fuerte desarrollo del interior del país en clases como el Optimist, el Pampero y otras", explica Luis Velasco, presidente de la FAY.
La industria náutica nacional también tiene trayectoria, aunque ha venido padeciendo dificultades en el último tiempo debido al impuesto al lujo que, hasta principios de enero, afectó con un 30% y hasta un 50% a embarcaciones de valor superior a $ 125.000.
En la Argentina hay numerosos astilleros que diseñan y construyen veleros y que abastecen a casi el 90% del mercado local. Se encuentran fundamentalmente en San Fernando, San Isidro, Tigre, Quilmes y La Plata, y en menor medida en el interior del país: Rosario, Santa Fe y Mar del Plata. Además, existen carreras de grado, como Ingeniería Naval y Arquitectura Naval.
"La gente piensa que la navegación a vela es un deporte de ricos, porque imagina veleros lujosos, pero es más económico de lo que se cree", cuenta Toccalino, que es dueño de un 20 pies. "Además -explica- algunos aficionados al deporte realizan las tareas de mantenimiento por sí mismos o compran barcos en grupo para abaratar costos."
Otra realidad es que hay muchos barcos sin uso. No existen cifras oficiales, pero se estima que entre el 50% y 80% de los veleros están parados o se usan menos de una vez por mes. Pese a esta cantidad de barcos en desuso, el alquiler no se acostumbra en el país. Algo que sí sucede en otras partes del mundo y que los argentinos que navegan pueden disfrutar cuando viajan, alquilando un velero para pasear y, de paso, alojarse.
150.000
En ascenso
Son los argentinos que están asociados a los cerca de50 clubes náuticos que operan a nivel nacional.