Señal del Gobierno: Francos visitó a la UIA en medio de la ansiedad por la economía
“No me animaría a decir que hay brotes verdes”, sentenció Daniel Funes de Rioja luego de la reunión con el Jefe de Gabinete
- 6 minutos de lectura'
El sector industrial ocupó los primeros lugares de la agenda del flamante jefe de gabinete, Guillermo Francos. “Fue una reunión de trabajo en la que plantearon los temas ellos”, resumieron fuentes oficiales que acompañaron al nuevo hombre fuerte del Gobierno a un almuerzo con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA). Del otro lado, el titular de la entidad, Daniel Funes de Rioja, se mostró “contento” por el veloz interés oficial en el sector, aunque dejó en claro: “Una cosa es atendernos y otra cosa es solucionarnos [los problemas]”.
Funes de Rioja le dijo a Francos que la industria no es ajena a los indicadores de caída de la actividad económica que se repiten. “Decimos: ‘Ojo no queremos que se caiga la industria, atendamos esta realidad micro’”. En ese sentido, fue más específico estimó que “hay ansiedad y expectativa por el futuro”. De esta manera, la entidad fabril le presentó al jefe de Gabinete un cuadro de situación atravesado por el reclamo de una recuperación que, según su visión, debería ser coordinada entre la industria, el campo y la construcción. “El salvase quien pueda (...) tampoco alcanzaron los botes en el Titanic”, resumió Funes de Rioja con habilidad cinematográfica.
Tras la reunión con Francos, el análisis empresario incluyó datos del impacto que trajo el enfriamiento de la actividad económica, así como también precisiones y pedidos para acelerar la reactivación en medio de una “contracción que le pega a la industria”. Este miércoles habrá más números: se conocerá el dato de industria de abril y si hubo o alguna mejora. “No me animaría a decir que hay brotes verdes”, declaró el titular de la UIA al mismo tiempo que sembró dudas sobre la caída “tocó piso”.
Estas palabras de Funes de Rioja se mueven en la misma sintonía de los números relevados por la última encuesta de la UIA con información hasta el mes de abril. Según dicha publicación, el 53% de las empresas respondieron que cayó su producción, el 59,8% reportaron reducción de ventas internas, el 37% reconoció exportar menos y el 12,3% admitió tener atrasos en pagos para afrontar integralmente todas sus obligaciones (salarios, proveedores, compromisos financieros, tarifas de servicios públicos e impuestos). Además, en un dato sensible, el 24,3% indicó que achicó su planta de empleados. Pese a que el dato parece abultado, Funes de Rioja analizó que el impacto de la retracción en empleo “no es significativo”.
Al mismo tiempo, recordó que Francos le explicó a todo el Comité Ejecutivo de la entidad fabril que “hay un plan macroeconómico en marcha” y que, luego de la normalización, vendrían reformas más estructurales. Ninguna de las partes se anima a decir cuándo llegará el momento posterior a la normalización, como tampoco nadie se aventura en marcar una fecha o mes para el inicio de la recuperación o para la salida del cepo, dos de las repetidas preguntas “del millón”.
A propósito del saneamiento de las cuentas públicas y el esfuerzo del Gobierno por conservar el superávit, Funes de Rioja también se encargó de mostrar otro punto de vista: “No hay micro sin macro, pero tampoco hay macro sin micro”.
De esta manera, el representante de los industriales resumió que si el Gobierno dice “no hay plata”, nosotros decimos que “tampoco” la tenemos. Fue otra traducción de la palabra “ansiedad” en boca del máximo representante del sector industrial.
Si Francos es señalado como uno de los principales negociadores del Gobierno en medio de la extensa discusión por el proyecto de Ley Bases, Funes de Rioja no perdió oportunidad para hablar de uno de los puntos más polémicos, para los empresarios, de la iniciativa oficialista y que impacta de lleno en la industria. De este modo, el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) ganó protagonismo.
El titular de la UIA reiteró su reclamo por la desigualdad de condiciones que generaría el RIGI entre productores locales y posibles importadores que contraten las inversiones superiores a US$200 millones que apliquen en este sistema. Uno de los beneficios que percibirían es la eliminación de derechos de importación. “La distorsión viene por el lado tributario, no por la calidad ni competitividad”, argumentó Funes de Rioja quien, a su vez, no dudó un segundo en marcar su posición: “Hay que preservar la lógica de las posibilidades de competencia del sector nacional”.
No es una nueva crítica de la UIA. Pero, pese a eso, en el debate en comisiones del Senado no se introdujo el cambio esperado por el sector industrial. De todas maneras, allí descuentan que todavía falta un largo debate que podría permitir agregar modificaciones al proyecto, al que consideran “necesario”.
Con foco en la reactivación, Funes de Rioja le comentó a Francos que la entidad trabaja en su propia versión del RIGI. En realidad, esa propuesta no estaría orientada a grandes inversiones sino a montos más pequeños. Todavía no se conoce la letra chica de esa propuesta.
Baja de impuestos, mejoras en infraestructura para reducir costos de logística y acceso al crédito son los puntos en los que el titular de la entidad fabril concentra los pedidos al oficialismo para que la reactivación no demore mucho en llegar.
Sobre el acceso al crédito, Funes de Rioja admitió que se abrió “una ventanita”. Con relación a la logística, Francos le comentó que el gobierno nacional está trabajando para firmar convenios con provincias y municipios para retomar la actividad en la obra pública considerada “estratégica”, como, por ejemplo, rutas de abastecimiento productivo para Vaca Muerta.
La cuestión impositiva es la que aparece por encima de cualquier reclamo empresario y la que, en simultáneo, presenta más incertidumbre. Por ejemplo, el impuesto PAIS tiene fecha de vencimento este año, pero nadie asegura cuándo exactamente dejará de estar vigente el cepo y, en consecuencia, este tributo, que sostiene la recaudación del fisco, pata clave en el equilibrio entre ingresos y gasto público.
En línea con la materia tributaria, Funes de Rioja también citó otro estudio de la UIA sobre presión fiscal en la Argentina. Dicho trabajo de la entidad analizó siete impuestos (IVA, Ganancias, Ingresos Brutos y Sellos, entre otros). De acuerdo a la comparación con otros 24 países, entre los que se encuentran Brasil, Chile, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, el sector formal argentino es el que mayor carga tributaria tiene, con un 50,7%. “El costo argentino está marcado por la presion fiscal exorbitante sobre el sector formal”, afirmó.
Pese a los puntos señalados y la mencionada “ansiedad” del sector por la llegada de la reactivación, Funes de Rioja valoró el gesto oficial de Francos de haber asistido a la sede la UIA: “Que el jefe de gabinete este aca señala que interés hay”.
Más leídas de Economía
Tras acordar con los gremios. Aerolíneas Argentinas sale con una promoción agresiva para vuelos de cabotaje
Polémica en un municipio. Descubrieron que le pagan a un intendente una millonaria cifra por una tasa y se llevaron una sorpresa al ver cuánto gastaría
Habrá cambios. Cuánto costará el dólar tarjeta en enero
Mínimas. Quiénes cobran jubilaciones este jueves 21 de noviembre