Se frena la actividad en Vaca Muerta por la crisis y la incertidumbre
Hace dos años operaban 74 equipos y ahora solo 50; la industria espera definiciones en el sector de hidrocarburos; la falta de una política petrolera y el congelamiento de los combustibles provocaron la suspensión de proyectos de inversión
AÑELO, Neuquén.– Las proyecciones de Vaca Muerta pasaron de la euforia al escepticismo. Su actividad cayó a la mitad y el freno se percibe en este pequeño pueblo, que en cinco años cuadruplicó su población. Un año atrás, la formación estaba en el centro de las conversaciones como la joya que permitiría al país autoabastecerse de energía y generar divisas. "La segunda turbina, junto con el campo", se decía. Nada cambió en el aspecto geológico. Pero el riesgo argentino enfrió las expectativas.
Congelamiento de los combustibles y las tarifas, control de capitales y restricciones a la salida de divisas, falta de previsibilidad e incertidumbre sobre la política energética. La combinación de estos factores llevó a la industria a reducir los equipos y frenar las perforaciones.
Así, la actividad en Vaca Muerta cayó un 50%, a la espera de algún indicio de que sigue valiendo la pena invertir. "Hay una baja en la actividad, pero el interés sigue estando; empresas como Shell, Equinor, Chevron y Exxon, que visitaron Neuquén en los últimos dos meses, quieren invertir. Muchas petroleras iban a pasar a una fase de mayor actividad, pero por el DNU que congeló los combustibles se frenaron. Luego vino el cambio de gobierno y ahora esperan que se definan las condiciones del futuro", dijo Alejandro Monteiro, ministro de Energía de la provincia.
En la industria se habla de una caída general en el nivel de actividad de 30% a partir de julio pasado, quitando la estacionalidad que tiene el sector en verano. En Vaca Muerta, en especial, hay empresas que señalan un derrumbe de más del 50%. "Las tareas de perforación en Vaca Muerta fueron las que más rápido se vieron afectadas por el escenario de incertidumbre y congelamiento que imperó en el fin de año. En un año, salió de servicio un tercio de las torres de perforación activas del país. Y, desde agosto, son 22 rigs [torres de perforación] sacados de servicio", indicaron en una empresa, en off the record.
Los números son avalados por un informe de Baker Hughes, la compañía que se dedica a servicios petroleros (perforación, producción y mantenimiento de pozos), que señala que en diciembre de 2018 operaban en el país 74 equipos. Un año después, en diciembre pasado, solo quedaron en actividad 50 equipos en la Argentina. "Deberíamos estar en un momento de desarrollo masivo", se lamentó un ejecutivo, que mira con tristeza la situación.
El punto de inflexión fue en agosto pasado, cuando luego de las elecciones primarias y la disparada del tipo de cambio, la anterior administración congeló por 90 días el precio del petróleo y aplicó controles de cambios para contener la aceleración de la inflación y la corrida cambiaria, como en su momento explicaron los exfuncionarios.
Unos pocos meses antes, Shell y Exxon, dos de las petroleras internacionales más importantes, habían anunciado el inicio de producción en bloques de Vaca Muerta, luego de años de exploración.
El congelamiento cayó totalmente inesperado en una industria que analiza en detalle sus riesgos antes de invertir. "Necesitamos que la volatilidad sea la del mercado y no la del que regula el sector", comentaron en una empresa. Sobre todo, hubo desilusión con un gobierno que había hecho bandera con Vaca Muerta y que se esperaba que tan solo mantenga las reglas de juego.
El cambio de administración no trajo mejores perspectivas a la industria, a pesar de que al comienzo se decía que iba a haber una ley para "blindar" Vaca Muerta del riesgo argentino y para atraer inversiones.
La ley luego dejó de presentarse como específica para la formación y apuntó a todo el sector de hidrocarburos, de producción convencional, no convencional y offshore (costa afuera).
Pero todavía no se sabe ni un artículo de lo que contiene dicha normativa y tampoco ingresó en sesiones extraordinarias, como les había prometido el presidente Alberto Fernández a las petroleras, en una reunión a la que convocó en Casa Rosada en enero pasado.
Ahora se cree que el proyecto, si ingresa al Congreso, podría ser después de la negociación de la deuda. Mientras tanto es un misterio saber si el Presidente hará mención al sector en su discurso de mañana en el Congreso.
