¿Se prepara Exxon para salir de cacería?
Hace cinco años, un derrumbe energético más pronunciado que el actual hizo que los precios del gas natural cayeran 70% en un año. Fue la oportunidad que aprovechó Exxon Mobil Corp. para comprar XTO Energy Inc., uno de los mayores productores gasíferos de Estados Unidos, por US$25.000 millones en acciones.
El actual desplome en la cotización del petróleo ha vuelto a crear las condiciones propicias para que Exxon salga de caza, en momentos en que las compañías con menos reservas de efectivo se ven golpeadas por la reducción de su flujo de caja.
Exxon tiene la capacidad de endeudarse a tasas de interés muy bajas, gracias a una calificación de crédito superior a la del gobierno estadounidense, y los analistas estiman que la empresa puede digerir cualquier rival, más allá de los obstáculos regulatorios. La petrolera también ha acumulado una buena cantidad de sus propias acciones, lo que refuerza su poder adquisitivo.
Un acuerdo a gran escala dista mucho de estar garantizado. Una empresa de la envergadura de Exxon tendría que ir a la caza de un blanco grande para aumentar de manera significativa sus reservas de crudo y gas, los combustibles que puede traducir en ganancias.
La adquisición de otra de las mayores petroleras mundiales que cotizan en bolsa, como BP PLC, crearía un gigante cuyo tamaño no tendría un precedente moderno. Además, los conglomerados energéticos ya tienen problemas a la hora de gestionar la logística de sus proyectos más grandes, desde el desarrollo de las arenas bituminosas en Canadá hasta las plantas de gas natural licuado.
"No creo que la idea de ‘más grande es mejor’ tenga mucho sentido", sostiene Amy Myers Jaffe, directora ejecutiva de energía y sostenibilidad en la Universidad de California en Davis. "Los megaproyectos no han brindado los resultados esperados a los accionistas".
De todos modos, Wall Street ya comenzó a especular acerca de qué empresas le interesarían a Exxon. BP "obviamente encaja bien", escribió Paul Sankey, analista sénior de Wolfe Research, en un informe publicado hace poco. La compra de la petrolera británica, que todavía no deja atrás los coletazos del derrame de crudo de la plataforma Deepwater Horizon en 2010, pondría fin a "una marca dañada a un precio espléndido" y fortalecería la capacidad de Exxon de hallar nuevas fuentes de crudo y gas, agregó el analista.
Otros blancos atractivos mencionados por los analistas incluyen una serie de compañías de menor envergadura que han en-contrado gigantescos depósitos de hidrocarburos pero podrían carecer de los recursos necesarios para desarrollarlos rápidamente.
Una de ellas es la estadounidense Anadarko Petroleum Corp. La firma, cuyo valor de mercado ronda los US$44.000 millones, opera yacimientos en formaciones de esquisto en EE.UU. y está en las etapas preliminares de construcción de una inmensa planta para exportar gas a Mozambique.
Otro candidato es BG Group PLC. La empresa británica, cuya capitalización bursátil asciende a US$32.000 millones, exporta gas natural a nivel global y explora en busca de gas en aguas profundas de Brasil. BP y BG no quisieron comentar al respecto. Un portavoz indicó que Anadarko no comenta sobre rumores. Exxon no se pronunció sobre posibles compras.
Jeff Woodbury, director de relaciones con los inversionistas de Exxon, manifestó ante un grupo de analistas hace un par de semanas que la petrolera sólo buscará las adquisiciones que, en su opinión, "ofrezcan un valor estratégico fundamental y aporten a los retornos a largo plazo".
Exxon tiene antecedentes de aprovechar los bajones de la industria para realizar compras que transforman su negocio. Adquirió Mobil Corp. por unos US$82.000 millones en acciones en 1999 durante un prolongado período de precios bajos del petróleo.
No obstante, el gigante estadounidense podría ser reacio a hacer otra operación como la de XTO, que ha mermado sus ganancias puesto que los precios del gas natural en EE.UU. han permanecido bajos.
Exxon produce 2,3% del petróleo del mundo y refina 11,5% de la gasolina y otros combustibles consumidos en EE.UU. Una fusión con Chevron Corp., la segunda petrolera occidental por valor de mercado después de Exxon, proveería 4% del crudo mundial y 17% de la producción refinada en EE.UU. Una combinación de tales características, que reuniría a las dos mayores piezas del antiguo imperio de Standard Oil, podría ser rechazada por los reguladores estadounidenses, según algunos analistas.
Exxon se ha mantenido fiel a la tradición de recomprar acciones. Desde 2005, ha destinado unos US$197.000 millones a la recompra de títulos, más del doble de lo que ha pagado en dividendos y el equivalente a cerca de 65% de su inversión en proyectos de gas y crudo en ese período. Este año, la empresa planea invertir US$1.000 millones en la recompra de acciones en el primer trimestre.
Estos títulos van a parar a las arcas de Exxon y la empresa los puede volver a emitir para hacer adquisiciones. Sus acciones de tesorería tienen un valor en torno a los US$353.000 millones. La acción de Exxon subió 1,08% el viernes para cerrar a US$93,37.
"Teniendo en cuenta la fortaleza financiera de la compañía y los problemas por los que atraviesa el resto del sector, es una situación hecha a la medida" de Exxon, señala J. Robinson West, asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, en Washington. Eso, sin embargo, no quiere decir que debería adquirir otra gran petrolera, añade. Tal compra "no le aportaría mundo", advierte. "Sólo la hace más grande".
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