Consumo. Tres datos confirman que aún habrá que esperar para la reactivación
El Indec difundió hoy tres datos que demuestran que la recuperación todavía se hace esperar. En abril, las ventas a precios constantes cayeron 12,6% interanual en los supermercados ; 12,9% en los mayoristas y 22,9% en grandes centros comerciales .
Las ventas en supermercados suben nominalmente por efecto de la inflación , pero crecen menos que el incremento general de los precios, lo cual evidencia la caída del consumo y el menor gasto de los hogares, en un contexto de caída del ingreso real.
En la última encuesta de supermercados, que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos difundió esta tarde, las ventas totales a precios constantes (sin tener en cuenta los efectos de la inflación), además, representaron un retroceso del 6,4% respecto del mes anterior.
De esta forma, registran diez meses consecutivos en baja. En el acumulado del primer cuatrimestre del año, por su parte, las ventas a precios constantes cayeron 12,5%.
También los mayoristas mostraron números en rojo: en los primeros cuatro meses las ventas a precios constantes retrocedieron 14,2%.
Entre los medios de pago, el más popular fue la tarjeta de crédito (35,7% de las ventas). Luego, siguió el efectivo (34,5%). La tarjeta de débito significó el 26,6% del total.
"Abril siguió mal y esto es lógico, porque recién en mayo o junio empiezan a entrar las paritarias que se aprobaron, y también los créditos Anses, que es el otro motor del consumo que se va a ir viendo", analiza Martín Kalos, de la consultora EPyCA.
Mientras tanto, en los primeros cuatro meses del año las ventas a precios constantes en centros de compra (shoppings) descendieron 17,5%. En abril, cayeron un 7,4% respecto de marzo, y también acumulan diez meses seguidos de contracción. Con respecto al mismo mes de 2018, este indicador marca una baja del 22,9% interanual.
"El sector del comercio es el de mayor incidencia en la caída de la actividad económica, y refleja la fuerte contracción del consumo que ocasionó la caída de poder adquisitivo real luego de la crisis de 2018", explican los economistas Nadin Argañaraz y Bruno Panighel.
Añaden: "Como la suba de salarios estuvo por debajo de la inflación en el primer cuatrimestre, la capacidad de compra de la población se vio muy erosionada. Abril pudo haber sido el piso de la contracción y para que el consumo comience a recuperarse y con él, la actividad económica, es necesario una baja sostenida de la inflación".
Por su parte, Matías Rajnerman, de Ecolatina, señaló datos de categorías que dan cuenta del achique del bolsillo. Por un lado, la caída del consumo de alimentos y bebidas, que según cálculos de la consultora, rondó el 20%, más que el descenso de ventas a nivel general.
"Esto puede darse por un desplazamiento de gente a autoservicios mayoristas o centros de cercanía, pero también demuestra que la crisis golpea más en los sectores que menos tienen porque son a los que no les queda otra que reducir sus gastos", resumió.
Por otro lado, destacó la caída de la venta de productos electrónicos, que se redujeron un 40% en volúmenes. "Esto tiene que ver, en la comparación interanual, con que en abril del año pasado este sector marchaba bien porque la economía todavía estaba saludable y porque se venía el Mundial, lo que daba como resultado una base alta de ventas. Además, está relacionado con el salto de precio por la devaluación y el fin del financiamiento barato", indicó.
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