Billetes. Salen a calle más de Evita, pero bancos piden que se emitan de $5000
Las limitaciones que enfrenta Casa de Moneda, la fábrica de billetes en Argentina, para acompañar el ritmo de impresión que demanda el financiamiento del déficit fiscal por vía monetaria, provocaron un regreso estelar a escena de los billetes de $100 con la imagen de Evita.
Su irrupción es tan marcada que eclipsa cada vez más a los equivalentes de la Tacura (un ciervo autóctono del noroeste) lanzados en tiempos de Mauricio Macri para reemplazarlos en el marco del lanzamiento de una nueva familia de billetes que, ahora se sabe, tiene los meses contados, ya que se anunció que los animales serán suplidos por "personas que se identifiquen con los valores sociales", según anticipó meses atrás el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce.
De este modo la cantidad de billetes de esta denominación en circulación, que hoy apenas alcanza para compras mínimas (no llega a cubrir la adquisición de dos sachets de leche), creció desde entonces 27,2% (de 2549,3 millones de billetes a 3239,6 millones) mientras la de los billetes de $500 lo hizo apenas 0,3% (de $977,8 millones a 980,8 millones) y la de los anaranjados de $1000 subió poco más del 17% (de 6060,6 millones a 711,2 millones) en igual lapso.
El reingreso de los billetes de Evita responde a la necesidad que enfrentó el Gobierno de echar mano a una partida de estos billetes de $100 que no habían llegado a ponerse en circulación cuando la administración Macri decidió avanzar con la familia de billetes "de los animales".
Lo hizo porque la fábrica de billetes, pese a trabajar a full con tres turnos en sus dos plantas (de Retiro y la ubicada a la vera de la Panamericana que perteneciera a Ciccone y fuera polémicamente estatizada entre denuncias de negociados) imprimiendo nuevos billetes de $1000, no llegaba a atender la demanda de billetes que recibía del BCRA.
Pero el proyecto quedó bloqueado por instrucción expresa del presidente Alberto Fernández, quien juzgó que alentaría mayores expectativas de inflación y devaluación del peso en un momento complicado.
Los bancos piden billetes de mayor denominación
Sin embargo son ahora los bancos los que están pidiendo al Gobierno que reconsidere esa decisión alarmados por el fuerte aumento en sus costos operativos que enfrentan al ser abastecidos cada vez con mayor proporción de billetes de $100 que ocupan más espacio en los tesoros de los cajeros automáticos y hacen que agoten su capacidad mucho más rápido.
La voz al respecto la levantó el presidente del Banco Macro, Jorge Brito, que -vale recordar-, se definió públicamente meses atrás como "peronista". "Por la cuarentena la gente duplicó la cantidad de efectivo que tenía y como lamentablemente no hay suficientes billetes de $1000 -porque la Casa de Moneda hace lo que puede pero no alcanza- lo más adecuado sería emitir de mayor denominación", dijo días atrás en una entrevista concedida a Radio Rivadavia tras contar que en su banco recibe numerosas quejas de usuarios deben ir "más de cinco veces a los cajeros automáticos" para sacar la cantidad que buscan "porque solo se entregaban billetes de cien pesos".
Incluso pronosticó que si no se avanza en ese sentido habrá problemas serios "en los próximos meses, en especial, cuando haya que pagar los aguinaldos en diciembre".
La queja de los banqueros al respecto es generalizada. "El tesoro del BCRA está mandando un 60% de billetes de $100 y muy pocos de alta denominación", denunció también en estos días Abel Bueno, titular de La Bancaria en Junín.
Por lo pronto, la solución que encontró el Gobierno estaba en una bóveda salvadora donde había quedado guardada una partida de 800 millones de unidades de billetes con la imagen de Evita, puestos en circulación originalmente en abril de 2012. Eso explica que muchos de quienes hayan retirado dinero de los cajeros en los últimos días (en especial si lo hicieron de bancos públicos o con muchas sucursales o amplias redes de cajeros), se hayan topado con flamantes y relucientes billetes impresos en realidad hace 7 y 8 años y aún con aroma a tinta.
Todo esto sucede porque, sin ahorro propio ni fuentes genuinas de crédito, el Gobierno recurrió al BCRA para financiar la creciente brecha entre sus ingresos y gastos. Eso llevó al BCRA a encender a full la "maquinita" para emitir vía préstamos o transferencias de ganancias contables $1,245 billones solo en los últimos meses, dinero que el Tesoro usó para ayudar a empresas en el pago de salarios o depositar a miles de argentinos el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), entre otras cosas.
No todo fue dinero físico, pero en una economía aún muy dependiente del efectivo la mayor parte se cubrió emitiendo papel moneda nuevo y poniendo en circulación todo lo que hubiera en reserva. Por eso la circulación monetaria en poder del público ya se ubica en $1.641.3 millones, cifra que duplica largamente ya los $792.771 millones de hace un año.
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