Santiago Bilinkis: “La innovación no existe sin el error”
Durante el Premio a la Innovación organizado por LA NACION, el especialista explicó las claves para aprovechar al máximo la tecnología
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Crisis tecnológicas, económicas, políticas, sociales y, si algo faltaba, también una pandemia. Frente a este turbulento escenario, prosperar se torna todo un desafío, una especie de aventura que puso y aún pone en jaque a empresas de todo tipo, instituciones educativas y a las propias comunidades, que debieron adaptarse a esta nueva realidad, lejos de la presencialidad, e indefectiblemente desarrollar modelos de negocios online y migrar su trabajo a la virtualidad.
Pero, de toda situación de cambio siempre se abren puertas y afloran nuevas oportunidades. Así es como Santiago Bilinkis, especialista en tecnología, aseguró durante el “Premio a la Innovación”, organizado por LA NACION y Visa, que innovar en plena pandemia trajo de la mano un sinfín de ventajas, “ideales para capitalizar”.
Este inesperado panorama obligó a las personas a flexibilizarse y a improvisar a un ritmo sin precedentes, dando por resultado el hecho de dejar atrás viejas tradiciones para recibir nuevos hábitos y formas de comunicarse, que impactan en todos los ámbitos de la vida. Y destacó dos hechos como los más evidentes y de mayor alcance.
El primero tiene que ver con la rama de la medicina. “Antes de la pandemia, íbamos al médico para que nos dé la receta del remedio que necesitábamos, luego, pasábamos por la farmacia a buscarlo. Sin embargo, en caso de que la receta tuviera algún dato mal escrito, estábamos obligados a volver al consultorio para buscar una nueva versión”, dijo Bilinkis. Pero sucedió que, durante la pandemia, esto cambió y, ahora, los consultorios médicos mandan las recetas de manera online.
El segundo hecho se relaciona con la educación. Como se sabe, las escuelas y universidades tuvieron que dar clases remotas de emergencia, un escenario que nunca fue considerado ideal. Pero lo cierto es que tuvo un impacto favorable a la hora de tomar y rendir exámenes, ya que “para que los estudiantes no se copiaran, como pasó al principio de la cuarentena, las pruebas fueron encaradas desde otro lugar”, dijo Bilinkis. Sin ir más lejos, en vez de realizar preguntas que requiriesen una respuesta puntual y específica, pasaron a ser generales, en donde los jóvenes tuvieran que razonar y desarrollar.
Sin embargo, al ver todas estas ventajas, se desprende un gran interrogante: “¿Era necesario esperar una pandemia para modificar cosas que las podíamos hacer con internet, que existe desde hace 25 años?”, se cuestionó Bilinkis, quien explicó que la razón de ello se centra en la resistencia al cambio, entendida como un pilar básico de la vida humana.
Pero, como decía Darwin, sobrevive el que se logra adaptar y, en los tiempos modernos, donde rige la transformación permanente, las compañías que no evolucionan, pierden. En este sentido, Bilinkis explicó que la fórmula del éxito que funcionó en un momento puede no funcionar ahora. Entonces, “¿cómo se conservan estas nuevas adquisiciones en tiempos en los que la pandemia está desapareciendo?”, se volvió a preguntar el experto.
En base a ello, y para generar organizaciones que venzan la resistencia al cambio y sean más dinámicas, el especialista brindó tres claves que tienen que ver con el componente cultural, el metodológico -en el cual puso foco- y el de incentivos. “La innovación no existe sin el error y la clave está en atreverse a fallar, lo cual solo es posible dependiendo de cuáles sean las consecuencias que ese fracaso conlleva”, dijo Bilinkis.
Lo cierto es que, de cara a esta situación, “hay una realidad que hay que cambiar para ver materializado el triunfo y consiste en tener la capacidad de asumir riesgos”, añadió. Por ende, detalló que es necesario que las personas cambien la concepción que tienen del error, porque no todos son iguales: “No es lo mismo un error por desidia, es decir, por falta de compromiso, que uno por incapacidad, es decir, por trabajar de manera errónea, que otro por tratar de hacer algo distinto”, sostuvo.
En definitiva, Bilinkis argumentó que lo ideal siempre es hacer, aunque sea en escalas pequeñas, de a poco, pero intentarlo al fin. “Lo mejor es arriesgar cuando tenés la oportunidad y ser conservador cuando no”, indicó. Y volvió a reflexionar acerca de todo lo bueno que dejó la pandemia, haciendo especial referencia a la enorme capacidad que tienen los humanos, que según el especialista se traduce en un “súper poder”, para adaptarse a los momentos de crisis y transformarse.
“Si le hubiera planteado a una compañía que migre a la modalidad virtual antes de la pandemia, dudo que lo hayan querido aceptar, o, en su defecto, habrían planeado un esquema a largo plazo. Pero nadie se hubiese imaginado que en una semana lo iban a poder hacer”, ejemplificó Bilinkis.
Para finalizar, dejó un contundente mensaje sobre lo que significa innovar e hizo hincapié en la importancia de que las personas puedan valorar y explotar al máximo esta virtud: “¿Vamos a dejar de usar este súper poder por el hecho de que ya no haya una pandemia? ¿O vamos a convertirnos en superhéroes y aprovechar este extraordinario don de cambio que descubrimos que tenemos para transformar la realidad de manera mucho más rápida y profunda de lo que creíamos posible?”