Sin lugar para más incertidumbre: hay una bomba perfecta para el 23-O
En el actual contexto, nadie puede hacer afirmaciones sobre el resultado del domingo sin plantear alguna salvedad porque, en la economía y en la política, avanzamos todos por caminos inexplorados
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El llamado del Banco Central (BCRA) no demoró en llegar. La decisión de algunas grandes entidades financieras de adelantar el pago del aguinaldo de diciembre para esta semana provocó la ira del equipo económico. No sólo temblaron en el Gobierno ante la posibilidad de que esos pesos se vuelquen a comprar dólares en la previa electoral, sino que además se encolerizaron luego de que trascendiera que en un correo desde el área de Recursos Humanos de una entidad líder alentaban a sus empleados a resguardar sus ahorros comprando dólar MEP. Una obviedad para quienes están en el mundo financiero, pero que para un gobierno paranoico, que llega sin resto a la elección del domingo, se volvió en un foco potencial de desestabilización.
La idea de que con un paro el viernes 20 se podían mitigar los riesgos de corrida en un sistema financiero que hace semanas se viene preparando para un escenario de caos se autodestruyó en 24 horas. Era más el nerviosismo que generaba entre los clientes bancarios la idea de no poder disponer de sus ahorros ese día, que el beneficio que el Gobierno podía obtener en materia cambiaria. Cualquiera que tenga algo de conocimiento de mercados sabe que nunca se puede ir contra una tendencia. No hay jauría de perros que sea suficiente.
Al final del día, el ministro-candidato Sergio Massa debió contentarse con maquillar la cotización del dólar blue para las ruedas que restan. Si no se puede contener la escalada del billete verde, al menos que parezca. Para un kirchnerismo que durante años supo ocultar los números reales de inflación, difundir un dólar blue edulcorado es una tarea menor. La realidad es que, pese a que los portales mostraron un dólar de poco más de $900 durante gran parte de la jornada, quienes pudieron cerrar ayer alguna operación en el circuito informal llegaron a pagar $1050.
Es cierto que la inflación galopante y la escasez de billetes de gran denominación que acompañen la pérdida de poder adquisitivo del peso juega a favor del Gobierno en jornadas en las que la City está prácticamente sitiada con perros e inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y de la Policía Federal. No sólo mover dólares es una tarea cuasi imposible, trasladar pesos para pagar a quienes quieren vender billetes verdes es igualmente desafiante. “Lo que pasa es si tenés que mover 20 o 30 lucas verdes, que no es nada, son 20 o 30 balas de billetes de $1000; es una locura. No podés moverte por las calles de la City, porque tenés que moverte con valijas”, ilustró un hombre que acumula batallas en el circuito financiero.
Ahorristas, empresarios, nadie quiere quedar descubierto ante una de las elecciones más inciertas desde que volvió la democracia. Las empresas se cubren no vendiendo mercadería –quienes recibieron anticipos hasta ofrecen devolver los pesos– o adelantándoles a sus clientes que los pagos pendientes se tomarán al tipo de cambio de la fecha de cancelación de la factura. Nadie sabe si el día 23 la dolarización ya será casi un hecho –si Javier Milei llegara a ganar en primera vuelta, es de esperar que muchos se adelanten– o si seguirá la economía a los ponchazos a la espera de una definición.
Cerca de Sergio Massa afirman que, tanto si logra meterse al ballotage como si queda fuera, el ministro de Economía no tendrá más opción que seguir manteniendo los controles de precios y cambiarios en las semanas que siguen. “A lo sumo, si gana Milei en primera vuelta, se sentará a negociar algunas medidas. Pero no lo veo a Sergio liberando todo”, reconoció un hombre del equipo económico. Nadie en el peronismo se animaría por otro lado a librar la economía a las fuerzas del mercado, que vienen acumulando meses de represión, en un escenario de debilidad política. De ahí también las redes que empezaron a tejer hace ya algunas semanas gobernadores peronistas y de Juntos por el Cambio, junto con algunas cámaras empresarias, para armar una suerte de documento de consenso político. Hay quienes ven detrás de este armado –que quedó stand-by hasta después del domingo– al operador político Guillermo Seita, un todo terreno, que colaboró con Juan Schiaretti, pero también de diálogo frecuente con Sergio Massa. “Sergio es al mismo tiempo la locura y la cordura, la racionalidad y la explosión”, reconoce un hombre al tanto de alguna de estas negociaciones.
