Según The Economist, la principal "tierra de reclutamiento" de Uruguay es la Argentina
La partida de argentinos hacia Uruguay debido a los beneficios impositivos al otro lado del Río de la Plata es una cuestión ya planteada en la agenda del país y que también fue abordada hoy por la revista británica The Economist. En el artículo titulado "¿Por qué los argentinos acuden a Uruguay?", sostienen que la Argentina es la principal "tierra de reclutamiento" para el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, e indican que los asesores del primer mandatario "esperan que 100.000 argentinos se relocalicen".
La nota puntualiza en los nuevos decretos que dictó la administración conservadora de dicho país para propiciar la llegada de nuevos habitantes y añaden la buena gestión de la crisis sanitaria por Covid-19 como otro aliciente. En la revista expresan que el presidente argentino, Alberto Fernández, "está haciendo la vida más difícil para los ricos" y que intenta "calmar el éxodo". Incluso, suma testimonios de exresidentes locales que optaron por mudarse o que están en vísperas de realizarlo.
"Lacalle Pou dice que quiere gente 'de todas partes del mundo', pero su principal tierra de reclutamiento es la Argentina, cuya población es 13 veces más grande que la de Uruguay. Sus asesores dicen que esperan que 100.000 argentinos se relocalicen", detalla el artículo, que añade que "unos 20.000 argentinos aplicaron para cruzar el Río de la Plata, este año". En cuanto a ello, cita al candidato a la intendencia de Maldonado Enrique Antía, quien "predice que la población del complejo se duplicará de 15.000".
Los "encantos" uruguayos
La nota menciona las entrevistas que distintos medios argentinos le hicieron al presidente uruguayo, en las que promocionó "los encantos de su país". Dentro de los mismos, las cuestiones impositivas priman. Según señala The Economist, el intercambio en Gorlero -la principal calle comercial de Punta del Este- "sugiere que la ruta para atraer nuevos residentes a Uruguay, dispuesta por el presidente conservador del país, Luis Lacalle Pou, está empezando a funcionar".
La revista menciona que tres meses después de tomar el poder, el 11 de junio, el presidente uruguayo "emitió un decreto que hacía más fácil para los extranjeros asentarse" en dicho país, ya que "reducía el valor de la propiedad que una persona debía comprar para calificar para la residencia desde 1,7 millones de pesos a 380.000". También, destaca que "para los dueños de negocios, la inversión mínima se recortó desde 5,5 millones a 1,7" y que "la moratoria fiscal para ambos tipos de recién llegados se extendió a diez".
Además, señala que los extranjeros "no necesitan pasar seis meses todos los años en Uruguay para calificar para la residencia", debido a que "desde el primero de julio, la estadía mínima es de 60 días". Todos esos cambios, fueron aprobados por la legislatura, en agosto.
Además de las cuestiones fiscales, la publicación refiere que "el competente manejo del Covid-19 en Uruguay puede haberse convertido en un atractivo aún mayor". Sobre ello, expresa que "para reconciliar la inmigración con salud pública, Uruguay requiere que quienes llegan, hagan cuarentena" y, además, indica que allí tienen el más alto nivel de testeos y menor nivel de muertes en América Latina", cuando en la Argentina "los casos registrados y las muertes aumentan".
En The Economist puntualizan en que el territorio Uruguayo "es parecido al tamaño de Inglaterra" y mencionan que Lacalle Pou dice que "necesita más gente". Hacen referencia a una tasa de fertilidad dentro de las más bajas de América Latina, con "dos chicos por mujer" y una proporción de gente mayor a sesenta que se encuentra dentro de las más altas de la región.
"Los inmigrantes que compran propiedades le darían un impulso a la economía, al propulsar la construcción. A la larga ayudarán a pagar por el estado de bienestar, uno de los más generosos de la región", indica la nota. Según un agente inmobiliario de Punta del Este citado en la publicación, "la pandemia causó una 'estampida'" y "los requerimientos de argentinos han crecido por seis desde el año pasado".
La respuesta argentina
Tras dichos factores que propulsan la emigración, en The Economist entienden que Fernández "está tratando de calmar los éxodos". En relación con ello, indican: "Respondió al decreto de Lacalle Pou con uno propio. Dice que los argentinos que se relocalicen por motivos fiscales deben vivir en sus nuevas residencias por al menos seis meses del año. Estarán habilitados a pasar solo 90 días del año en la Argentina".
A su vez, señalan que "los peronistas, que volvieron al poder en la Argentina el año pasado, habían iniciado una guerra de clases", que el nuevo gobierno "esta haciendo la vida más difícil para los ricos" y mencionan dos cuestiones en cuanto a ello: "En diciembre de 2019, impusieron un impuesto anual de hasta 2,25% para los activos mundiales de ciudadanos y residentes. El Congreso contempla un impuesto adicional a las fortunas de más de tres millones de pesos".
La publicación determina que "tales huevos de nido estarán más seguros del otro lado de la frontera", porque aunque Lacalle Pou insiste con que Uruguay "no es un paraíso impositivo", ya que "no deja que los residentes escondan sus ingresos", allí no gravan "los impuestos a las ganancias o a la riqueza fuera del país".
En primera persona
El artículo toma el testimonio de un contador, Francisco, quien señala que se mudaría a Punta del Este. "No puedo sentarme y mirar que mi gobierno vacía mi pensión durante los próximos años con impuestos locos", refiere. Otro de los entrevistados es Arturo, el dueño de un negocio de la provincia de Buenos Aires, quien señala que ya se mudó y su familia "lo va a hacer cuando termine el año escolar".
Además, relata el caso de un magnate de la tecnología, quien también partió hacia Uruguay. "Me preocupo por los impuestos, claro. Pero el miedo me hace mover, tengo miedo por mi salud y por la de mi familia", señala dicho hombre a The Economist.
El asesor inmobiliario consultado por la revista británica entendió que "esto tiene los ingredientes para una mini guerra en el Río de la Plata". En The Economist concluyen: "Uruguay puede ser chico, pero en una pequeña guerra, eso no es una desventaja".