Señal del Tesoro de EE.UU.: pidió un plan económico “sólido” para respaldar a la Argentina en el FMI
Guzmán habló ayer con el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, quien condicionó el respaldo de la Casa Blanca en la negociación por la deuda
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WASHINGTON.- El gobierno de Joe Biden dijo que un eventual respaldo de Estados Unidos a la Argentina en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París depende de un plan económico “sólido” del Gobierno que incluya una visión para el crecimiento del empleo privado, la primera señal concreta de la Casa Blanca sobre la negociación de la deuda.
El mensaje fue transmitido por el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, en una conversación por Zoom, ayer, con el ministro de Economía, Martín Guzmán, de la que también participó el representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos. El Tesoro dijo en un comunicado que Adeyemo y Guzmán revisaron las conversaciones de la Argentina con el Club de París y la negociación con el FMI, y que el funcionario norteamericano “indicó que un marco sólido de política económica para Argentina que brinde una visión para el crecimiento del empleo en el sector privado tendría el apoyo de Estados Unidos y la comunidad internacional”.
Aunque el Tesoro condicionó el respaldo a un plan sólido, en el Gobierno celebraron el comunicado del gobierno norteamericano, que fue leído como un “apoyo contundente”, según indicaron fuentes oficiales. En el oficialismo destacaron además que el Tesoro haya mencionado de manera explícita la creación del “empleo en el sector privado”, que consideraron un guiño a la filosofía de respaldar la recuperación de la economía a la pandemia del coronavirus.
La conversación de Guzmán con Adeyemo ocurrió mientras el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se encontraba en Washington en una visita con una agenda de alto nivel que ha incluido reuniones con funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento de Estado, y legisladores del Congreso de Estados Unidos. El Gobierno y la embajada argentina gestionaban un contacto con el Tesoro en busca de una señal sobre la deuda, y en el oficialismo confían en que su postura encontró eco en el gobierno de Biden.
Durante su paso por Washington, Massa dijo que captó buena voluntad para trabajar con el país. Y relativizó las diferencias en política exterior que quedaron a la vista en votaciones en la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre Venezuela y Nicaragua, en las que la Argentina, junto con México, se abstuvo de condenar abusos, al describir a la relación bilateral como “inteligente, madura, colaborativa”.
Un vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo a LA NACION que la abstención causó “decepción”, pero a la vez le dio la bienvenida “a los esfuerzos de México y la Argentina para urgir la liberación de los presos políticos y la promoción de elecciones libres y justas”. Massa reforzó después el rechazo a la ola de arrestos en Nicaragua: “En ningún país del mundo podemos tolerar presos políticos”, dijo en un encuentro del Diálogo Interamericano.
Aire fresco
El mensaje del Tesoro inyectó algo de aire fresco a las discusiones del Gobierno con el Fondo por la deuda, que aparecían en un punto muerto desde hace varias semanas. Tanto en Buenos Aires como en Washington han insistido en que las conversaciones de Guzmán con el staff del organismo son “productivas” y “constructivas”, pero aún falta un plan y una fecha concreta para un nuevo acuerdo que postergue los vencimientos de la devolución del préstamo que tomó el gobierno de Mauricio Macri, el principal objetivo que persigue el oficialismo.
Pero el Gobierno además ha fijado dos condiciones difíciles para acordar con el Fondo: la primera es obtener una quita en la tasa de interés a través de la eliminación de los sobrecargos que cobra el FMI al otorgar créditos elevados, como el que obtuvo Macri, y la segunda es estirar el plazo de devolución más allá de los 10 años que contempla un acuerdo de facilidades extendidas, la línea de crédito más larga del Fondo. Para lograr ambos objetivos, el Frente de Todos necesita si o si el respaldo de Estados Unidos y del resto de los miembros del G7, los principales accionistas del FMI.
Entre las naciones más desarrolladas, Estados Unidos es el único socio que tiene poder de veto en el board del Fondo, y el respaldo del gobierno de Donald Trump fue clave para que Macri pudiera acceder la línea de crédito stand-by de 57.000 millones de dólares en 2018, luego de la corrida cambiaria que abrió la crisis económica actual. Luego del fracaso de ese programa, el FMI ha dicho ahora que el nuevo plan debe tener una amplio consenso político en la Argentina, un objetivo compartido con el Gobierno. Guzmán también ha atado cualquier avance hacia un nuevo programa en la construcción de los consensos políticos necesarios para que tenga sustento, dentro y fuera de la Argentina.
El comunicado del Tesoro dejó en claro que cualquier avance por la deuda requerirá de la presentación de un plan por parte del Gobierno. Desde el inicio de las conversaciones entre el gobierno del Frente de Todos y el Fondo se especuló con que la Casa Blanca podía llegar a ser más flexible a los reclamos argentinos dada la cercanía del presidente Biden con el papa Francisco, o de Guzmán con Stiglitz, quien trabajó con el marido de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Pero el mensaje del Tesoro, la primera declaración oficial del gobierno de Biden sobre la negociación de la deuda, dejó en claro un aspecto de la negociación en lo que se ha hecho mucho hincapié en Estados Unidos: el acuerdo final dependerá del plan que logren hilvanar Guzmán y el Frente de Todos.
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