Se hunde el consumo masivo, cambian hábitos y asoma un impacto en las remarcaciones
En febrero, registró una baja de 4,1% interanual; la retracción es mayor aún en los supermercados; crece la migración de los consumidores hacia marcas más accesibles
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“Como piano de un quinto piso”. Así, describen en un supermercado, cae el consumo masivo en la Argentina luego del sinceramiento de precios que encaró el Gobierno.
La consultora especializada Scentia informó que el consumo se retrajo un 4,1% interanual en febrero –por encima del 3,8% de enero pasado– y acumuló en el primer bimestre un descenso de 3,9%.
Tanto las empresas de alimentos y de productos de consumo, como las grandes cadenas comerciales creen que en marzo esas bajas se están profundizando. En ese marco, algunos ven todavía aumentos de precios de un dígito este mes en algunas categorías de productos, pero vaticinan un freno brusco desde abril por la fuerte caída de las ventas.
Es además lo que impulsa el Ministro de Economía, Luis Caputo, en las reuniones que mantuvo con los sectores y que derivaron en una mayor apertura de importaciones para alimentos (2900 posiciones arancelarias), en una baja transitoria de los impuestos que pagan esos productos y en la recomendación oficial sobre las estrategias comerciales de las firmas (entre ellas, la dura crítica al 2X1).
La retracción de las operaciones ya está afectando además los hábitos de consumo de los argentinos, que empiezan a migrar –como en cada crisis del país– a marcas más baratas a la hora de encarar las compras en las góndolas. Además, la eliminación de los programas de control de precios (“Precios Justos”) generó una aceleración en los aumentos en supermercados (eran donde se podían encontrar esos productos con precios deprimidos), por lo que ahora el golpe a las ventas es más notorio en esas grandes superficies que en los autoservicios. También caen las compras en los mayoristas, que ajustaron fuertemente sus precios (en enero se desplomaron un 10%).
“Se repite el número en [el canal de] supermercados de -8,3%, con una retracción algo más marcada en interior que AMBA”, escribió en una síntesis ejecutiva Osvaldo Del Río, director de Scentia. “Los Autoservicios mantienen signo positivo, aunque al límite, de +0,1%. En este caso, la situación es bien diferente entre las regiones reportadas, siendo AMBA el área que aporta de manera positiva y define el cierre del mes”, dijo.
“Todas las canastas son negativas en supermercados y la mitad en autoservicios”, describió Del Río, que agregó que el precio promedio ponderado se aceleró a 324,6%.
El consumo de productos de alimentación cayó 2% en el mes. Además, bajaron: bebidas con alcohol (-11,5%), bebidas sin alcohol (-1%), desayuno y merienda (-6,4%), higiene y cosmética (-5,8%), impulsivos (-1,6%) y limpieza de ropa (-3,6%). El único que mostró una leve suba es perecederos más frío (0,6%).
Un informe de NielsenIQ sobre “Tendencias Argentina. Consumo en tiempos de crisis” remarcó que “el supermercado es el que mejor resiste la crisis, aunque lo hizo muy apalancado por las políticas de precios. En diciembre-enero de 2024, donde ya no existe ‘precios justos’, el canal sufre fuertemente eliminando su crecimiento”. Luego agregó: “Se observa hacia finales de 2023 como las marcas B y marcas propias empiezan a acelerar su crecimiento”.
Según NielsenIQ, las marcas propias (de los supermercados) se fortalecen con una performance mejor que el promedio de todas las familias de productos, excepto las bebidas. Los mayores saltos en el consumo de esas marcas propias se da en Alimentos (29,4% en el bimestre diciembre-enero 2024), y cosmética y tocador (25,9%).
De acuerdo al estudio elaborado por NielsenIQ, en el corto plazo, comenzó a crecer una migración de productos premium al mainstream (más populares) o low value (bajo precio). Con algunas sutilezas, esos cambios se dan en todos los rubros (bebidas, alimentos, limpieza, y cosmética).
La canasta que NielsenIQ releva todos los meses mostró en febrero pasado una caída interanual de 18,9%. En la misma se siguen las ventas de bebidas, alimentos y artículos de cuidado y limpieza.
Según CAME, en tanto, las ventas minoristas pymes se retrajeron 25,5% en febrero, a precios constantes, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, frente al mismo periodo del año pasado. En la comparación mensual, bajaron 7,4%. “Desde muchos comercios se señaló a febrero como un mes para el olvido, con días consecutivos donde no se registraron ventas. Las familias dejaron visibles todos sus problemas económicos y en los hogares hubo desahorro (los gastos fueron mayores que los ingresos) para llegar a fin de mes. Asimismo, las vacaciones se llevaron el dinero excedente”, explicaron.
Lo que viene
En un supermercado dijeron a LA NACION que, del 4 al 17 de marzo, la caída de ventas en unidades cae un 9% interanual. En otra cadena importante son incluso más pesimistas: en lo que va del mes, hay una baja de 10% interanual en volumen y una facturación con un alza nominal de 270%, o sea, por debajo de la inflación.
“Es un verano difícil”, cuentan a este medio desde el mundo de las bebidas alcohólicas. En una empresa líder hablan de un “drama” de caídas de entre 18% y 20% en febrero-marzo. Son cifras que ya habían experimentado en enero. En el mundo del vino, en tanto, ven ese desplome, pero particularmente en los supermercados. “Allí los precios estaban regalados”, explicaron haciendo alusión a los controles impulsados por la Secretaría de Comercio del kirchnerismo. “Hoy, el supermercado está teniendo parámetros más normales para la Argentina y parece que se desploma todo, pero, en realidad, lo que está pasando es que está cambiando [el consumo] y se está volviendo más al almacén de barrio”, señalaron.
En una alimenticia multinacional afirmaron tener caídas interanuales de ventas por 21% en febrero y 36% en marzo. Esto, precisaron, se debió tanto al consumo como a los problemas con el pago de importaciones. En una firma de consumo masivo dijeron que las caídas superan el 5%, según los comentarios de sus distribuidores. En otra compañía nacional de alimentos dijeron no haber subido precios desde enero, pero afirmaron que en marzo se nota una caída en el nivel de consumo.
“Hay que estar atentos a la primera semana de abril”, dijeron en una empresa de alimentos. “Entonces se va a ver la verdad de cuál es la movida de precios de consumo masivo. Ya están a un dígito en general, pero en abril se va a empezar a sentir que en algunas categorías ya no aumentan más los precios, pese a la inflación, y en algunas categorías puede haber incluso algunas bajas. No tanto por lo de las promociones, que fue un poco de show, sino porque está muy pinchado el consumo”, agregaron.
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