Sharon Tate: el trágico final de la belleza de Hollywood que fue asesinada en su mejor momento

LA NACIONCarlos Manzoni

Sharon Tate empezó a ganar concursos de belleza desde que estaba en la cuna, algo que ya anticipaba lo que le depararía la vida: apenas dejó atrás la adolescencia, sus encantos personales la llevaron a triunfar en el cine y a convertirse en una sex simbol admirada por todos. Sin embargo, cuando parecía que lo tenía todo, todo se le terminó de la peor manera, al ser asesinada por miembros de La Familia, el clan satanista liderado por Charles Manson.

Sharon Marie Tate había nacido el 24 de enero de 1943, en Dallas, Texas, en el sur de los Estados Unidos. A los seis meses de edad, ganó el concurso “Señorita pequeña de las festividades de Dallas”, aunque su padre, un coronel del ejército, no tenía muchas intenciones de que su hija fuera artista cuando creciera.

Por la ocupación de su padre, su familia debía mudarse constantemente. A los 16 años, Sharon había vivido en seis ciudades estadounidenses diferentes y le resultaba difícil mantener las amistades. Era tímida y carente de confianza en sí misma, pero, a medida que fue creciendo, la gente comenzó a reparar en su aspecto físico y ella empezó a ganar sin dificultad cada concurso de belleza en el que se presentaba.

“A medida que fue creciendo, la gente comenzó a reparar en su belleza y Sharon empezó a participar en concursos, ganando el título de ‘Miss Richland’ en 1959. Durante el concurso habló de su ambición de estudiar psiquiatría, y también manifestó su intención de competir en el concurso de ‘Miss Washington’ en 1960″, se relata en la publicación española El Correo.

Antes de que pudiera tomar cualquier decisión, su padre fue transferido a Italia y tuvo que llevar a su familia con él. “Allí descubrió que tenía una estrecha conexión con otros estudiantes de la escuela estadounidense a la que asistía en las inmediaciones de Vicenza, ya que reconocía que sus antecedentes y los sentimientos de separación que tenían eran similares a los suyos, y por primera vez en su vida comenzó a formar amistades duraderas”, se cuenta en la publicación mencionada.

Esas amistades la impulsaron a inmiscuirse en el mundo del cine. Así fue cómo obtuvo una participación como extra en varios films, en uno de los cuales “le echó el ojo” el actor Richard Beymer, que comenzó a salir con ella y la animó a que hiciera carrera en esa industria.

Dueña de un cuerpo imponente que, literalmente, paraba el tránsito, enseguida impresionó a todos por su belleza, una belleza que había llevado a que en su instituto crearan el título de “reina del baile” solo para que lo ganara ella.

Cuando debió volver con su familia a los Estados Unidos en 1962, Sharon se trasladó a Los Ángeles para focalizarse en su trabajo como modelo y actriz. Los agentes se peleaban por darle su tarjeta para que trabajase con ellos.

En 1965 tuvo su primer gran impulso: el productor Martin Ransohoff le dio su primer papel importante, en la película “Ojo del diablo”, junto a David Niven, Deborah Kerr, Donald Pleasence y David Hemmings, con dirección de J. Lee Thompson. Como parte de la promoción se organizó la producción del documental “Todos los ojos sobre Sharon Tate”.

Como parte de la filmación de esa película se hizo en Francia, al terminar el rodaje Sharon viajó a Londres, que estaba en plena ebullición pop con el mundo de la moda y las discotecas. Fue esta época cuando inició un romance con el director de cine Roman Polanski, que, por insistencia de Ransohof la hizo protagonizar su nueva película: “La danza de los vampiros”.

El nombre de Sharon Tate comenzó a sonar cada vez más fuerte. Un artículo sobre ella, publicado en marzo de 1967, en la revista Playboy, comentaba: “Este es el año de Sharon Tate...”. Y así fue: ese mismo año interpretó un importante papel en Valle de las muñecas, la esperada versión fílmica de uno de los libros más vendidos de todos los tiempos. Por su actuación en esa película fue nominada a un Globo de Oro y aclamada como una de las promesas de Hollywood.

Para completar su felicidad, el 20 de enero de 1968, se casó en Londres con Polanski, uno de los directores más talentosos de su época. Además, pronto quedaría embarazada. A sus 26 años, la niña que había ganado un concurso de belleza desde la cuna, se había convertido en una reconocida modelo y actriz, era un símbolo sexual y aparecía en las tapas de las principales revistas. Estaba en su mejor momento. Tocando el cielo con las manos. Pero... siempre hay un “pincelazo” que termina con el cuento de hadas.

El sábado 8 de agosto de 1969, Sharon fue a cenar a su restaurante favorito, El Coyote, junto a tres amigos. A las 22.30, volvieron los cuatro a la casona que Tate alquilaba con Polanski, en el 10050 de Cielo Drive, Beberly Hills. Pasada la medianoche, vieron a unos desconocidos irrumpir en la casa. Les preguntaron quiénes eran y uno de ellos respondió: “Soy el diablo y he venido a hacer el trabajo del diablo”.

Acto seguido, Tate y sus amigos fueron asesinados a sangre fría por quienes, según se supo meses después, eran miembros de La Familia, la secta satánica encabezada por Charles Manson. Sus cuerpos fueron encontrados a la mañana siguiente por el ama de llaves. Se terminó así la historia de Sharon Tate, a quien el actor Steve Mc Queen describió así: “La mujer más bella que he visto en mi vida”.

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