La inflación de febrero fue 13,2% y acumuló 36,6% en lo que va del año
El mercado preveía un alza de 15%; los alimentos aumentaron 11,9%; en los últimos doce meses, la suba fue de 276,2%
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Como consecuencia de la fuerte caída de la actividad por la licuación de ingresos y jubilaciones desde diciembre, el significativo ajuste del gasto público y el “apretón monetario” que impulsa el Gobierno, la inflación se desaceleró en febrero. Marcó un 13,2%, según el Indec, una variación que refleja una ralentización de la suba de precios, como esperaba Casa Rosada, pero aun en niveles muy altos. En marzo, un mes estacionalmente elevado y con aumentos esperados en algunas tarifas, el desafío del Ejecutivo es mantener la tendencia a la baja o, por lo menos, empatar el registro de febrero.
Según el organismo estadístico, el primer bimestre acumula un alza de la inflación de 36,6%, mientras que, en los últimos doce meses, el IPC nacional refleja un avance de 276,2%. Se trata del número interanual más elevado desde marzo de 1991 (287,3%). El dato mensual es el más alto desde febrero de ese año (27%).
Según el Indec, la división de mayor aumento fue Comunicación (24,7%), producto de subas en servicios de telefonía e internet. Le siguieron Transporte (21,6%) –por los incrementos en el transporte público– y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (20,2%) –por alzas en el servicio de electricidad–. Los alimentos y bebidas -el capítulo más sensible del IPC- fue de 11,9%. En tanto, el IPC núcleo -que elimina precios regulados y estacionales- mostró un avance de 12,3% en el segundo mes del año.
“La oficina del Presidente informa que la inflación de febrero fue de 13,2%, evidenciando una contundente desaceleración de precios con respecto a diciembre 2023 (25,5%) y enero 2024 (20,6%), resultado del trabajo del gobierno nacional para imponer una fuerte disciplina fiscal”, dijo un comunicado de Casa Rosada. “La suba inflacionaria que enfrentamos es producto de la emisión descontrolada de los últimos años y el despilfarro generado por el programa económico del ex ministro Sergio Tomás Massa”, agregó.
“El 10 de diciembre de 2023, en su discurso de asunción, el presidente Javier Milei informó al pueblo argentino que recibía una inflación camino al 15.000% anual contra la que lucharía con ‘uñas y dientes’. Ese es el compromiso asumido y el objetivo innegociable”, cerró el comunicado de la Oficina del Presidente.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) March 12, 2024
“Esta dinámica es resultado del programa económico implementado por el Gobierno a partir de diciembre. El mismo apunta a ordenar las variables macroeconómicas y a estabilizar expectativas mediante la combinación de las anclas fiscal, monetaria y cambiaria con medidas de normalización y desburocratización del comercio”, indicaron en el Ministerio de Economía una vez conocido el número.
“En el orden macroeconómico, el equilibrio financiero del Sector Público elimina la necesidad de financiamiento monetario al Tesoro y contribuye a la reducción en el sobrante monetario heredado. La estabilidad cambiaria resultante, con caídas nominales en los dólares financieros y el sostenimiento de un crawling peg previsible definido por el BCRA, brinda un sendero de certidumbre que contribuye a anclar expectativas”, agregaron en el Palacio de Hacienda. “Adicionalmente, se implementaron medidas para eliminar trabas y mejorar la fluidez del comercio, redundando en menores costos para el sector privado”.
Días atrás, el IPC de la Ciudad ya había mostrado una desaceleración. Para el segundo mes del año había registrado un alza de 14,1%. Pero el número que reflejó un avance fue la inflación núcleo: la dirección estadística había relevado un 13,4%. El REM, termómetro del mercado que releva el Banco Central (BCRA), preveía un avance de los precios para febrero de 15,8%. Para marzo esperan un 14,3%. Ese conjunto de consultoras pronosticó días atrás que la suba de precios llegara a 210,2% en el año en diciembre. El primer dato con una suba de precios de un dígito, indicaron, podría llegar recién a partir de junio (8,5%).
El ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió la semana pasada con empresas de alimentos y consumo masivo. Allí les ratificó a esas compañías que no va a haber una nueva devaluación brusca del tipo de cambio y que el precio de equilibrio de dólar debería estar actualmente en los $900. Allí, afirmó el ministro de Economía, se encuentra la convergencia entre la cotización oficial y la paralela.
Los directivos de las empresas, en tanto, le dijeron al ministro que notaron una desaceleración de los precios de sus productos por la fuerte caída de las ventas que ya están registrando.
Ayer Caputo recibió a los directivos de los grandes supermercados. Les dijo que se está siguiendo “a rajatabla” el programa económico, basado en el equilibrio fiscal y en la recomposición del balance del Banco Central (BCRA). Agregó que bajar la inflación era “la prioridad para poder estabilizar la economía”, y así dar inicio a un ciclo de crecimiento que permita la baja de impuestos. El ministro también hizo foco en el hecho de que los precios de los productos de consumo masivo “no reflejan hoy la nueva realidad económica”. En este sentido, “se debatieron alternativas para combatir la suba desmedida de precios”.
“El objetivo número uno es bajar la inflación”, dijo Caputo hoy en AmCham Summit 2024. “El objetivo es llegar a una competencia de monedas, bajar la inflación a nivel de shock. No somos proclives a pensar en un escenario monetario gradual de la inflación a lo Perú en tres años. La gente no va a tener tolerancia. El esquema de competencia de monedas apunta a eso, a hacer colapsar la inflación”, afirmó luego de celebrar el resultado fiscal del Gobierno y la baja de los dólares financieros en las últimas semanas.
