Se dispara la demanda de cámaras fotográficas de alta gama
El fenómeno es potenciado por la omnipresencia de los celulares inteligentes
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Comprar una cámara Leica se parece a comprar una obra de arte. Hechas en Alemania, las Leica se venden en los barrios más chetos, a veces incluso en locales que se las dan de galerías de arte. Los modelos actuales incorporan lo último en tecnología de la imagen, todo dentro del estilizado cuerpo metálico de la cámara. Las Leica han sido la cámara “de elección” de los grandes maestros de la fotografía durante décadas, desde Henri Cartier-Bresson hasta Annie Leibovitz. Y su precio es exorbitante. Una Leica Q3, el modelo compacto más reciente, cuesta alrededor de US$6000, y si la querés con apoyapulgar de descanso hay que sumarle unos US$245 más. Para los que prefieran una cámara de la Serie-M, emblema de la marca, con un par de lentes de recambio, cifra a pagar puede dispararse fácilmente a los cinco dígitos.
Hoy son pocos los que ven la necesidad de comprarse una cámara de fotos: con cualquier celular pueden obtenerse instantáneas de gran definición, editarlas y subirlas a las redes sociales desde el mismo teléfono. En 2011, cuando le pidieron que recomendara una cámara, Annie Leibovitz respondió sacando su iPhone4 y lo llamó “la cámara instantánea de nuestros días”. La cámara del dispositivo insignia de Apple viene mejorando modelo tras modelo, incluida la del que fue lanzado hace apenas unas semanas. Desde que Annie Leibovitz hizo aquel comentario, las fotos tomadas con la cámara del teléfono pasaron de representar el 25% de todas las fotos que se comparten online a representar el 90%. Al mismo tiempo, la venta de cámaras de fotos digitales cayó un 93%, y los modelos básicos están desapareciendo del mercado a un ritmo constante.
Las cámaras de alta gama, por el contrario, van a contramano de esa tendencia. La lista de espera para hacerse de una Leica Q3 ya era de seis meses cuando fue lanzada, en 2023, y su éxito contribuyó a que el año pasado esa marca de cámaras de 110 años de antigüedad alcanzara su récord histórico de ventas. Y la última versión de la cámara x100 premium de Fujifilm está agotada desde el mismo día que salió, en febrero de este año: hoy esa cámara la ofrecen online por varias veces su precio original, que es de US$1600.
Las marcas rivales, como Nikon, también han empezado a priorizar sus modelos de alta gama. El resultado de todo esto es que a lo largo de los últimos seis años el precio promedio de una cámara se ha triplicado, según datos de la Asociación de Cámaras y Productos de Imagen, una cámara empresaria del sector.
Los fotógrafos profesionales siguen usando cámaras de alta gama: ¿qué pareja de recién casados quiere que saquen las fotos de su boda con un iPhone? Así como los modelos básicos nunca fueron un sustituto válido para las cámaras profesionales, tampoco los son los celulares.
Por el contrario, los celulares inteligentes hicieron que se dispare la demanda de cámaras de alta gama, porque gracias a tener una cámara siempre disponible en el teléfono, muchos le fueron tomando el gusto a la fotografía amateur. Y a eso se suma que las cámaras premium se han convertido en una especie de símbolo de estatus entre la gente “de onda”. De hecho, los videos donde aparece la x100 de Fujifilm ya cosecharon millones de visualizaciones en la red social TikTok.
Ese creciente interés por las cámaras de alta gama ayuda a entender por qué la cantidad total de cámaras vendidas este año va camino a aumentar por primera vez desde 2017. Los fabricantes de cámaras fotográficas estaban en problemas, pero parece que enfocar mejor rinde sus frutos.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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