“Si no vendemos, nos fundimos”: cómo vivieron los comercios de la Ciudad el primer paro contra el Gobierno de Javier Milei
La necesidad de generar ingresos en plena crisis fue la principal razón por la cual la mayoría de los negocios no cerró sus puertas durante la jornada; según Fecoba, el acatamiento en el sector fue menor al 4%
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“No nos podemos dar el lujo de parar”. Esa es la respuesta que surge en gran parte de los comerciantes de la ciudad de Buenos Aires consultados por LA NACION sobre su adhesión al paro convocado para hoy y las consecuencias de esta medida de fuerza sobre su actividad.
De hecho, la Federación de Comercio e Industria de la ciudad de Buenos Aires (Fecoba) emitió un comunicado en el cual asegura que el nivel de acatamiento al paro nacional del comercio fue menor al 4%.
La mayoría de los empleados y dueños de locales dice que el costo económico que implicaría cesar un día de operaciones es la principal razón por la cual mantuvieron hoy sus persianas abiertas, pese al reclamo impulsado por diferentes centrales sindicales. “Ya estuvimos parados ocho meses durante la pandemia, no vamos a parar hoy”, dijo Manuela, dueña de una tienda familiar de indumentaria y lencería sobre la avenida Santa Fe, una de las principales arterias comerciales de la ciudad.
Ella recuerda que, antes de la cuarentena obligatoria impuesta por el gobierno de Alberto Fernández, tenía otras dos personas trabajando en el local, además de su hijo y su pareja, y que hoy solo están activos los familiares. “Saldremos a defender a nuestro Presidente”, concluyó, al comentar su rechazo al paro. Lo mismo dijo Lucila, empleada de una tienda de accesorios femeninos: “No podemos parar. Si no vendemos, nos fundimos”.
El reclamo se da en un contexto negativo para la actividad económica, con una caída del consumo que se confirmó en 2023 y los primeros días de 2024. Así lo muestran relevamientos como el de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que detalla que en diciembre las ventas minoristas de las pymes tuvieron un derrumbe anual de 13,7%, en la medición a precios constantes, y finalizaron el año con una retracción de 3,4%.
“Como dijo el Presidente, no hay plata. Acá se trabaja normalmente, porque los impuestos, los salarios y los planes sociales no se pagan solos”, dijo a este medio Luis, dueño de una ferretería en el microcentro porteño.
En el caso de los servicios financieros, a pesar de que los bancos funcionaron con horario limitado hasta las 12, las casas de cambio en el Área Metropolitana de Buenos Aires se mantuvieron abiertas. “No adherimos, atendemos en horario normal”, confirmaron en una de ellas a LA NACION.
Además de los pequeños comercios, las franquicias de comida rápida también permanecerán abiertas durante todo el día: “Si vivís cerca y podés venir caminando, te piden que cubras el turno nocturno; si no, te mandan un auto”, dijo Estefanía, encargada de un restaurante de comida rápida sobre la avenida 9 de Julio, al comentar la modalidad de trabajo de la jornada.
Y si bien muchos comercios de la Ciudad no adhirieron al paro, un gran número sí bajó sus persianas antes del horario normal. Esto se debe a que los servicios de transporte público funcionarán hasta las 19 horas para poder “trasladar a quienes quieran manifestarse”.
Este es el caso de Rapitac, un lavadero que de lunes a viernes funciona de 9 a 18: hoy cerró una hora antes, a las 17. Lo mismo sucede con Amparo, un comercio de venta de productos argentinos en el centro, que suele ser frecuentado por turistas. “No cerramos porque podríamos perder $200.000 en ventas. De todos modos, cerramos antes para poder usar el transporte público para la vuelta”, dijo uno de sus empleados, que prefirió el anonimato.
Luis, encargado de una heladería sobre la calle Marcelo T. de Alvear, tampoco bajó sus persianas. “No veo por qué debería de cerrar o adherirme a un paro que no me representa. Si me quieren venir a apretar, que vengan, total hay cámaras. De todos modos, no voy a cerrar”, dijo.
Algunos comercios ligados a servicios o atención al cliente decidieron no abrir sus puertas, pero tampoco adherir al paro. “Estaremos trabajando desde casa”, comentaron ante este medio día distintas empresas con locales en el microcentro porteño, al ser consultadas sobre el motivo de cierre. “Preferimos adelantarnos a cualquier episodio que pueda ocurrir y resguardar a nuestros empleados”, agregaron.
En algunas dependencias del Estado, donde el presidente Milei insiste en la presencialidad, muchos trabajadores tampoco adhirieron al paro. Tal es el caso de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, que tiene sus oficinas en Retiro, donde el día laboral transcurrió con normalidad. “A aquellos trabajadores que paren, se les será descontado el día de trabajo”, había advertido el Gobierno.
Bajo acatamiento entre comercios
Pasadas las 17, la Federación de Comercio e Industria de la ciudad de Buenos Aires (Fecoba) emitió un comunicado en el cual asegura que el nivel de acatamiento al paro nacional del comercio fue menor al 4%.
“Sólo el 3,6% de los negocios relevados por la entidad gremial empresaria dijo haber cerrado sus puertas hoy, en virtud de la medida de fuerza decretada a nivel nacional. Más aún, en zonas recurrentemente afectadas por movilizaciones como el microcentro, el nivel de apertura de los comercios fue prácticamente el habitual” dejaron trascender en el comunicado.
“Lo que hemos detectado es una fuerte necesidad de abrir para vender. El impacto económico en el sector pyme es tan grande que no hay margen para cerrar un día. Los comerciantes que pudieron, abrieron y atendieron al público”, explicó Fabián Castillo, presidente de FECOBA.
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