¿Saldrá la Argentina algún día del cepo cambiario?
Las épocas recientes en que la economía mostró mejor desempeño fueron durante los años 90 (con el tándem Menem-Cavallo al frente), y los 2000 (más precisamente el período comprendido entre 2003 y 2007, con Duhalde-Lavagna-Néstor Kirchner en los roles preponderantes de conducción. En esos lapsos, uno con impronta “liberal”, otro con impronta cada vez más “estatista”, la economía funcionó bien, sin cepos y, por ende, sin brechas cambiarias.
La tranquilidad “macro” que aportó la Convertibilidad se retomó después de la crisis de 2001-2002, sobre la base del alto superávit fiscal, y del elevado valor del dólar. Entre otras cosas, eso permitió que la fragilidad del peso se revirtiera: la emisión monetaria sin respaldo en dólares cesó, y las reservas iban creciendo persistentemente (por el ahorro en la economía que implica tener superávit fiscal). Con lo cual, la relación Reservas Internacionales Netas (RIN) / Cantidad de Activos Monetarios (M4) era cada vez más alta. Y lográbamos ir dejando de lado esa fragilidad del peso que tantos malos momentos nos había hecho pasar.
El formidable precio de la soja, entre otros factores, permitió que hasta comienzos de 2009 (ya en la gestión presidencial de Cristina Kirchner), las cosas se mantuvieran “bien”, en cuanto a esta relativa fortaleza del peso. Pero después sobrevino un desastre monetario colosal, seguramente el más importante de nuestra historia.
Ese ratio de “fortaleza del peso” (RIN/M4) entró en una tremenda picada, pasando de valores cercanos al 70%... ¡¡¡a valores menores al 3% en noviembre de 2015!!!
Nunca antes había pasado un “suicidio” semejante. Y nunca después se experimentó una caída de esas proporciones. Con Mauricio Macri en la presidencia se logró pasar de 3% a 30%. Pero cuando terminó el mandato el ratio era de 21% y la caída continuó hasta nuestros días, con un mínimo en noviembre de 2020 de 3,5%, mientras que ahora está boyando en torno a 6%.
Muy difícil salir del cepo cambiario con tal fragilidad, cuando cualquier mal momento económico podría llevar a que la gente quiera tener más dólares, y convertir una leve fracción de los depósitos en pesos a dólares billete podría provocar una catástrofe financiera (hiperinflación, corralitos, planes Bonex, etcétera).
“La relación entre las reservas netas y la cantidad de activos monetarios cayó en picada durante la gestión presidencial de Cristina Kirchner”
Cristina Kirchner se pregunta cómo encontrarle la vuelta al bimonetarismo, y pareciera no darse cuenta del desastre que dejó que sucediera durante su gobierno, debilitando el respaldo de la moneda nacional de manera sencilla y “sinceramente” extraordinaria, nunca antes vista.
Salir de esta situación de debilidad tan marcada es algo que deberá lograrse, nuevamente, con un mix de alto superávit fiscal primario, alto valor del dólar (es decir, salarios relativamente bajos), y tiempo, hasta que la relación RIN/M4 vuelva a valores confortables (digamos, un 50%).
Pero ahora Cristina y los suyos creen que pueden emular a ¡¡Joe Biden!! En Estados Unidos hay revuelo con una política que puede llevar la inflación de menos de 2% anual a eventualmente un poco más del 3%… ¡¡¡anual!!! Mientras tanto acá, un escenario de más déficit fiscal, más emisión y un peso superfrágil nos puede poner siempre a tiro de escaladas del dólar libre, de una fuerte presión sobre el dólar oficial, y exponernos a riesgos de megadevaluaciones a la vuelta de la esquina.
Ya durante 2013 dejar la economía en manos de Cristina y Axel Kicillof fue como dejarla en manos de un “mono con navaja”. Y, ahora, pareciera que “La Cámpora” está empujando más y más al Gobierno para que vuelva a transitar esos caminos.
No le pidamos al trabajador, que se levanta a las 6 de la mañana y se gana el pan de cada día con esfuerzo y sin saber si llegará a fin de mes que entienda si tener déficit fiscal es bueno o malo, o si es importante que sea alta la relación RIN/M4. Pero sí debemos pedirles a los políticos que hoy mansamente se dejan llevar de las narices por Cristina que se den cuenta de lo que están haciendo.
“Si no se logra una moneda confiable, las inversiones en fábricas, maquinarias y capital humano serán siempre bajas”
Si los gobernadores e intendentes peronistas no se percatan de lo peligroso que es que dejen la economía (ni que hablar de la Justicia...) en manos de Cristina (y del gobernador Axel), no saldremos nunca del pantano en que nos hemos metido.
Y no solo significa que deberemos convivir con cepos cambiarios y brechas cambiarias altas indefinidamente. Significa, básicamente, que, al no lograr tener una moneda confiable, las inversiones en fábricas, maquinarias y capital humano habrán de ser siempre muy bajas. Y la creación de empleo genuino, raquítica.
A mediados del siglo XIX, algunos caudillos federales se dieron cuenta de que seguir apoyando al federal Juan Manuel de Rosas no daba para más. Y terminaron aliándose a los unitarios, para dar fin a esa época, lo que permitió ir creando las bases para un país renovado, que logró finalmente ser muy exitoso por unos 50 años.
Los gobernadores e intendentes peronistas que forman parte del Frente de Todos deberían “repasar” la historia de esa época y decidir si quieren empezar a ser parte de la solución del problema o, en caso contrario, ser conscientes de que han preferido permanecer en la comodidad de su frágil poder viendo cómo el país continúa deslizándose en la decadencia de la mano de quienes ahora se sienten más eufóricos que nunca al “descubrir” que hasta el presidente de los Estados Unidos se ha vuelto peronista… (¡¡my gosh!!).
El autor es economista. Director de GRA Consultora (número 1 en el ranking REM 2020); exrepresentante de Roberto Lavagna en el Banco Central
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