Si el despacho hablara... Ministros de Economía en la historia argentina
Preguntas a Felipe Pazos, economista (1912-2001)
- Nació en Cuba y representó a su país en la Conferencia de Bretton Woods, que creó el FMI y el Banco Mundial. Trabajó luego en ambas instituciones, fundó el Banco Nacional de Cuba y lo presidió entre 1950 y 1952.
La cuestión de la relación entre el número de ministros de Economía que acompañan en su gestión al presidente de la Nación se puede plantear desde un par de ángulos. ¿Cuántos ministros se tienen que encargar, de manera simultánea, de las políticas públicas que tienen que ver la economía? Pero también es posible preguntar: ¿cuál es la experiencia argentina en cuanto a la cantidad de ministros de Economía sucesivos que tuvo cada presidente?
Sobre este último ángulo conversé con el cubano Felipe Pazos (1912-2001), quien integró la delegación de su país en la conferencia de Bretton Woods, que en 1944 creó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, después transformado en el Banco Mundial. Él trabajó luego en ambas instituciones. Fundó el Banco Nacional de Cuba y lo presidió entre 1950 y 1952. Renunció cuando se produjo el golpe de Estado liderado por Fulgencio Batista y regresó al cargo en 1959, cuando Fidel Castro llegó al poder. Introdujo el control de cambios, y al año siguiente... ¡migró!
-¿Qué hizo en el exilio?
-Entre 1961 y 1966 formé parte del "comité de los nueve sabios", creado por la Organización de Estados Americanos para coordinar el programa de la Alianza para el Progreso; entre 1966 y 1975 fui economista principal en el Banco Interamericano de Desarrollo y, desde entonces y hasta mi fallecimiento asesoré al Banco Central de Venezuela.
-Algunos presidentes de la Nación nunca reemplazaron a sus ministros de Economía. Otros los cambiaron con gran frecuencia. ¿Por qué?
-Antes de ir al plano causal, miremos las estadísticas. El listado de presidentes de la Nación muestra un claro quiebre en 1930, cuando ocurrió el primer golpe de Estado del siglo XX. Antes de esa fecha no completaron el período de seis años quienes fallecieron, y Miguel Juárez Celman, a raíz de la revolución de 1890. A partir del retorno de la democracia, Mauricio Macri fue el primer presidente no peronista en terminar su mandato, aunque los casos de Raúl Ricardo Alfonsín y Fernando de la Rúa son diferentes.
-¿Ocurrió algo parecido en el caso de los ministros de Economía?
-Buena pregunta, para cuya contestación otra vez recurro a las estadísticas. Entre Mariano Fragueiro, primer ministro de Justo José de Urquiza, y Jorge Roberto Hernán Lacunza, último ministro de Macri, la Argentina tuvo 131 titulares del equipo económico (no digo 131 personas, porque algunos fueron reincidentes). Lo cual implica una permanencia promedio de 1,26 años o, más claro, un año y tres meses.
-¿Y?
-Lo notable es que la subdivisión del período total, entre antes y después de 1930, no muestra ninguna diferencia significativa. En efecto, en los 76 años que van desde 1854 hasta 1930 la permanencia promedio fue de 1,38 años, mientras que en los 89 años posteriores esa permanencia fue de 1,17 años.
-Interesante. Ahora bien, estos promedios surgen de duraciones muy diferentes.
-Efectivamente. En una punta de la distribución aparece el caso de Miguel Roig, quien falleció 6 días después de haber asumido, y los de Ricardo Hipólito López Murphy y Federico Pinedo, quienes duraron en el cargo 15 y 19 días, respectivamente. En el otro extremo, cabe citar los casos de Domingo E. Salaberry y Ramón Antonio Cereijo. Algunos ocuparon la cartera en más de una oportunidad. En particular, Pinedo, Juan J. Romero y Jorge H. Wehbe lo hicieron en tres ocasiones.
-Miremos esto desde la perspectiva presidencial. ¿Qué dice la historia argentina al respecto?
-Hubo de todo. María Estela Martínez de Perón tuvo seis ministros de Economía; Arturo Frondizi, cinco; Alfonsín, cuatro; Macri, tres, e Hipólito Yrigoyen, uno solo. Como contrapartida, José Ber Gelbard fue ministro de cuatro presidentes consecutivos.
-¿Cómo se explica tamaña diferencia?
-Algunas veces por circunstancias; otras, por estilo personal. Reemplazar a un ministro siempre es un costo para el presidente de la Nación, y en todos los ámbitos de la vida las decisiones costosas se posponen. Por otra parte, la nitidez con la cual se ven las cosas en retrospectiva no siempre existe mientras ocurren los acontecimientos. En cuanto a las circunstancias, contra su voluntad Alfonsín reemplazó a Juan Vital Sourrouille por Juan Carlos Pugliese. Lo hizo por pedido de Eduardo César Angeloz, candidato de la UCR a la elección presidencial de 1989.
-Basta de estadísticas. Sobre esto, ¿qué cabe esperar, de aquí en más?
-Las etapas en las que se divide una presidencia, un ministerio o un rectorado, rara vez fueron planeadas de antemano. El 14 de junio de 1985, Sourrouille lanzó el plan Austral, no la primera etapa del referido plan. Con los presidentes ocurre lo mismo: arrancan con el mejor equipo de colaboradores que pudieron conseguir; la dinámica posterior depende de interacciones entre estilos de gobierno, procesos impensados y novedades.
-Nos ocupamos del número de ministros de Economía sucesivos que tuvo cada presidente. Pero también le podemos prestar atención al número de ministros que, simultáneamente, se ocupan de los aspectos económicos de la realidad.
-Al respecto, cuando el 6 de diciembre pasado el ahora presidente Alberto Ángel Fernández anunció su gabinete, todo el mundo notó la enorme similitud con el estilo adoptado por el presidente Macri. Y lo notó con preocupación, a la luz de los resultados económicos observados entre fines de 2015 y de 2019.
-¿Está usted diciendo que el fracaso económico del gobierno saliente se debió a cómo organizó el Poder Ejecutivo?
-No tanto, pero en mi opinión fue un factor importante.
-¿Está usted pronosticando que, a raíz de esto, los resultados económicos de los próximos cuatro años serán similares a los de los cuatro últimos años?
-No. Estoy diciendo que a la cuestión hay que prestarle atención. De repente, el organigrama formal sugiere una paridad decisoria, entre varios ministerios, pero el organigrama real muestra que algunos ministros son más ministros que otros. Veremos. Esto último requiere claros mensajes enviados por el presidente de la Nación al resto de su gabinete pero, además, requiere que a través de su comportamiento el "superministro en los hechos" se gane el referido rol frente a sus pares, nada de lo cual hay que darlo por descontado.
-¿Qué ocurrirá finalmente?
-Entiendo su ansiedad, pero comprenda que, como de costumbre, se hará camino al andar. Todos los argentinos, no solamente el FMI y los tenedores de títulos, les prestarán atención a los dichos, los gestos y las decisiones de las nuevas autoridades, sino que estarán atentos a la velocidad con la cual se corrigen los inevitables errores que se cometen al comienzo de cada gestión. No se trata de virar por cualquier motivo, pero tampoco de insistir en lo que se aprecia que no está funcionando.
-Don Felipe, muchas gracias.
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