Seguridad alimentaria: el reto de garantizar el acceso y revolucionar la manera de comer
Cómo lograr que a nadie le falte alimentos y cómo será su futuro son algunas de las preguntas que tuvieron respuesta
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La industria alimenticia se enfrenta a numerosos desafíos, que van desde asegurar el acceso a productos nutritivos para la mayoría de la población, hasta repensar cómo serán los alimentos del futuro de cara a la mitigación del cambio climático.
En la primera edición de “El nuevo sistema alimentario. Del campo al hogar”, organizado por LA NACION, estuvieron presentes representantes del primer y último eslabón de la cadena conversando sobre el futuro de la nutrición y el abastecimiento.
“La pandemia agudizó parte de los problemas que ya existían. Hubo un retroceso en los indicadores de seguridad alimentaria que nos va a llevar más tiempo, de aquí a 2030, para poder recuperar esos niveles. La pandemia profundizó grandes desafíos, lo que implica redoblar esfuerzos para encontrar soluciones e integrar distintas políticas como respuesta a las agendas sociales, económicas y ambientales”, dijo Elizabeth Kleiman, responsable del área de programas de sistemas agroalimentarios sostenibles en FAO Argentina, la organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura.
Muchas organizaciones, como FAO, se encuentran pensando y colaborando con organismos y gobiernos para mitigar en el corto, mediano y largo plazo la problemática del hambre. En los próximos días, FAO y la ONU estarán llevando adelante una cumbre, con los países miembros, para discutir vías de acción con miras en diseñar nuevos sistemas de producción que logren acelerar los objetivos.
“La Argentina tiene un potencial productivo inmenso, tiene la capacidad y el protagonismo de brindar seguridad alimentaria. Es un país con peso especifico en la producción de muchísimos alimentos. El desafío esta en cómo equilibrar distintas variables para hacerlo más inclusivo y sostenible”, comentó la especialista, en diálogo con Ignacio Federico, periodista de LA NACION.
FAO está trabajando con el Gobierno Nacional en tres ejes: por un lado, la organización de la ONU está brindando apoyo al ‘Plan Argentina contra el hambre’ con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de corto plazo; también busca pensar un modelo productivo a mediano plazo; y, por último, están buscando soluciones para hacer tender la producción a un desarrollo más sostenible con mitigación de cambio climático.
“La sostenibilidad es un eje transformador. Desde FAO brindamos un gran apoyo a, por ejemplo, reducir desperdicios y la Argentina es líder en la región. Trabajamos con provincias y municipios a partir de los desperdicios generando puentes locales desde las escuelas, comercios gastronómicos y otros vínculos de la alimentación reducir las perdidas y desperdicios”, contó Kleiman.
Los alimentos del futuro
El segundo invitado virtual fue Adolfo Roullion, CEO y cofundador de Frizata, una empresa foodtech orientada a la relación directa con el consumidor. En los últimos meses la compañía levantó US$5 millones en una ronda de inversiones liderada por SP Ventures, el fondo de venture capital brasileño líder en agri-foodtech en Latinoamérica. Además, participaron inversores como Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre
El diferencial entre los alimentos de Frizata y otros es que estos son “flexiterianos”. Buscan un equilibrio en la dieta con productos menos típicos y basados mayormente en plantas, algunos reemplazando componentes animales.
“Tenemos opciones meet-free. Los beneficios, por ejemplo, son una relación 10 a 1 entre el consumo de energía para producir una proteína animal y una vegetal. No se usan antibióticos, menos contaminación de efecto invernadero y colesterol”, opinó Roullion.
Además, Frizata busca que la empresa tenga vínculo directo con el comprador, sin intermediarios. Según el emprendedor, esto permite recortar gastos que impactan en el precio y bolsillo de los consumidores.
“El futuro de alimentos es basado en plantas y con biodiversidad. Hoy, el 65% de la energía que consume la humanidad proviene de cuatro especies animales y cuatro cultivos vegetales. Siendo que hay mas de 50.000 plantas consumibles, hay un camino gigante por explorar nuevos cultivos en escala. La revolución está siendo impulsada por las nuevas generaciones. Será sostenible, sustentable y accesible”, comentó Roullion.
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