Será todo un desafío, sin embargo, mantener el dólar oficial congelado en $350 hasta el 19 de noviembre, para luego rehabilitar un ajuste mensual del tipo de cambio del 3%, como afirmó en la red social X Gabriel Rubinstein, el viceministro de Economía de Sergio Massa. “Lo del crawl –como se denomina en la jerga la microdevaluación del dólar que vino aplicando el Gobierno hasta el lunes post-PASO– no es un debate zanjado”, reconoció una fuente del equipo económico. Según un informe publicado esta semana por Anker, la consultora que encabeza el expresidente del BCRA macrista Luis Caputo, durante octubre, de mantenerse el tipo de cambio fijo en $350 en promedio, “el tipo de cambio real llegaría a ser más bajo incluso que el de julio, habiéndose consumido el salto nominal post PASO en dos meses”.
“En lo que va de octubre estimamos una intervención en el tipo de cambio financiero en torno a US$85 millones diarios y ventas en el mercado único y libre de cambios, principalmente para importaciones y pagos de servicios de deuda, de US$80 millones diarios”, afirma el informe, que destaca que es un ritmo de pérdida de reservas que “no resulta sostenible por más de unas pocas semanas”.
Aún habiendo conseguido liberar un segundo tramo del préstamo de China, por US$6500 millones, al Banco Central no le sobran los dólares. Más aún teniendo en cuenta que el 31 de este mes deberá saldar una deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 1975 millones de DEGs, como se conoce la canasta de monedas que usa el organismo de crédito, y que equivalen a unos US$2915,9 millones. Al día siguiente, el 1 de noviembre, deberá abonar en concepto de intereses otros 645 millones de DEGs (unos US$952,3 millones). El Tesoro tenía hasta esta semana un remanente de 1405 millones de DEGs US$2074,3 millones) y otros US$1000 millones.
Pese a que inicialmente se planteó como otra posible inyección de divisas de hasta US$1000 millones, no habrá ingreso de dólares en la licitación del espectro 5G. Dos de las tres grandes operadoras de telefonía ya advirtieron que usarán los pesos –al tipo de cambio de la fecha de pago– que tiene atrapados en el país para participar, mientras que una tercera anticipó que hará contado con liquidación.
También es posible que no vea el Gobierno de Alberto Fernández el ingreso de dólares producto de una de las operaciones de M&A más grandes del mercado, como es la venta de Exxon. Recién la semana que viene comienza el proceso de “data room”, en el que los interesados harán una revisión de los activos para finalmente terminar presentando sus ofertas vinculantes, se estima, en no menos de dos meses. Hasta ahora, seguirían en carrera Pampa, de Marcelo Mindlin; Vista, la compañía de Miguel Galuccio, y Shell.
En la Libertad Avanza, entre tanto, se preparan para, una vez finalizada la elección, empezar a mostrar más las cartas. Aseveran cerca de Milei que hay varios equipos técnicos trabajando en el más estricto hermetismo. Aunque reconocen que todavía no tienen la gente suficiente para llenar todos los puestos del Estado en caso de asumir, se muestran confiados de poder captar técnicos, sobre todo de Juntos por el Cambio, para cubrir segundas y terceras líneas. “Mucha gente nos dice, habláme el 23″, admite un hombre del espacio.
De la mano de Emilio Ocampo, Milei sigue firme con su proyecto de dolarización. Aseguran quienes participan de algunos de sus encuentros técnicos que una eventual dolarización requeriría de menos dólares de los que se están previendo en el mercado. “Una vez que la gente empieza a transaccionar en dólares, no los saca todos del sistema. En la Convertibilidad –ejemplifican– había dólares sólo para cubrir la base monetaria”. Parte de las divisas vendrían de securitizar las divisas que ingrese el agro –o incluso mediante un bono para el campo, como el que se hizo al comienzo de la gestión macrista, bajo la tutela del entonces ministro Alfonso Prat-Gay– y que pueda proveer la exportación de Vaca Muerta, entre otros sectores. También hay conversaciones con funcionarios de organismos de crédito, pero nadie se anima a dar certezas. Porque tampoco nadie puede hacer afirmaciones sobre el resultado del domingo sin plantear alguna salvedad. En la economía y en la política, avanzamos todos por caminos inexplorados.
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