Sequía y deuda: dos focos de incertidumbre marcarán el pulso de la economía en el año electoral
Los efectos de la sequía y la habilidad del Gobierno para renovar los vencimientos de deuda determinarán gran parte de la evolución que tendrán la actividad económica y la inflación
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El entrenador Pep Guardiola suele decir que dirige a sus equipos de fútbol de forma tal de disminuir lo máximo posible la parte de azar que tiene el deporte. Por eso, sus jugadores suelen hacer muchos pases al pie y pocos pelotazos, porque, en las jugadas divididas, la pelota queda a disposición de cualquiera de los dos equipos.
La Argentina, por el contrario, nunca logró disminuir el impacto que tiene el azar en su economía. Cada día, los funcionarios del Banco Central (BCRA) miran el pronóstico para analizar cuán grave será la sequía este año y, por lo tanto, cuántas divisas ingresarán. En 2022, el 44% de los dólares generados por exportaciones fue producto de las ventas del agro.
Para este año, sin embargo, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que la liquidación de divisas del campo podría caer US$10.700 millones con respecto a los US$40.000 millones que ingresaron en 2022, producto de las menores lluvias y de que se cumple el tercer año consecutivo del efecto de la Niña. Desde 1900, solo en tres oportunidades ocurrió que este fenómeno se desarrolle durante tres años seguidos: de 1953 a 1956, de 1999 a 2001 y de 2020 a 2023.
“Las anteriores fueron Niñas débiles y hubo otros factores que jugaron a favor de que algo llueva. Esta vez hubo incendios, sequía y la bajante fuerte del Paraná”, dice el meteorólogo Ignacio López Amorín.
Desde el punto de vista económico, y de materializarse un escenario semejante de caída de divisas, las alternativas tradicionales que tiene el Gobierno serían dos, según analiza la consultora 1816: “Hacer el salto cambiario al que tanto se resiste o endurecer más el cepo. La salida ‘por la tangente’ sería extender el dólar soja a más sectores exportadores y extender el dólar Qatar a más sectores importadores (actualmente solo las importaciones de lujo, que son el 4% del total, pagan el dólar Qatar, que es el doble del oficial)”. Es decir, devaluar aún más el tipo de cambio para incentivar más exportaciones y hacer el efecto contrario con las importaciones.
Estas alternativas, por supuesto, no son gratis para la actividad económica. Supondrían un efecto negativo en la industria, ya sea porque es más caro importar insumos o porque escasean. Asimismo, se le agregaría una presión adicional a la inflación, además de la emisión monetaria del Banco Central para financiar directa e indirectamente el déficit fiscal.
En esta línea, otra fuente de incertidumbre que miran de cerca los analistas económicos para este año es el esquema de vencimientos de deuda en pesos y la habilidad del Tesoro para renovarlos. Según datos de la consultora Equilibra, en 2023, vencen $16,7 billones (10,2% del PBI), de los cuales, $16,4 billones están concentrados en los primeros nueve meses, previo a las elecciones presidenciales de octubre, pese al canje de deuda que emitió el Gobierno en los primeros días de enero.
“A pesar del respiro que significó el canje para el primer trimestre, los desafíos para el resto del año son muy grandes. Los vencimientos se están concentrando en los meses pre-electorales y es cada vez mayor la participación del sector privado en las tenencias de muy corto plazo (producto de que la adhesión a los canjes es casi total para el sector público, pero acotada para privados). Esto último anticipa que difícilmente veamos ratios de roll-over muy elevados en las próximas licitaciones”, dice el último informe de Equilibra.
Si el Ministerio de Economía no logra renovar esa deuda, tiene dos alternativas: no pagar y generar un nuevo default (algunos lo asocian a un reperfilamiento) o pedirle un rescate al Banco Central para que emita dinero para cumplir con las obligaciones. Esta segunda opción les pondría presión a los tipos de cambio paralelos, si los ahorristas deciden dolarizar sus inversiones.
“Seguimos pensando que el Banco Central saldrá a intervenir en el mercado secundario como comprador de última instancia en caso de ser necesario, ya sea comprándole al sector privado o a entidades públicas que podrían aportar algo de financiamiento neto en las licitaciones primarias. En cualquier caso, el poco apetito privado por la deuda soberana en pesos significará una presión adicional sobre el mercado financiero y cambiario, por lo que vemos probable que la brecha se recaliente en los meses previos a las elecciones presidenciales, cuando crece la incertidumbre y la carga de intereses que enfrenta el Tesoro”, agregó Equilibra.
Difícil proyectar
Además de la sequía y de la tasa de renovación de la deuda, hay otros factores de incertidumbre que, aunque en menor medida, incidirán sobre la evolución de la economía. Entre ellos están la terminación de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y la predisposición que haya en el Congreso para aprobar proyectos de leyes económicas.
El Gobierno prometió que el gasoducto estará finalizado para el 20 de junio, previo al comienzo del invierno, aunque proyecciones privadas señalan que será difícil llegar para esa fecha debido a que se demoró mucho el inicio de obra.
Lo que está en juego es la cantidad de importaciones de gas que se podrán sustituir con producción nacional. Mientras que importar gas licuado (GNL) vale más de US$35 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), el gas de Vaca Muerta cuesta US$3,5 en promedio y US$6 el millón de BTU en los picos de invierno.
Dicho de otra forma, debido al incremento de los precios internacionales de gas, las importaciones de energía se dispararon de US$1200 millones entre enero y noviembre de 2021, a US$4800 millones en el mismo período del año pasado, pese a que se importaron menos buques de GNL, según destaca la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia. El Gobierno, en tanto, estima que este año se ahorrarán US$3500 millones en importaciones de gas gracias a la entrada en operaciones del gasoducto.
Por último, en el Ministerio de Economía se ilusionan que los proyectos de ley para blanquear capitales y el que crea un régimen especial de monotributo para el sector tecnológico (conocido como monotech) serán dos fuentes adicionales de generación de divisas y de recaudación. Sin embargo, la ruptura del diálogo entre el oficialismo y la oposición dificultará aún más este año la aprobación de leyes en el Congreso.
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