Sin brindar novedades, el Fondo dijo que busca “alternativas” para reciclar el acuerdo con la Argentina
La directora de Comunicaciones, Julie Kozack, no brindó una fecha para una misión a Washington
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WASHINGTON.- Sin ofrecer grandes novedades, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró el mismo mensaje que ha brindado desde que arrancaron las negociaciones con el equipo que lidera el ministro de Economía, Sergio Massa, estirando la incertidumbre sobre el desenlace del ida y vuelta para encontrar “alternativas para fortalecer” –en las palabras del Fondo– la economía en un momento crítico, en la antesala del cierre de las listas y el inicio de la campaña para las próximas elecciones presidenciales.
Con su habitual prudencia, la directora de Comunicaciones del FMI, Julie Kozack, dijo en una conferencia de prensa en Washington que el staff del organismo y los funcionarios argentinos continúan trabajando “fuerte” y “muy estrechamente” para mover hacia adelante el programa de la Argentina con el FMI, una discusión altamente compleja que aspira a preservar el hilo de estabilidad que sostiene a la economía durante el año electoral. Pero Kozack, quien leyó una declaración preparada al responder preguntas sobre la Argentina, evitó dar detalles sobre avances concretos, y tampoco anticipó una fecha para una eventual reunión cara a cara del staff con las autoridades argentinas en Washington.
“Esperamos que se lleve a cabo una reunión en persona en algún momento”, afirmó Kozack.
Las discusiones entre el Fondo, que suele mantener un fuerte hermetismo durante las negociaciones con sus miembros, y el Gobierno se han estirado ya por casi dos meses sin arrojar avances concretos hacia una resolución definitiva. Optimistas, fuentes del Ministerio de Economía habían estimado originalmente, en abril, que la reformulación del acuerdo, una misión de por si copleja, demandaría dos o tres semanas. La Argentina debe pagar a fin de este mes un nuevo vencimiento.
Kozack dijo en su conferencia de prensa que los equipos están trabajando para “avanzar el programa”, y detalló tres objetivos de la negociación: salvaguardar la estabilidad, mejorar la sostenibilidad fiscal y fortalecer las reservas.
“Los equipos han estado trabajando muy duro juntos. La situación en Argentina es muy compleja”, indicó Kozack, quien en su momento lideró las negociaciones del FMI con Martín Guzmán.
“Los equipos continúan trabajando constructivamente. Las discusiones son frecuentes y apuntan a avanzar el programa. Y comunicaremos más cuando tengamos mayores detalles. Esas discusiones están en curso y ciertamente no quiero adelantarme a ellas, pero nos comunicaremos más una vez que tengamos más detalles”, indicó.
La negociación actual entre la Argentina y el FMI arrancó a mediados de abril, cuando Massa y su equipo visitaron la capital norteamericana para la reunión de primavera del Fondo y el Banco Mundial. Debido al impacto de la sequía, que generó un agujero de 20.000 millones de dólares en las exportaciones, dejó a la economía en la puerta de una recesión y pulverizó cualquier posibilidad de cumplir con las metas del programa con el Fondo, Massa apuntó a reformular todo el acuerdo, buscando una mayor flexibilidad y un refuerzo para las reservas del Banco Central. “Todo está sobre la mesa”, fue el mensaje oficial en ese momento, para describir la nueva negociación.
La principal alternativa que buscó el oficialismo fue conseguir un adelanto de los desembolsos restantes para este año, una movida que en la jerga se denomina “frontloading”, con el fin de inyectar más de 10.000 millones de dólares en las reservas del Banco Central este mes, antes de que empiece la campaña para las primarias de agosto. En Washington siempre consideraron que ese objetivo era plausible, aunque muy difícil de lograr. Massa y su equipo buscan, ante todo, evitar saltos bruscos del dólar durante la campaña, una misión que requiere si o si intervenir en el mercado cambiario, una estrategia resistida en el FMI.
Para llevar la negociación a buen puerto, en el Gobierno confían en el apoyo político del gobierno de Joe Biden. La Casa Blanca ha sido una aliada de la Argentina, y su apoyo en el FMI, donde Estados Unidos es el principal accionista, es vital para conseguir la aprobación del nuevo acuerdo. Pero la administración demócrata también ha dejado en claro que, antes de brindar un nuevo respaldo, primero el Gobierno debe conseguir un acuerdo técnico con el Fondo.
“Para nosotros, consideramos a la Argentina un amigo importante y socio en muchas, muchas áreas. Queremos apoyar a la Argentina. Creo que lo hemos hecho, y seguiremos apoyando a la Argentina. Reconocemos el momento increíblemente difícil que el pueblo argentino está atravesando económicamente, y esperamos que los líderes argentinos encuentren una forma de salir adelante con el respaldo de la comunidad internacional”, dijo la semana anterior Brian Nichols, jefe diplomático del Departamento de Estado para América latina.
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