Segunda ola: el Gobierno mantiene “la prudencia” para ayudar a sectores vulnerables
El gasto del Tesoro es todavía mucho menor al del año pasado en tiempos de cierre total
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Pese al aumento de casos de coronavirus, la incertidumbre sobre la llegada de las vacunas a la Argentina y las cada vez mayores restricciones a la circulación, el Gobierno mantiene la prudencia en cuanto al gasto para proteger a los más vulnerables, los trabajadores y las empresas.
El costo fiscal de las ayudas anunciadas hoy por el presidente Alberto Fernández son menores a las que prevalecieron en 2020 durante la cuarentena más estricta y más extendida.
Luego haber obtenido el déficit fiscal primario más alto en casi cincuenta años por expansión del gasto y caída del ingreso, con una emisión superior a los dos billones de pesos por parte del Banco Central (BCRA), sin acceso al mercado voluntario internacional (sí, en cambio, al local), y con un rebote inflacionario que volverá a materializarse hoy con el dato de marzo, el margen oficial es acotado.
El presidente Alberto Fernández anunció hoy que se asignará un monto de $15.000 para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la asignación por embarazo y las asignaciones familiares de monotributistas de la primera categoría.
“En el transcurso del día Fernanda Raverta, la titular de la Anses, dará los detalles de la asignación. No queremos que esas personas queden a la intemperie”, dijo Fernández en declaraciones a Radio Diez. Precisó que este monto será para paliar las consecuencias de estas dos semanas de nuevas restricciones.
Curiosamente, en el Gobierno el cálculo del gasto adicional por la AUH se hizo sólo para el AMBA y por dos meses (no por dos semanas). El costo fiscal sería $30.000 millones. Las asignaciones para monotributistas, en tanto, sumarían en ese período de $9000 millones. Sin embargo, en el oficialismo afirman que este es un estimado, ya que el beneficio podría ser incluso más acotado que el que se calculó y apuntar no a las personas, sino directamente a las familias, lo que reduciría el costo final.
El Tesoro Nacional ya venía haciéndose cargo de refuerzos en el primer trimestre del año en la Tarjeta Alimentar (+50%), el Plan Potenciar Trabajo y el resto del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social, que habían costado otros $30.000 millones, según datos oficiales.
Ahí se incluía además todo el gasto del Programa de Recuperación Productiva (Repro II), el plan para sostener el empleo privado en empresas que reemplazó al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) que el año pasado se había usado para sostener a las compañías.
Antes de los refuerzos añadidos este año y del lanzamiento del Repro II, el presupuesto preveía para esos gastos unos $225.000 millones en el primer trimestre del año.
A contramano, el ATP sumado a Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), los dos programas estrella, costaban en conjunto unos $60.000 millones por mes, un gasto muy superior tanto a los refuerzos mensualizados ya existentes durante este año (10.000 millones por mes de Repro II, Tarjeta Alimentar y Potenciar Trabajo); y que costaría la AUH y otras asignaciones por mes (los $15.000 millones) sumados.
El gasto por Covid sumó el año pasado 3,5 puntos del PBI por un aumento de la política de gastos; 0,7% puntos del PBI por bajas de contribuciones patronales y otros; y 0,3% del PBI por préstamos a provincias. El costo de la pandemia fueron 4,5 puntos del producto, lo que se traduce en 1,2 billones de pesos.
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