El BCRA además informó anoche que bajaba la tasa con la que se remuneraba a los bancos por los pases y que eliminaba el piso mínimo que tienen estos para los plazos fijos. En la práctica funciona como una mayor licuación a los depósitos de los argentinos, que tendrán menos opciones para cubrirse frente a la inflación. Por otra parte, esa decisión catapultó el valor del dólar –sobre todo de los financieros- que venían de fuertes bajas en las últimas semanas. Ese salto le da algo de respiro -competitividad- al tipo de cambio diferencial para la exportación (las liquidaciones van en un 20% al contado con liquidación). Así, el Gobierno espera poder acumulando reservas en la entidad que conduce Santiago Bausili.
Con la intención de que ese salto en los tipos de cambio “libres” no impacte en los precios ya sobregirados de la economía, y particularmente en los alimentos (el rubro que más afecta a los pobres), el Gobierno anunció hoy que abriría las importaciones para “apuntalar la baja de la inflación en los productos de la canasta básica y medicamentos”. Precisaron que el BCRA reducirá el plazo de pago de importaciones de alimentos, bebidas y productos de limpieza, cuidado e higiene personal: pasarán de un esquema de pago en 4 cuotas a los 30, 60, 90 y 120 días a un plazo de pago en una sola cuota a los 30 días.
Además, bajaron la presión impositiva para esas compras el exterior. “Se determinó suspender, por el plazo de 120 días, el cobro de la percepción de IVA adicional e impuesto a las ganancias a las importaciones de estos productos y de los medicamentos”, indicó la Secretaría de Comercio.
“Como consecuencia de que implementamos un programa de estabilización muy duro, al no generar emisión monetaria, los precios no pudieron seguir creciendo al ritmo que venían. A partir de ahí, la inflación de diciembre fue 25%, la de enero fue 20%, y [la de febrero] parece que está debajo del 15%, un numerazo”, sentenció hoy el presidente Javier Milei en una entrevista. La semana pasada, había afirmado que la inflación se va iba a caer “como un piano”.
La opinión de los expertos
“El desplome de la demanda viene siendo el principal factor de disciplinamiento de precios. Pero hoy se anunció la apertura de importaciones a productos de la canasta básica, lo que empezaría a operar también en el mismo sentido. A su vez, el Gobierno parece empezar a adoptar algunas medidas que apuntan a coordinar expectativas, aunque estas vayan en contra de sus propios dogmas: el ministro Caputo propone techo del 15% para paritarias en marzo y abril y negocia controles de precios con supermercadistas”, analizó Melisa Sala, economista de la consultora privada LCG.
“El Relevamiento de precios de alimentos de LCG marcó una nueva aceleración en la primera semana de marzo: 3,6%, poniendo en evidencia que la desaceleración se viene amesetando”, dijo Sala y agregó: “De hecho, la inflación promedio mensual se mantiene estabilizada en niveles del 12% hace cuatro semanas. Marzo sentirá el ajuste de otros regulados, como gas, prepagas, combustibles, colegios, y una estacionalidad que suele jugar en contra. Esperamos un nivel de inflación similar al de febrero”. En LCG esperan una inflación de 240% anual medida a diciembre, con picos de 380% hacia mitad de año.
“Es un dato menor al esperado y creo que es positivo”, dijo Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T. “Es muy importante también la baja de la inflación núcleo, que bajó a 12,3% desde 20%, que había estado en enero. Esa es la mejor medida en estos momentos en que hay tanto aumento de regulados”, agregó. “Obviamente, hay una lectura negativa. Esto es la contracara de una recesión brutal”, afirmó.
“En marzo es va a haber una incidencia muy grande de educación y va a pegar el efecto del aumento de electricidad de febrero, que se arrastra a marzo. Veremos si el Gobierno implementa algún otro regulado más. Parece que el gas se postergaría, lo mismo que el agua, pero educación, que va a aumentar cerca del 40%, va a ser sumamente fuerte. Tal vez la inflación de marzo sea parecida a la de febrero”, dijo.
“El segundo mes consecutivo de desaceleración del IPC es un buen síntoma de los efectos de la política monetaria que adoptó el actual gobierno. El fuerte apretón monetario junto al ancla fiscal generó credibilidad y despejaron los fantasmas de hiperinflación. La caída en la demanda de dinero se contuvo y eso se vio reflejado en la caída de los tipos de cambio paralelos durante el último mes”, afirmó Lautaro Moschet, economista de Libertad y Progreso.
“A pesar de ello, aún seguimos transitando meses muy duros en materia inflacionaria. Un factor importante se debe a que los precios regulados quedaron muy rezagados y se ven actualizaciones de gran magnitud”, dijo y avizoró: “Aun sabiendo que marzo es un mes difícil, debido a que el factor estacional suele generar presión sobre el IPC, es posible que la tendencia a la baja continúe”.
“El 13,2% fue una sorpresa a favor del Gobierno, una desaceleración más rápida de lo esperado”, sentenció Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra. “Parte de esto es que la recesión está siendo muy fuerte; estamos viendo un escenario de menos inflación y menos nivel de actividad. Está golpeando duro todo y eso obviamente termina disciplinando incluso al salario”, dijo.
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