Se recalienta la interna en el Gobierno por la administración de los precios
Volvió a encenderse la tensión entre las líneas cristinistas y albertistas dentro del equipo económico por las medidas de fondo ante el aumento de la carne
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El aumento del precio de la carne –un problema político para cualquier funcionario argentino– preocupa al Gobierno. Esa tensión derivó el jueves en un encuentro entre Martín Guzmán, Julián Domínguez, Matías Kulfas y Roberto Feletti para debatir el fenómeno. Hubo diferencias de visiones y no alcanzaron definiciones de fondo; sólo un impasse. Por eso, sus voceros enviaron por la noche a los medios sólo un comunicado lavado y una foto para mostrar gestión.
Pero el domingo, el secretario de Comercio Interior, dio una entrevista en Página 12 en la que dejó un ultimátum para la cadena cárnica: o se ordenan entre ustedes (el sector aceitero con subsidios cruzados) o habrá nuevas retenciones. Según supo LA NACION, esa declaración enfureció a Domínguez. “Era leche hervida”, lo describió un colega. También enojó a Guzmán, pero sobre todo repercutió en el jefe de Feletti en el organigrama.
El contragolpe de Kulfas fue bajarle el precio a las declaraciones de Feletti públicamente. “Feletti el domingo en una entrevista estaba analizando opciones y teorizando. A lo mejor tuvo una actitud que no fue la más indicada, porque no es lo más apropiado esto de pensar en voz alta siendo un funcionario”, dijo a radio La Red. Quienes conocen a Feletti criticaron a Kulfas. “No está teorizando. Es una política pública concreta. Feletti está preocupado por el precio internacional de la carne y de los alimentos; hay que desacoplar”, suscribieron.
Ese esgrima vuelve a encender una interna en el Gobierno, aquella que anida en el Ministerio de Desarrollo Productivo desde que asumió Alberto Fernández y que se refiere a la política de administración de los precios. El primer roce que tuvo Kulfas, un “albertista” siempre cuestionado por el cristinismo duro, fue con Paula Español, cercana a Augusto Costa (hombre de Axel Kicillof). “Paula era una polvorita; difícil para el diálogo, pero técnicamente era buena; profunda”, la describe alguien que trabajó con ella. La tensión con Kulfas llegó al máximo cuando Español renunció –como lo hicieron todos en el ala cristinista– tras la derrota de las PASO para forzar las salidas de ministros. Entre ellos, uno de los cuestionados era justamente Matías Kulfas, su jefe.
Un conflicto que crece
El conflicto promete escalar. “Si Paula podía tener una foto de Cristina porque se la había cruzado en algún acto, Feletti tiene una en su Whatsapp y porque habla con ella directamente”, describieron para evidenciar la diferencia de respaldo político del reemplazante de Español.
Cerca de Kulfas niegan que el ministro haya salido sólo intencionalmente a contestarle a Feletti sobre las posibles retenciones, ni que hubiera habido un pedido de Alberto Fernández para eso. La prueba, dicen, es que dio cuatro entrevistas para hablar del dato de la recuperación económica y sólo en una se refirió a las opciones que filtró el secretario de Comercio Interior para resolver el problema de la carne.
Sin embargo, nadie niega las diferencias. Ya en la reunión del jueves pasado, mientras algunos afirmaban que el precio de la carne era barato en dólares y que el problema era la caída de los ingresos en los últimos años (se mencionaba además la cuestión estacional del engorde y la falta de oferta), Feletti insistía con su leit motiv: descoplar aún más los precios internos de los externos. Ante esas diferencias, el consenso fue una curita; un compás de espera: así se le pidió a las grandes cadenas de supermercados que freezaran por el fin de semana largo los precios.
Para una parte del Gobierno, tras la pandemia y luego de perder las elecciones, no es hora de ir a la guerra con el campo. “Hay que aislar a los extremos y bajar los decibeles. Es tiempo de una calibración. Ni de dejar volar a los precios de un producto importante; ni de la bestia populista de subir de nuevo las retenciones y de incrementar los controles de precios. Aparte pusieron a Julián (Domínguez) con aval de Cristina para tener otra relación con el sector agropecuario”, explicaron.
Pero parte del Gobierno lee encuestas que circulan y en las que, dicen, gran parte de la sociedad culpa a los empresarios por la inflación. “Feletti juega con aval de Cristina a hacerse el héroe”, lo criticó alguien a quien no le cayó bien su conferencia en Casa Rosada para hablar de los precios de los medicamentos, pero también de la inflación y de la nafta, o sea, por fuera de sus límites. Por las dudas, Feletti no interrumpe su camino. Hoy ordenó a los exportadores de carne que los precios no se “desborden” y dijo que él está para “controlar” y para “cuidar el bolsillo” de los argentinos.
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