Ser padre y volver al mundo laboral
Un empleado acaba de convertirse en padre y quiere, tanto como su mujer, que haya equilibrio entre su vida personal y su trabajo. Su jefe no está acostumbrado a pensar en esta problemática, pero llegan los planteos. ¿Qué se puede hacer?
El nacimiento de un hijo pone habitualmente el foco en una protagonista: la madre. Su vuelta al trabajo luego de tres meses de licencia o de seis de excedencia se convirtió desde hace años en una cuestión de análisis, debate y controversia. Sin embargo, pocas veces se prestó atención a la otra cara de la moneda, el padre.
Actualmente, así como la madre reconvirtió su rol materno y lo adaptó al mundo profesional, el padre tomó un papel sumamente activo y participativo en la crianza, tanto en el nivel presencial como emocional. Esta transformación dinámica de los roles es algo que, a pesar de las ideas que recorren los pasillos del Congreso, no fue aún reflejada en las leyes laborales.
En los primeros días de un bebe, el papá es un pilar para la madre. Los papás se vuelven, como nunca antes, determinantes en la logística de la casa. Su nuevo rol hace que produzcan lazos potentes desde temprano: crece su deseo de volver a casa, participar del baño, los juegos, la lectura y el sueño.
Ser papá y volver al trabajo es hoy un momento crítico en la vida de un hombre. El padre, asumiendo su nuevo papel en el hogar, ve reconfigurado su espacio privado. Pero estos cambios no están enfrascados; resienten también su espacio laboral. ¿Es posible creer que criar un hijo no afecte la performance de una persona en nueve horas diarias de trabajo? Si se incluyera un género a la pregunta, ellas dirían seguras que el impacto es claro. Es hora de detenernos también en ellos.
Ante la falta de una ley, padres, jefes y departamentos de RR.HH. deben elaborar soluciones creativas para hacer de estos períodos sean más transitables. Alguien fatigado física e intelectualmente o comprometido con otra causa no mejora sus objetivos laborales.
Los padres pueden planificar sus primeros días de paternidad sumando vacaciones o compensatorios extendiendo su licencia. Los jefes tienen la posibilidad de disminuir la carga laboral de los primerizos dosificando sus objetivos a lo largo de un tiempo, y las firmas pueden pensar en beneficios, por qué no, por paternidad.
Las mujeres ganamos, parcialmente, la batalla por equilibrar la vida personal con la laboral. Ayudemos hoy a los papás a disfrutar tanto de la paternidad como de su trabajo.
La autora es consultora senior de Biset + Fernández Löbbe.
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