A la espera de definiciones
"Las empresas quieren previsibilidad, por eso se habló de generar una ley. Si se les dan algunas señales, la industria reacciona rápido y la actividad podría repuntar. Para ello necesitan asegurarse las reglas sobre precios, exportaciones y disponibilidad de divisas. La producción de petróleo creció tanto que la Argentina se puede autoabastecer y no importar más crudo. Por lo tanto, todo aumento en la producción tendrá destino de exportación. Las empresas necesitan saber que tendrán garantizados los permisos para vender al exterior. En tema de precios, quieren saber que los valores de venta estarán alineados con la paridad de exportación. No tiene que ser un alineamiento automático, sino que se puede aplicar retenciones móviles como mecanismo estabilizador para los precios internos. Finalmente, necesitan disponer de los dólares que ganan para pagar proveedores y girar dividendos a las casas matrices", explicó Monteiro.
Neuquén, donde está la mayor parte de Vaca Muerta, superó en octubre pasado a Chubut como la principal provincia productora de petróleo, con 160.000 barriles por día, casi un 24% de los 550.000 barriles diarios que produce el país. Esto se deba a que, a pesar de la desaceleración en la última parte del año, la producción de petróleo no convencional creció en 2019 un 50% interanual, muy superior al 4% de crecimiento que tuvo la producción total de petróleo. Lo mismo sucedió con el gas, que creció 5% en su totalidad, pero un 26,8% el no convencional, que se produce en la formación.
Vista Oil, la empresa que fundó Miguel Galuccio, fue una de las primeras en frenar la producción luego del congelamiento de combustibles en agosto pasado. Esta semana, en una conferencia con inversores, explicaron que repercutió en sus ingresos la caída de los precios del petróleo y gas, que pasaron de US$67 el barril y US$4,5, el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), a US$53 y US$3,3, ambos por decisiones de fijar el tipo de cambio. A partir del mes pasado, sin embargo, la compañía volvió a sumar un equipo en su yacimiento Bajada del Palo para perforar nuevamente. "Hicimos nuestra tarea, tenemos costos más eficientes. Ante un escenario de incertidumbre y a la espera de reglas claras, somos optimistas y creemos que es una oportunidad a futuro, que las administraciones no tienen que dejar pasar. Es un voto de confianza a este Gobierno, a la espera de señales concretas", indicaron en la compañía.
La caída de las perforaciones
¿Qué ocurrirá con la producción a futuro? El Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) publicó esta semana que, en 2019, la cantidad de perforaciones bajó 12% con relación al anterior: 905 pozos terminados, contra 1030 en 2018. La perforación marca el termómetro de lo que será la producción. Si no se perforan pozos, es imposible que haya nuevas bocas de producción, y el petróleo y el gas comienzan a declinar.
Sin embargo, la preocupación sobre la caída en la producción comenzará a ser visible en invierno, cuando aumente el consumo estacional. "No hay equipos perforando por gas en todo el país, porque los precios son muy bajos, por abajo de los costos de desarrollo. La situación este año no será dramática, se consumirá más gasoil y se importará más gas licuado (GNL). No creo que vuelvan a traer el buque regasificador por el impacto político que tiene eso, pero bajará la disponibilidad y, si mantienen las tarifas congeladas, subirá la demanda. El otro invierno será un problema grave si esto sigue así", explicó Daniel Gerold, consultor de G&G Energy Consultants.
"Hay parte del gobierno que quiere hacer contratos y esquemas de licitación. Están pensando en alternativas para mediano plazo, que es valioso. Pero si después dicen que van a pesificar tarifas, que no las van a subir, que van a revisar los aumentos, estas son las causas por las que nadie invierte", agregó.
Las contradicciones dentro de la coalición Frente de Todos se hicieron palpables desde el primer día. La industria no encuentra un interlocutor fuerte dentro del Gobierno, aunque lleva sus preocupaciones al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que tiene la Secretaría de Energía bajo su control.
El pesimismo irrumpe en el sector porque saben que lo conseguido con la producción no convencional en la formación Vaca Muerta es único. Solo Estados Unidos logró poner en funcionamiento el shale, que consiste en fracturar (fracking) los pozos perforados en forma de "L".
"Se hace un gran daño cuando se detiene el shale. La Argentina tiene ventajas importantes porque lo logró hacer arrancar. Arabia, Argelia y China, por ejemplo, no lo lograron, aunque todos intentaron. Es muy difícil hacerlo, requiere de mucho esfuerzo conjunto de toda la industria. En Estados Unidos pueden subir y bajar el movimiento del shale de forma rápida, pero en el resto del mundo hay que arrancar el tren y si se frena, es difícil volver a ponerlo en movimiento. Es triste lo de Vaca Muerta, se está destruyendo un valor muy grande", concluye un ejecutivo de la industrial, con experiencia internacional.
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