Se ensombrece el panorama del sector bancario en EE.UU.
En una señal de los problemas que agobian al sistema financiero desde Wall Street hasta los inversionistas comunes y corrientes, Goldman Sachs Group Inc. el martes reportó su segunda pérdida trimestral en más de una década mientras que Bank of America Corp. perdió su título como el mayor banco de Estados Unidos.
Los resultados de Goldman, la estrella de la industria financiera, se vieron golpeados por la caída de precios de acciones y bonos y una débil actividad en el campo de fusiones y adquisiciones. Esta desaceleración dejó sin combustible a su otrora rugiente motor de corretaje y empujó a Goldman a su sexta caída interanual en ingresos trimestrales.
Bank of America, más enfocada en los consumidores, reportó una ganancia en el tercer trimestre, revirtiendo una pérdida registrada hace un año. Pero los resultados fueron impulsados por ventajas contables y se produjeron cuando la entidad quedó detrás de su rival J.P. Morgan Chase & Co. como el mayor banco de EE.UU. por activos. Bank of America se está desprendiendo de activos y empleados en un intento por ganar agilidad y mejorar su salud, apuntan ejecutivos de la compañía.
Las acciones en Goldman y Bank of America subieron marcadamente conforme los inversionistas se tranquilizaron tras la publicación de un informe que indica que los líderes europeos podrían llegar en breve a un acuerdo sobre un paquete de rescate financiero. Aún así, los logros del martes ponen de manifiesto la sombría nueva realidad de los bancos estadounidenses: crecimiento económico lento que reduce la demanda de préstamos, tasas de interés bajas que ponen bajo presión los retornos de las inversiones, mercados volátiles que inhiben la toma de riesgos y una regulación más estricta que incrementa el balance de costos. Eso sin mencionar una creciente ola populista de animosidad contra los bancos.
"Esos puntos de presión se están convirtiendo en una amenaza más explosiva ya que no hay ningún alivio", afirmó Paul Miller, de FBR Capital Markets. "Los bancos deben trabajar para superar estos agujeros en sus balances, y sólo lo pueden hacer con tiempo".
Si bien es poco probable que los resultados del martes causen mucha inquietud en el parque Zucotti, sede de los indignados de Occupy Wall Street, ofrecen una prueba vívida de que las consecuencias de la crisis financiera y los problemas de este año en Europa están apaleando incluso a empresas sólidas y amenazando la supervivencia de las más débiles. Además de la incertidumbre en Europa, los bancos aún pasan apuros para encontrar prestatarios en una economía estadounidense lenta, mientras las firmas de valores como Goldman tienen problemas para encontrar empresas e inversionistas que no hayan adoptado una postura de bajo perfil.
Pero a medida que los bancos reducen gastos (Bank of America planea eliminar 30.000 empleos en los próximos años) y compiten por una pequeña cantidad de prestatarios con capacidad de pago, un flujo reducido de crédito amenaza con minar una economía débil. Wells Fargo & Co. informó esta semana que los depósitos aumentaron 10% frente a un año antes en el tercer trimestre, mientras los préstamos subieron sólo 1%, en un patrón que probablemente se repita cuando bancos más pequeños reporten sus cifras en las próximas semanas.
"La industria aún está paralizada...mientras el mundo intenta superar el daño colateral de la crisis financiera y la burbuja de crédito", afirmó Roger Freeman, analista de Barclays Capital.
Los problemas más graves que plagan a las firmas financieras varían de una compañía a otra. Bank of America, por ejemplo, tiene la mayor exposición a las demandas relacionadas a hipotecas y otras disputas. Morgan Stanley lucha por convencer a los inversionistas de que no es vulnerable al éxodo de clientes que casi hizo que quebrara a finales de 2008.
Pero el sector entero enfrenta la misma combinación de economías atribuladas, consumidores desconfiados y un panorama de crecimiento pesimista. "Es difícil no mostrarse cauteloso", dijo James Dimon, presidente ejecutivo de J.P. Morgan Chase, la semana pasada después de que el banco registrara su primera caída en su crecimiento trimestral en casi tres años.
Goldman perdió US$393 millones entre julio y septiembre, un cambio dramático frente a la ganancia de US$1.900 millones que obtuvo en el mismo período de 2010. Reportó US$3.590 millones en ingresos, una caída de 60% frente a los US$8.900 millones de un año antes.
La última vez que Goldman reportó una pérdida trimestral fue durante el cuarto trimestre de 2008, el mismo lapso en que Lehman Brothers Holdings Inc. colapsó, congelando como consecuencia muchos mercados de crédito e intensificando una recesión en EE.UU.
En Bank of America, una ganancia de US$6.200 millones en el tercer trimestre superó las previsiones de Wall Street y revirtió una pérdida de US$7.300 millones en el mismo período un año antes. Sin embargo, sus resultados se vieron afectados por US$10.500 millones en ganancias extraordinarias, incluyendo US$3.600 millones por la venta de la mitad de su participación en el Banco de Construcción de China.